El especialista en telecomunicaciones habló con Tecnología Sur sobre el freno a la televisión digital abierta, el convenio con Microsoft para hacer pruebas de conectividad y el futuro del desarrollo satelital frente a la política de cielos abiertos del Gobierno
Por: Bruno Massare
Luis Valle hizo de la televisión digital su bandera. Creador del único posgrado que durante ocho años se dictó en la Universidad de Palermo (UP) y que posteriormente migró hacia la Universidad Nacional de La Matanza (UNLAM) –donde en octubre organizará el I Congreso Nacional de TV Digital, Nuevas Plataformas y Contenidos Audiovisuales–, este ingeniero electrónico (UBA) y magíster en Telecomunicaciones (ITBA) es el principal especialista local en los aspectos tecnológicos y regulatorios de la televisión que reemplazará a su par analógica.
Valle cuenta con una extensa carrera, en la que trabajó por siete años en investigación sobre tecnologías láser en CITEDEF (exCITEFA) y durante 12 como ejecutivo de Telefónica de Argentina en diversas posiciones, en su última etapa como analista de regulación. Durante el kirchnerismo, fue asesor del Ministerio de Planificación para el despliegue de la Televisión Digital Abierta (TDA) y actualmente es miembro de la Fundación para el Desarrollo de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (FUNDTIC).
En una entrevista con TSS, Valle criticó la gestión del Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) y habló sobre por qué considera que se frenó el desarrollo de la televisión digital abierta (TDA), los problemas que podría generar el acuerdo con Microsoft para hacer pruebas con porciones de espectro no utilizadas (conocidas como white spaces) y las consecuencias que tendrá sobre el desarrollo satelital iniciado por ARSAT si se avanza en la política de cielos abiertos insinuada por el Gobierno. También marcó las diferencias que observa entre la gestión actual y la anterior del Ministerio de Comunicaciones.
Usted ha sido muy crítico del freno que tuvo el despliegue de la Televisión Digital Terrestre (TDA) desde la llegada de este Gobierno. A principios de este mes fueron nombradas autoridades del Sistema Argentino de Televisión Digital Terrestre (SATVD-T). ¿Esto significaría que el proyecto continúa?
Podría ser un hecho positivo. Es como que reconocen que eso existe y que continuarían con lo que se venía haciendo, es decir, promover la televisión digital, tanto estatal como privada. Sin embargo, llama la atención que nunca se habla de la TDA, sino solo del SATVD-T. También es llamativa la fecha, ya que el día que salió la resolución se cumplían siete años de la adopción en la Argentina de la norma japonesa-brasileña. Y no se modifica nada del decreto original, con lo que quedarían tres de los años previstos para hacer la transición a digital y el apagón analógico.
Los tiempos parecen muy cortos a esta altura, ¿no?
Sí, yo creo que sería muy difícil. Además, los funcionarios que han puesto, sinceramente, creo que no entienden del tema. Hace un tiempo, Hernán Lombardi (titular del Sistema Federal de Medios) salió a decir que iban a adelantar el apagón analógico, pero no presentó ningún plan. Y hace poco estuvo Miguel de Godoy (presidente del Ente Nacional de Comunicaciones, ENaCom) en SET (sociedad brasileña de ingeniería de televisión) en San Pablo, que es la exposición más importante de la televisión a nivel regional, donde los brasileños festejaban los 10 años de la adopción del estándar. De Godoy hizo un pequeño discurso del que no se entendió nada. Habló de operadores de telecomunicaciones cuando ahí los que estaban eran en su mayoría operadores de radiodifusión. Después dijo que estaba bien que Brasil hubiera adoptado el estándar y que podíamos trabajar juntos. Uno no sabe qué pensar. De las 6.300 resoluciones del ENaCom desde su creación, de TDA o SATDV-T no hay casi nada.
“Se han hecho concursos y todos los que ganaron tienen derecho a que les den las señales. También hay que solucionar el problema de los canales que sufren interferencias”, dice Valle.
¿A qué atribuye el desinterés por la TDA cuando ya existe una infraestructura desplegada?
A mí me da la impresión de que la asocian con el gobierno anterior, lo que es algo totalmente estúpido. Como que ellos son Internet y los kirchneristas la TDA. Pero son cosas que pueden convivir y en este momento es más fácil avanzar con la televisión digital, es más rápido. Porque, además, no van a llegar en cuatro años a cubrir todo con banda ancha, como pretenden. Frenaron la TDA y que el que pueda pagar vea y el que no que tenga Internet. Pero no es tan sencillo, porque la gente tiene que saber usar Internet. En cambio, los contenidos por televisión no exigen saber inglés o tener conocimientos sobre qué hacer si se cuelga una computadora. Entonces, reemplazar totalmente a la televisión por los contenidos por Internet no es lo mismo.
¿Quién se beneficia con el freno a la TDA? ¿Las empresas de televisión por cable?
Sí, porque en este momento, con la suba que hubo en las tarifas, mucha gente cortaría el cable y seguiría viendo televisión sin problemas y con una definición de calidad. Y en todo caso podría recurrir a Internet como un complemento. De todas maneras, las estaciones están, no van a poder sacarlas. Creo que aunque quieran terminar con la TDA, es mejor que al menos lo hagan de manera prolija. Pero ¿qué van a hacer con los privados? Se han hecho concursos y todos los que ganaron tienen derecho a que les den las señales. También hay que solucionar el problema de los canales que sufren interferencias.
Hay rumores sobre que el Gobierno autorizaría a Telefónica a dar televisión satelital, en un contexto en el que las empresas de telefonía estarían autorizadas recién a partir del 2018 o el 2019. ¿Qué se juega en esa decisión?
Telefónica lo haría con un satélite alquilado y podría hacer un paquete con el resto de sus servicios, cuando lo ideal sería exigirle que haga más tendido de red. Probablemente tenga que ver con una negociación relacionada con que el Gobierno está dispuesto a autorizar la fusión entre Telecom y Cablevisión. Si es esta última la que absorbe, podrían dar televisión antes de los límites fijados. Todo esto sin dudas podría impactar en el sector del cable y, sobre todo, en las cooperativas.
¿Qué opina sobre la gestión del ENaCom?
Lo que uno ve es que se ocupan sólo de las telecomunicaciones. Tienen demasiados temas sobre los que deben decidir y entonces algunos quedan postergados, como la TDA. Si tuvieran un equipo armado y con conocimientos, podrían seguir todos los temas. No solo no han sacado licencias para la televisión terrestre digital, sino que tampoco hay más licencias nuevas para cable o para las cooperativas, para dar IPTV. No hay un plan de desarrollo de las comunicaciones hecho por un equipo de gente idónea. Así vendrían inversiones y la gente confiaría. La Argentina tiene capacidad y tamaño para tener cierta independencia en sus decisiones. Tenemos un país enorme donde buena parte de la gente está sin comunicaciones. Entonces hay que llegar, tanto con la TDA como con Internet. En Brasil es sorprendente el ecosistema de empresas que se armó alrededor de la televisión digital, la cantidad de gente que trabaja en eso. Es importante integrarnos al mundo pero aportando cosas, preservando nuestra cultura, nuestros contenidos. Pero, en vez de hacer eso, acá se eliminan topes de licencias o requisitos como el canal local. La Argentina no puede limitarse a ser un cliente que compra cosas. Porque, si no, listo, cerramos todo, adoptamos otra bandera y chau.
“La Argentina tiene capacidad y tamaño para tener cierta independencia en sus decisiones”, sostiene el especialista.
¿Se refiere al acuerdo de cooperación que firmó el ENaCom con la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos?
Sí, habría que ver qué implican estos compromisos con Estados Unidos porque casi no hay información al respecto. No digo que no haya que hacer un acuerdo con Estados Unidos, pero hay que planificar y analizar bien qué implica. No me extrañaría que hubiese una reacción de países europeos en algún momento porque vamos a desvincularnos de ellos. A principios de este siglo, Europa le empezó a dar impulso a la televisión digital, entre otras cosas, como una forma de plantarse frente a la expansión tecnológica y cultural de Internet por parte de Estados Unidos. Ellos veían que la mayor parte de los sitios estaban en Estados Unidos y que la mayoría estaba en idioma inglés. Por eso buscaron una televisión interactiva, para que fuera otra plataforma alternativa de acceso a la información desde computadoras y celulares, pero con una impronta más europea. Pensemos en los contenidos en Internet: Netflix está buenísimo, pero es una competencia para los contenidos locales y no paga impuestos acá.
El ENaCom firmó un convenio con Microsoft, que contiene cláusulas confidenciales, para hacer pruebas en porciones de espectro radioeléctrico no utilizado, lo que se conoce como white spaces. Además de convertirse en un potencial proveedor de comunicaciones, Microsoft también brindaría contenidos educativos. ¿Qué opina al respecto?
Hace años que se viene hablando de aprovechar mejor el espectro y siempre se dijo que podía ser el futuro. Esta idea que hoy tenemos de que alguien tiene una frecuencia asignada de manera fija es porque no había una tecnología capaz de asignar este recurso de manera dinámica, algo que ya es posible. Pero acá hay dos problemas: primero, que se haga de esta manera, mediante un acuerdo con cláusulas secretas entre ENaCom y una empresa privada, sin una consulta pública y sin un concurso. Y, segundo, que dicen que no interfiere a la televisión digital pero eso sucede porque no está completo el despliegue. Además, no está claro que no haya interferencias con los móviles. Para hacer este tipo de cosas se necesita un espectro ordenado y hoy no lo está. Tenemos la televisión terrestre, los codificados, un montón de clandestinos y las comunicaciones móviles. Además, en ciertas zonas hay que coordinar con los países fronterizos, con lo que no se pueden usar todos los canales. ¿Encima quieren meterse en esto? La resolución del ENaCom de la que hablábamos antes menciona la necesidad de elaborar una base de datos georreferenciada de dónde están las estaciones y las áreas de cobertura de la TDA. Es sugestivo que saquen eso ahora, porque para desarrollar white spaces hace falta eso.
¿Qué buscan empresas como Microsoft o Google al meterse en este terreno? ¿Vender contenidos o terminales?
Les interesa porque ellos siempre han querido tener acceso al cliente final y, si pueden no depender de las telcos, mejor. Su negocio se beneficia si Internet llega a todos lados, es entendible desde ese lado. Pero nosotros, como país, tenemos que tener en cuenta que está muy bueno tener banda ancha para comunicarse, pero que también les estamos dando las autopistas para que distribuyan sus contenidos. Démosle también oportunidades a nuestros productores de contenidos para que puedan competir. El debate sobre qué nos conviene es algo necesario. Estados Unidos es un país que tiene otro nivel de desarrollo y otras necesidades. El uso del espectro es algo relevante y merecería una audiencia pública.
¿Por qué no utilizar otras opciones como WiMAX o Vsat?
Tendría sentido usarlas porque si queremos llegar rápido con Internet hay cosas probadas que funcionan y no complicarían el desarrollo de la televisión digital. Yo le consulté al presidente de la SET, Olímpio Franco, y me dijo que en Brasil no van a usar white spaces y recomiendan que no lo hagamos porque va a interferir. Además, no es tan sencillo de implementar porque se necesitan teléfonos nuevos y una base de datos en cada zona del país, que releve qué radiodifusores están operando. En un mercado maduro, desarrollado, donde ya se hizo el apagón analógico y queda una porción de espectro que se puede aprovechar, me parece perfecto probar otras tecnologías. Pero hagamos todo el trabajo previo, porque acá no tenemos ese nivel de maduración. También se justificaría en un país donde no hay infraestructura de comunicaciones, entonces no habría qué interferir.
“El uso del espectro es algo relevante y merecería una audiencia pública”, considera Valle.
El Gobierno parece ir hacia una política de cielos abiertos en el sector satelital. ¿En qué medida se verá perjudicado el desarrollo tecnológico que viene realizando ARSAT en este nuevo contexto?
Parece haber dos opiniones contrapuestas dentro del Gobierno: están aquellos que quieren continuar con el desarrollo satelital que viene haciendo ARSAT. De hecho, he visto declaraciones de funcionarios en las que decían que estaban buscando fondos para el ARSAT-3. Y, por otro lado, hay un sector que considera que no tiene sentido que los argentinos paguen más caro un servicio por querer desarrollar la industria satelital. Son enfoques distintos. En el medio está la gente de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), que no se quiere meter en el tema las telecomunicaciones, y los proveedores de tecnología, que pueden estar en problemas.
¿Qué consecuencias tendría para ARSAT si se desregula totalmente este sector?
Si nosotros inundamos la Argentina con satélites de otros países, sonamos. No podemos cumplir la reciprocidad porque no estamos en condiciones de ir a dar servicio a Holanda, por ejemplo. Cuando se aprobó la Ley de Desarrollo de la Industria Satelital se dijo que se iba a proteger la operación de los satélites argentinos. Entonces, eso habría que defenderlo. Y lo que habría que hacer es juntar a representantes de los distintos partidos en un lugar, debatir este tema y sacar una solución de compromiso sobre qué es lo que nos conviene como país. Pero algo así a veces parece imposible.
Usted fue asesor en el despliegue de la TDA durante varios años de la gestión kirchnerista. ¿Qué le dejó esa experiencia? ¿Qué diferencias encuentra entre la política de comunicaciones del gobierno anterior y la actual?
Hubo varias etapas. Al principio estaba muy entusiasmado. Con el paso del tiempo se me fue pasando el entusiasmo, pero en los últimos dos años encontré a funcionarios que trabajaban bien. Se notaba cierta lógica en lo que estaban haciendo, se publicaron muchos planes técnicos y se avanzó. Lo que pasa ahora es reflejo de que acá los partidos no se preparan ni para ser gobierno ni para ser oposición. Cambiemos no puede venir y decir “yo no sabía que iba a gobernar”, porque si era oposición tenía que controlar y presentar proyectos. Ahora están ahí y aprenden sobre la marcha. Encima vienen las empresas con sus intereses y los funcionarios agarran lo que les ofrecen “porque a lo mejor sirve”. Un país como la Argentina tiene tamaño como para tener una cierta autonomía en sus decisiones y, si coordinamos acciones a nivel regional, como con Brasil, mucho más.
Fuente: TTS
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