sábado, 17 de septiembre de 2016

Jorge Julio López: Diez años de vergüenza

Jorge Julio López, desaparecido en democracia. Fue testigo clave contra el represor Miguel Etchecolatz y lleva una década sin aparecer. El recuerdo del autor de un libro y la historia de una foto poco conocida
Por: Miguel Graziano*
Muchas cosas confluyen para que un periodista decida escribir un libro. Así pasó con En el cielo nos vemos. Fue un día muy particular, el 18 de marzo de 2009, cuando supe que había empezado a contar la historia de un hombre que sufrió dos veces la desaparición forzada.

Aquel día La Plata debía ser una ciudad partida en tres. Había una movilización contra la inseguridad, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner presentaba la Ley de Medios y la militancia marchaba por la desaparición de López.

Mientras que Cristina se presentaba en el Teatro Argentino, las movilizaciones por la seguridad y la desaparición de López iban a juntarse a la misma hora y en el mismo lugar, a las 18 en Plaza Moreno.

Los primeros vecinos en llegar convocados por Susana, Marcelo y Moria se perdían entre los militantes universitarios y los defensores de los derechos humanos.

El movilero de una radio AM porteña le avisaba a su productor que no había nadie en la marcha por la inseguridad.

–Solo hay gente en la marcha por López ¿querés que la cubra? –preguntó.

–No. Dejá. Vos cubrí lo de la inseguridad.

A esa hora, las pocas personas que se acercaban a la movilización por la inseguridad andaban por ahí, perdidas entre los militantes, que todavía no sacaban bombos y pancartas.

–Señoras, ¿ustedes vinieron por la marcha de la inseguridad? –pregunté.

–Sí, pensábamos que esta gente estaba para eso –respondió Gloria, más extrovertida que Beatriz.

–Ellos vienen todos los 18 por la desaparición de López.

–¡Ah! No sabíamos nada.

–¿Y cómo se enteraron de la marcha de hoy?

–Por los medios. Por el diario y por la radio. TN puso la lista de ciudades y la hora en la que se iban a hacer las concentraciones.

–¿Qué es lo que reclaman?

–Queremos que las autoridades tomen conciencia. Tienen que responder. Estamos todos expuestos a la inseguridad, consecuencia de la falta de educación y trabajo.

–¿Hay poca gente no?

–La gente tiene miedo de involucrarse. Hasta que no le pasa en carne propia no se da cuenta.

–¿Ustedes fueron víctimas?

–No, gracias a Dios no. Pero tenemos muchos amigos a los que les pasaron cosas…

–¿Qué piensan de la movilización por López?

–De eso también tiene que dar cuenta este gobierno.

Gloria, de 68, y Beatriz, de 67, iban a despedirse, pero entraron en confidencia.

–Esto no lo pongas… pero yo quisiera saber qué piensan estos chicos sobre lo que pasó en los ’70.

Porque les cuentan una historia que… se la dan vuelta… nosotras lo vivimos. Yo estudiaba y tenía dos trabajos y… bueno, fue una guerra, había dos bandos… aunque claro, mucha mayor responsabilidad sobre lo que pasó tuvieron los militares, porque ellos tenían el poder...

Los compañeros de militancia se encontraban a pocos pasos de las señoras, en la marcha por López. Ahí estaba la ex detenida desaparecida Nilda Eloy.

–Mucha gente que viene a la marcha por la inseguridad se confunde y espera al lado de ustedes.

–Es que la nuestra es la marcha de los inseguros. Nosotros marchamos por nuestra dignidad. Marchamos contra los que nos quisieron hacer desaparecer, los que nos quieren tabicar, contra los que nos intentan amordazar otra vez –explicó.

–¿Cuáles son las novedades de la causa? –quise saber.

–Fui a los tribunales federales a preguntar quién era el responsable de la causa. Hablé con (el juez Hugo) Coraza y me dijo que ya no tiene la causa, fui a (ver al juez Humberto Manuel) Blanco y me dijo que se la pasó al fiscal (Sergio Franco), pero el fiscal me dijo que todavía no la aceptó, por lo que la causa aún debería estar en manos de Blanco. Podemos decir que estamos ante la cuarta desaparición de López.

Nilda hacía mención a las desapariciones físicas que López sufrió en dictadura y en democracia, luego del juicio al represor Miguel Osvaldo Etchecolatz, el 18 de septiembre de 2006, pero hablaba también de otras desapariciones, simbólicas: la tercera fue “mediática” –de los medios hegemónicos– y la cuarta sería la “judicial”.

Tiempo después, durante las entrevistas, comenzamos a hablar de otra desaparición, la política: ninguno de los candidatos –excepto Jorge Altamira, del Frente de Izquierda– a las elecciones presidenciales de 2011 mencionó el caso López y lo que nos legó: la evidente necesidad de crear fuerzas de seguridad democráticas.

Aquellas desapariciones simbólicas fueron lo que terminó de hacer que empezara a escribir En el cielo nos vemos... para que López vuelva a estar en debate entre nosotros. Presente, para siempre.
*Autor de En el cielo nos vemos. La historia de Jorge Julio López.

La historia de una foto
Por: Horacio Paone, fotógrafo
La recorrida fue el 14 de septiembre de 2006, en el marco del juicio contra Miguel Etchecolatz que se estaba realizando en ese momento en la ciudad de La Plata. Primero nos habían dejado entrar a todos los fotógrafos y camarógrafos que estábamos ahí; pero en un momento determinado nos dijeron que iban a comenzar con la recorrida por las instalaciones y que no podíamos quedarnos. Nos fuimos a esperar a que terminara la recorrida a la puerta de entrada de la comisaría. Al rato de estar afuera con el resto de los compañeros entré nuevamente para tratar de ver qué estaba sucediendo y llegué hasta la puerta que llevaba al patio y a los calabozos. Había un policía de guardia y, para mi sorpresa, me dijo: “Ah, ¿prensa? Pase, pase”.

Así entré y me transformé en el único fotógrafo de prensa que logró acompañar a la comitiva que recorrió las instalaciones. El grupo estaba integrado por el juez Carlos Rozanski, la abogada Myriam Bregman, y entre los ex detenidos desaparecidos, Adriana Calvo, Nilda Eloy y Jorge Julio López.

Hace exactamente diez años tomé estas fotos en la Comisaría 5ª de La Plata durante la recorrida que hicieron Adriana Calvo y Jorge Julio López. Ambos recorrieron las instalaciones en calidad de testigos ya que en esa comisaría habían estado detenidos desaparecidos y torturados entre abril del ’76 y febrero del ’78. A Adriana Calvo la conocía desde antes, pero nunca había oído hablar de Jorge Julio López hasta ese día en que le tomé esta y otras fotos sin imaginar que cobrarían notoriedad a partir de su desaparición. Como ya es sabido, el valiente testimonio de López hizo justicia con uno de los más notorios criminales de la dictadura cívico-militar. Esta es una de tantas imágenes que le tomé a López durante la recorrida por ese tenebroso lugar. A diez años de la tragedia de su segunda desaparición, ahora más que nunca, verdad, memoria y justicia.

Hipótesis y sospechas
López desapareció el 18 de septiembre de 2006.

Hipótesis central: la desaparición la habría impulsado un grupo de policías en actividad junto a integrantes de fuerzas de seguridad con riesgo de ser juzgados.

La primera hipótesis de la investigación impulsada por la Policía Bonaerense y la Justicia provincial era que Julio López se había perdido. Luego pasó el caso a la justicia federal. Hace cinco años que la instrucción de la causa fue delegada a la fiscalía de delitos de lesa humanidad.

Momento político de la desaparición. León Arslanian, como ministro de Seguridad bonaerense, realizaba su segunda ofensiva para intentar depurar a la policía provincial. A eso se sumó el inicio de los juicios. De allí, la elección de la víctima. El entonces gobernador, Felipe Solá, afirmó: “Fue la Bonaerense”.

En aquel entonces, 3.000 policías bonaerenses en actividad habían integrado la fuerza entre 1976 y 1979, los peores años de la última dictadura cívico-militar. Había 36 de ellos que además habían revistado en algún centro clandestino de detención.
Foto: Horacio Paone
Fuente: Revista Veintitres

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