Por: Déborah de Urieta
Desde las primeras páginas, el título Mónica Presenta. Una vida de película resulta acertado. Y es que Mónica Cahen D'Anvers realmente parece haber tenido una vida digna de contar. Más allá de haber ejercido durante medio siglo el periodismo, "una profesión que no estaba en mis sueños ni en mis planes", como confiesa, su vida está repleta de curiosidades y anécdotas.
Es hija del conde Gilbert Cahen D'Anvers; su cumpleaños número 18 lo festejó en un castillo francés que había pertenecido a sus antepasados; Renoir retrató a sus tías abuelas; unas rosas llevan el nombre "Condesa Cahen D'Anvers" en honor a su abuela, y su bisabuelo Manuel Lainez fundó los periódicos El diario y El día, además de ser autor de la Ley 4874, que se conoce como "Ley Lainez". Estos y otros recuerdos forman parte de la autobiografía de Cahen D'Anvers, junto con los acontecimientos históricos que le tocó cubrir como periodista, como la expedición del Apolo XI, que transmitió desde Cabo Cañaveral, o la toma de rehenes en la embajada estadounidense en Irán.
Además, haber sido la conductora de programas como Telenoche (en el que compartió pantalla con su actual pareja, César Mascetti) le abrió las puertas para entrevistar a figuras como Bill Bradlee, el editor del Washington Post que guió la investigación del escándalo Watergate, a Sofía Loren, Henry Kissinger o a Muhamed Alí, entre tantas otras.
Durante la entrevista concedida a 3 Días, Cahen D'Anvers no sólo habla del libro que acaba de publicar, si no también del actual Gobierno y las dificultades que atraviesa, los casos de corrupción, además de dar su visión sobre el periodismo de hoy.
Actualmente, ¿a qué te dedicas?
Nosotros (con César Mascetti) dejamos los medios en diciembre del año pasado. Y por primera vez estamos viviendo en San Pedro, de verdad. El medio siglo en el cual nos hemos dedicado a las noticias, porque inauguré Telenoche el 3 de enero del '66, íbamos los fines de semana nada más. Ahora estamos instalados allá y la cosa anda bien, estamos contentos.
¿Extrañas trabajar en los medios?
Vos sabés que no sé. De repente me dan saudades y digo "pucha, qué lindo estar en tal cosa". Y de repente, digo: "Qué alivio". Entonces no sé qué contestarte.
¿Te quedó algo en el tintero?
Me quedaron personajes. Muchos. Yo soñaba con juntar a Putin con Obama y el Papa. Yo hacía Al pan pan, los domingos en Canal 13, e invitaba a gente totalmente distinta. Es decir, a un panadero, una actriz, un albañil y un diputado, cosa que no tenía nada que ver con nada, y el resultado era fascinante, me encantaba. Me quedé con la idea de "qué lindo mezclar señores que no piensan para nada igual".
¿Y algún hecho?
Cubrí varios, pero varios que llegué tarde, varios que me hubiera gustado estar más, pero no puedo decir que me faltó. Porque es tal la cantidad de cosas, que recién me dí cuenta cuando escribí el libro.
¿Cuál es el mejor recuerdo que te dejó el periodismo?
Qué difícil. Por ejemplo, le fui a hacer un reportaje a la Madre Teresa y no llegué. El día anterior la habían puesto en un avión para irse a Roma porque estaba muy enferma. Pero tengo la ridícula sensación de que le hice un reportaje. Como le hice reportaje a todas las mujeres que trabajaban con ella, era como revivir su vida, su manera de ver las cosas. Tengo la sensación de haberle hecho un reportaje larguísimo a ella. ¡Mentira! Es la sensación que me dejó. Es tan fuerte ella, que me quedó eso.
¿Cuál creés que debe ser el rol del periodismo hoy?
Es siempre el mismo: informar, ayudar y apoyar a la gente. No hay otro, y no creo que se haga mucho. Hay mucha gente que lo hace, seguramente.
Con medio siglo de experiencia, ¿notás cambios en el periodismo, más allá de las cuestiones tecnológicas?
Un espanto. Nosotros estamos viviendo un muy mal momento del periodismo. Considero que ser partidista y ver a Víctor Hugo de un lado y Lanata del otro, no es periodismo. Para mí periodismo es no ser ninguna de esas cosas y pensar en la gente y decirle lo que pasa, por lo menos lo que yo creo que pasa. Evidentemente me puedo equivocar, pero por lo menos va a ser desde el alma, y no para quedar bien con A o con Z. Y eso es lo que siento que pasa mucho hoy. Hay excepciones, evidentemente.
¿Cómo ves que impactó el "enfrentamiento" del gobierno anterior con Clarín?
Mal. Porque todo lo que sea uno contra el otro no ayuda. Nosotros tenemos que sumar, tenemos un país maravilloso. También tenemos que ver nosotros, como sociedad, por qué desde toda la vida nos enfrentamos, el que no piensa como yo es mi enemigo y eso es una tragedia.
¿Qué lectura hacés de estos meses que lleva Cambiemos en el Gobierno?
Al Gobierno lo veo complicado, ojalá Dios les dé fuerzas para que puedan salir de este lío en el cual están metidos, porque no es nada fácil. No soy quién y no soy analista política como para decir si van bien o mal. Me parece que hay muchas cosas que van muy mal, me parece que hay un atisbo de buscar cosas que vayan mejor.
¿Cómo lo ves al kirchnerismo? ¿Creés que tiene chances de volver?
No creo. Como ismo no creo, porque me parece que se complicó demasiado la cosa para ellos. Creo que algunas ideas que tuvieron fueron positivas, como ayudar a los chicos, el matrimonio igualitario. No sé hay 70 cosas positivas, pero hay 70 negativas. Y si le agregás la corrupción, te quedás en Pampa y la vía.
¿Te sorprendieron los casos de corrupción?
Es aterrador. Lo único bueno de eso es que me parece que por primera vez lo estamos analizando y como realmente poniendo las cosas sobre la mesa. Lo que pasa es que hemos tenido una Justicia tan politizada, tan poco justa, que entre la política, la Justicia y las empresas tenemos un pequeño "bolonqui" que está realmente muy complicado.
¿Qué opinás de la cobertura que hacen los medios de estos casos?
Te voy a decir una cosa que si César me escucha me mata. Pero el otro día vino un señor a "La Campiña" a almorzar y me pregunta: "Mónica, ¿Qué noticiero mirás?". Me reí, pensé un ratito y le dije: "Animal Planet". Los noticieros no me dicen ni "mu", no me informan. Y los otros programas están enfocados exclusivamente en lo que yo considero que es "la estupidez".
Inicios de actriz
Mónica Cahen d’Anvers nació en Buenos Aires el 7 de noviembre de 1934. Egresada del colegio Northlands, estudió literatura en la Universidad de Cambridge. Quiso ser actriz y trabajó en las telenovelas El amor tiene cara de mujer y Cuatro hombres para Eva, entre otras, y también en cine, hasta que la tentó el periodismo.
Cincuenta años después cuenta su vida personal y periodística, que incluye programas como Justa del saber (1958), Tengo un secreto (1960), Telenoche (1966-1973), Mónica presenta (1977-1980), El personaje (1986), Mónica y Andrés (1981-1982), Al pan pan (1999-2000),Telenoche, con César Mascetti (1990-2003), y en Radio del Plata Mónica y César (2004-2015). Ganó el premio Konex en 1981 y en 1987 por su labor periodística, y con el equipo de Telenoche ganaron más de veinte premios Martín Fierro. Sus dos hijos, Sandra y Vane Mihanovich, han sido músicos desde la adolescencia; es compinche de sus dos nietos y tres bisnietas. Desde hace cuarenta años disfruta de la vida con su gran compañero César Mascetti; La Campiña, en San Pedro, es su lugar en el mundo.
Foto: Silvio Fabrykant
Fuente: El Cronista
Fuente: El Cronista