Por: Paco Audije
La Federación Europea de Periodistas (FEP), grupo europeo de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), ha acogido muy favorablemente la decisión de la fiscalía belga de rechazar la demanda por soborno planteada por la Oficina Europea Anti Fraude (conocida por sus siglas en inglés, OLAF) contra un corresponsal establecido en Bruselas.
Tras nada menos que cinco años, Bélgica ha aceptado que el periodista Hans-Martin Tillack es inocente. Se trata de un reportero de la revista Stern, que fue demandado a instancias de altos funcionarios de la Unión Europea.
“Pese a tener la apariencia de que se trataba de descubrir un topo que pasaba información al periodista, las acusaciones -sin sentido- de soborno dejan ver con claridad que se trataba más bien de desacreditarle personal y profesionalmente”, ha declarado Aidan White, Secretario General de la FEP/FIP en una rueda de prensa celebrada en Bruselas.
Según el abogado de Tillack, también presente en la misma conferencia de prensa, la decisión judicial se fundamenta en una falta de pruebas absoluta.
Mientras trabajaba en Bruselas, Tillack sufrió la primera acusación en 2002, supuestamente por sobornar a un funcionario no identificado de la Unión Europea. Esa denuncia provocó la irrupción de la policía belga tanto en su domicilio como en su oficina, además de la incautación de sus archivos, teléfonos y material informático. Una denuncia similar, ante la policía de Alemania, fue rechazada en un plazo de pocos meses.
En 2007, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó la acción policial por no respetar el derecho del periodista a la protección de sus fuentes y ordenó al gobierno belga pagarle 40.000 euros por daños materiales y 10.000 más por daños morales.
La FEP y la FIP han criticado duramente la investigación de la policía belga, pero han señalado asimismo que las denuncias iniciales fueron intencionadamente olvidadas para no tener que identificar a la fuente extraoficial situada en el seno de la burocracia europea. Según una nota de la FIP, “se trataba de intimidar al periodista y obligarle a abandonar su investigación por corrupción y malas prácticas”.
Tras la decisión judicial, la FIP y la FEP siguen pidiendo a las autoridades de la Unión Europea que asuman sus responsabilidades y respondan por los errores de sus funcionarios. Exigen una disculpa ante los periodistas y que se lleve a cabo una investigación independiente hasta llegar al fondo de un polémico asunto que ha proyectado una sombra entre los periodistas y la comisión.
“Es hora de decir la verdad, toda la verdad, sobre cómo y por qué surgieron esas denuncias”, ha concluido Aidan White. “Debería haber una investigación independiente, porque los que cometieron esos errores, o actuaron de manera irresponsable, deberían responder de ello. Al menos, deberíamos obtener ciertas disculpas por esta historia de política sombría”.
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Fuente: Periodistas en español