El abogado constitucionalista y presidente de la Asociación Iberoamericana de Derecho a la Información y Comunicación dialogó con la Agencia Ansol luego de su aplaudida intervención en la audiencia informativa propuesta por la Corte Suprema para destrabar la Ley de Medios
El letrado Miguel Rodríguez Villafañe, quien representó a la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar) como amicus curiae por la parte del Estado en el Palacio de Tribunales, analizó el rol de los medios de la economía solidaria que esperan la declaración de la constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (26.522).
¿Por qué es importante que la economía solidaria pueda acceder al mapa comunicacional en igualdad de condiciones que el resto de las empresas?
El cooperativismo en sí mismo implica una lógica que garantiza la libertad de expresión en el mismo sentido de la palabra, porque es una dinámica hacia adentro, en cada cooperativa, cada persona es un voto y tiene el mismo derecho de usar la palabra, de participar. Además, tiene una lógica solidaria que se aproxima a la aspiración de lo que pensamos que es una sociedad plural, participativa y democrática. Por todo eso es central que cooperativas y mutuales accedan a medios aunque tengamos que demostrar primero que no hacemos competencia desleal y después, poner la infraestructura al servicio, y aun así estar dentro de las reglas de juego.
El 28 de agosto, en Palacio de Tribunales hubo diversas exposiciones a favor y en contra de la constitucionalidad de ciertos artículos de la Ley de Medios. Puntualmente, ¿cuál es la discusión de los actores que participaron?
Lo que está en juego es la palabra para todos. Lo que se discutió en la Corte es que hay algunos que quieren tener la palabra pero también tener el potenciómetro y el altoparlante. Por lo tanto, por más que la tengan los otros, queda totalmente anulada. Porque la participación y el pluralismo en la información es una necesidad de la democracia, no es una necesidad del mercado. El mercado tiende a la concentración y al monopolio.
Mientras tanto Clarín dice que pueden desaparecer sus señales ¿cómo cree que perciben los ciudadanos esta disputa?
En cierta forma Clarín está diciendo la verdad porque va a tener que optar en dar Canal 13 o tener TN ya que de acuerdo a la Ley puede tener una sola señal en el paquete de canales que brinde a través de Cablevisión. Pero eso no va a cambiar la situación de los ciudadanos, porque los canales pueden entrar y salir dentro de una lógica legal. El tema acá no es que se saque del medio a nadie, si no que se integre a todos.
Durante su exposición en la Corte usted ejemplificó casos en los que el monopolio traba el desarrollo de las cooperativas, entre ellos Zapala, Punta Alta y Tres Arroyos ¿qué implicancias tuvo esto para las comunidades donde están insertas?
Todo este tiempo en que el cooperativismo no pudo estar en la televisión por cable en cada una de sus localidades, ocurrió un desapoderamiento de dinero local que fue a parar a otro lado, que de haberse permitido que sea la cooperativa la que lo preste hubiera sido una importante cantidad de dinero que quede en la sociedad para mejorar el servicio, para abrir fuentes de trabajo y para dinamizar la economía de cada uno de esos lugares. Se calcula que unos 40 mil millones de pesos en los 29 años fueron sacados de las pequeñas comunidades a través de estas organizaciones de empresas, que en algunos casos son multinacionales, porque detrás de Clarín el 18 por ciento de acciones es de un banco norteamericano, ni siquiera es capital argentino.
¿Las cooperativas están preparadas para responder a la demanda?
He recorrido el país y sé que, de hecho, están dando muy buenos servicios. En Santa Rosa, La Pampa, en este momento la cooperativa está compitiendo directamente con Cablevisión e incluso ofrece muchos canales de alta definición a un precio de 85 pesos, lo cual obligó a que la otra firma tuviera que adecuar el valor, que estaba por encima de los 160 pesos. Desde ese punto de vista, el cooperativismo está dando una muestra importante de compromiso por la necesidad de democratizar la palabra.
Fuente: Agencia ANSOL