Por: Javier Montalvo, jmontalvo@expansion.comTras el fútbol, se ha convertido en el contenido más demandado por los televidentes españoles, desbancando al cine de estreno, en gran medida impulsado por la amplia oferta de productos estadounidenses de calidad disponibles en Internet.
En España existe una larga tradición de producción de series de ficción de calidad, pero circunscrita al mercado de televisión en abierto.
El modelo de coproducción de grandes cadenas y pequeñas productoras sigue vigente, con el control del proyecto, eso sí, en manos de la cadena, al tiempo productora, distribuidora y exhibidora de las series que, además, exporta luego a otros mercados, unas veces como producto acabado y otras como formatos.
La configuración de la audiencia, sin embargo, ha cambiado radicalmente en el último lustro.
En un informe elaborado a partir de 23.000 entrevistas en 40 países, Ericsson Consumer-Lab dibuja un panorama muy favorable a la televisión por Internet. Según Ericsson, en 2020 habrá 15.000 millones de dispositivos listos para ver televisión y conectados a banda ancha en todo el mundo, lo que en proporción supondría 93 millones de dispositivos conectados en el mercado español, entre televisores, ordenadores personales, tabletas y smartphones.
En los dos últimos años, según el estudio de Ericsson, el consumo de contenidos audiovisuales desde el móvil ha crecido un 80% entre los internautas españoles, hasta una media de casi seis horas semanales. También ha crecido el consumo televisivo a través de tabletas, hasta las casi cuatro horas, y en los portátiles. Pero el televisor sigue siendo el rey. No sólo no pierde horas de consumo frente al resto de dispositivos, sino que ha aumentado de 14 a 15 horas a la semana de media.
El consumo de contenidos audiovisuales, sin embargo, va mucho más allá de la televisión lineal, y millones de internautas descargan o ven en streaming sus series favoritas, especialmente estadounidenses, a través de Internet. Y también lo ven en su televisor.
En EEUU, este cambio en los hábitos de consumo ya se ha trasladado a la configuración de la oferta de contenidos. Dos de las series de mayor éxito en el país, House of Cards y Transparent han sido producidas respectivamente por Netflix y Amazon, las dos mayores plataformas de televisión por Internet. La segunda acaba, además, de ser premiada entre las mejores series del año en los prestigiosos Globos de Oro, galardones que ya recibió la serie de Netflix en la pasada edición.
Estas producciones compiten ya de igual a igual con las míticas series de HBO, propiedad de Time Warner, y con las de otras productoras históricas, como CBS y Fox. Las telecos estadounidenses tampoco están fuera de este juego, con NBC Universal controlada por Comcast y la plataforma de televisión de pago DirecTV recientemente adquirida por AT&T .
En España, Telefónica ya ha dado dos pasos en la dirección que marcan desde EEUU los gigantes de Internet. Convertida en avanzadilla europea de las operadoras, la multinacional española empezó por adquirir la mayor plataforma de televisión de pago del país, Canal+, para luego lanzarse a la compra de derechos deportivos con que llenar sus cada vez más potentes y capilares redes de fibra óptica hasta el hogar.
En los próximos meses, Telefónica Studios producirá su primera serie, que podría emitirse en 2016.
A finales del pasado siglo, Telefónica apostó por la convergencia entre televisión y telecos y fracasó en su apuesta, posiblemente por falta de experiencia de sus gestores en el sector audiovisual y por adelantarse a los tiempos del mercado. Los tiempos y la presencia de gestores expertos en televisión marcará ahora, otra vez, la línea entre el fracaso y el éxito.
Fuente: Expansión