domingo, 20 de marzo de 2022

Una interpretación del Derecho al Olvido puede conducir a la censura

En diálogo con TelAm, Martín Becerra investigador del Conicet y docente de la UBA sostuvo que si la Corte Suprema ratifica el fallo sobre el caso de Natalia Denegri "podría estar sentando un precedente muy peligroso", que colisionaría "con la libertad de expresión y el derecho al acceso a contenidos que fueron concebidos para ser difundidos o publicados"
Por: Julio Mosle

El docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e investigador del Conicet Martín Becerra afirmó que si la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) ratifica el fallo sobre lo que se conoce como "Derecho al Olvido" en el caso de Natalia Denegri "podría estar sentando un precedente muy peligroso que le abre la puerta a la censura".

Becerra, que también es profesor de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), sostuvo en diálogo con TelAm que "es incorrecto hablar de Derecho al Olvido porque de lo que estamos hablando es de derecho a la desindexación de contenidos en motores de búsqueda como Google".

"Se trata de una figura que está reglamentada en Europa pero que no forma parte de nuestra tradición regulatoria y que recién empieza a aparecer en algunos fallos", indicó.

Esta semana, la Corte realizó dos audiencias públicas previas a su fallo sobre el pedido de Denegri para que se desindexen en internet sus apariciones televisivas en los años 90 como una de las figuras mediáticas del conocido como "caso Coppola" en el que policías y oficiales de justicia pretendieron involucrar al representante de futbolistas en tráfico de drogas.

Denegri, que por entonces tenía 20 años y aparecía en los sets televisivos incluso golpeándose con otras mujeres, y actualmente es productora y reside en la ciudad estadounidense de Miami, sostiene que no se prestó voluntariamente a esas apariciones y, por el contrario, fue obligada "bajo amenaza y extorsión".

"Vivíamos secuestrados por los productores, vivíamos en hoteles y nos llevaban a los canales. Yo no pedí ser famosa, me hice famosa por un caso policial", afirmó el viernes en la segunda audiencia pública.

Por otro lado, los argumentos de Google coincidieron con los del procurador fiscal de la Nación, Víctor Abramovich, en que no hay ningún hecho ilegal en los videos referidos y que el motor de búsqueda no puede restringir el acceso por tratarse de información pública.

"Cómo en la actualidad la mayoría de los usuarios de internet en occidente utilizan Google para sus búsquedas, el hecho de que un contenido sea desindexado es asociado de manera desproporcionada al 'Olvido', pero no es el contenido el que se elimina sino su indexación al buscador", explicó a TelAm Becerra (foto).
El investigador advirtió que "una interpretación desproporcionada del Derecho al Olvido puede conducir a la censura colisionando con la libertad de expresión y el derecho al acceso a contenidos que fueron concebidos para ser difundidos o publicados".

En igual sentido se expresaron organizaciones como el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) en la primera audiencia pública de la Corte que tuvo lugar el jueves.

Becerra señaló que la idea del derecho al olvido se reglamentó en Europa a partir del caso de un abogado que aparecía en los buscadores como moroso de una deuda que había saldado hacía mucho tiempo.

"A partir de ese caso la regulación europea protege las acciones privadas de las personas cuando los contenidos indexados son ilícitos, falsos o desactualizados", apuntó el investigador.

Pero aclaró que la diferencia es cuando se trata de "personas públicas o el interés público de contenidos que forman parte del patrimonio cultural de la sociedad por más banales que parezcan".

En este sentido también enfatizó que "una de las razones para que se abra este debate es la opacidad del algoritmo que muchas veces conspira contra el acceso a la información al no clarificar cuando prioriza indexar un contenido por su actualidad o por el volumen de tráfico que registra".
Ver también: Caso Cóppola: Google deberá borrar videos de las peleas mediáticas, Derecho al olvido: recomiendan su rechazo en la causa Natalia Denegri contra Google
Becerra remarcó que "frente al caso Denegri la Corte Suprema puede revalidar el fallo de Cámara (que favoreció la demanda de la productora) o habilitar una nueva línea de interpretación".

"En Argentina no hay una legislación específica sobre la desindexación, y forzar una interpretación más amplia del derecho al honor que es algo que si existe, podría abrir una puerta muy problemática para el ejercicio de la libertad de expresión en situaciones ambiguas o fronterizas", destacó.

A modo de ejemplo, Becerra afirmó: "Supongamos que dentro de unos cinco años Viviana Canosa se convierte en una persona respetuosa de la salud pública y pide que los buscadores desindexen todos los contenidos en los que ella aparece recomendando beber dióxido de cloro; ¿no son esos registros una parte del debate social que se dio en el contexto de la pandemia?".

El investigador cuestionó que un elemento "peligroso" del fallo de Cámara a favor de Denegri es "la diferenciación no clarificada de contenidos 'de buen gusto'" y observó que "si la Corte validara esa lógica se abre la puerta a que todos salgamos con un termómetro 'de buen gusto' para ver que contenidos pueden ser indexados y cuáles no".

Dar el debate
Un punto en el que el docente hizo hincapié es la posibilidad de que el Congreso tome el tema para debate.

"El Poder Legislativo debería por lo menos dar el debate sobre la necesidad o no de introducir la figura del Derecho al Olvido en nuestra legislación, para establecer una posición frente a estas presentaciones judiciales que invocan figuras que no están reglamentadas", consideró.

Y resaltó que la discusión "es típica de un nuevo ecosistema digital en el que las fronteras entre lo privado, lo público, lo íntimo, el 'honor', la memoria y la exhibición se enfrentan a la posibilidad inédita de que todas las interacciones queden almacenadas para ser mercantilizadas".

"Es lógico reconocer que nadie 'tiene la posta', todos los días a cada instante miles de ciudadanos de a pie sufren las consecuencias de su exposición y hay situaciones super delicadas; pero una cosa es la vida privada de personas anónimas y otra la vida pública de personas públicas, que creo que es el eje de lo que se discute en el caso Denegri", completó Becerra.

¿Existe un "derecho al olvido"?
El caso "Denegri contra Google" exhibe el conflicto, que puede presentarse en el ecosistema digital, entre el respeto a la intimidad y el honor con la libertad de expresión y el derecho ciudadano a la información.

Denegri es considerada hoy una de las latinas más influyentes en EEUU. En los 90 estuvo involucrada en el escandaloso "caso Coppola".

¿Quién es Natalia Denegri? Según dice el primer párrafo de Wikipedia, es una actriz, conductora y productora argentina, residente en Miami, ganadora de 17 Emmy. En los siguientes párrafos se señala que uno de esos premios lo ganó con el programa religioso "Buscando a Dios". También que fue reconocida por el Congreso de los Estados Unidos por su labor comunitaria en ayuda a los damnificados por el huracán María, que fue incluida en la lista de las 25 Mujeres Latinas Más Poderosas de la revista People En Español -junto a figuras como Salma Hayeck o Thalía- y que escribió dos libros con historias de superación personal, entre las que se cuenta la suya, relacionada con la maternidad.

Un porcentaje significativo de la comunidad latina en los Estados Unidos seguramente asocia su nombre con algunos de estos datos biográficos. Buena parte de los argentinos de cierta edad es probable que, hurgando un poco en su memoria, vinculen su nombre con una joven que aparecía en los programas de Mauro Viale, involucrada en el escándalo del llamado "caso Coppola", causa sobre el narcotráfico y la corrupción judicial de los años 90.

Parece que se tratara de dos homónimas con vidas opuestas pero se trata de una misma persona. Los últimos años de Denegri pueden ser leídos como un extraordinario y destacable intento de tapar con acciones filantrópicas, esfuerzo personal y éxito profesional un pasado vergonzoso.

Al igual que una vieja foto Polaroid, los rastros de ese pasado se fueron desdibujando en el recuerdo de millones de espectadores que vieron hace un cuarto de siglo algunas de las escenas que tenían a Denegri como protagonista. Pero hay un lugar en el que ese pasado revive, convirtiendo las imágenes borrosas de la memoria en un testimonio potente que une rápidamente las piezas separadas en el recuerdo. Esa suerte de aleph digital que puede reconfigurar la identidad de una persona es Google. La plataforma en la que diariamente se hacen más de 5.000 millones de búsquedas, es hoy el principal reservorio de la memoria de las comunidades y de los individuos. Fuimos eliminando muchos de los soportes físicos de datos y, sobre todo, atrofiando las zonas del cerebro que almacenaban información. Hoy contamos con una robusta memoria digital que sustituye nuestra falible memoria orgánica. Es allí donde los internautas, entre otras cosas, buscan un dato preciso cuando aparece una duda en una discusión, una referencia orietativa ante una inquietud o respuestas a preguntas como "¿Quién es Natalia Denegri?" Y la respuesta aparece con el formato de un menú de contenidos en los que podemos encontrar notas de hace más de dos décadas referidas al "caso Coppola" o imágenes de esos programas en los que Mauro Viale lograba records de rating con la creación de un subgénero: las peleas de mediáticos. Natalia Denegri, que en ese entonces tenía 20 años, fue parte de esos shows televisivos que hoy pretende sepultar.

Para muchos, somos lo que Google dice que somos. ¿Hay un "derecho al olvido" en Google? ¿O estamos condenados a una suerte de imprescriptibilidad digital de los errores del pasado? ¿O a una distorsión de la cronología natural de todo recorrido vital regida por una arbitrariedad algorítmica? Por otro lado, ¿resulta aceptable censurar contenidos de interés de las audiencias, entre los cuales puede haber información de personas que en el presente o en el futuro pueden resultar democráticamente elegidos para ocupar cargos públicos o quedar a cargo del cuidado de nuestros hijos? Son preguntas propias de esta era digital. Natalia Denegri llevó su caso a la Justicia argentina y, después de dos fallos favorables a su petición de desindexar de Google contenidos lícitos que sostiene no son de interés público, sus argumentos están siendo analizados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

El supuesto "derecho al olvido" –categoría inexistente en el derecho argentino, pero con consagración normativa en el europeo- conspira contra la libertad de expresión y de prensa, en la medida en que desindexar contenidos equivale a suprimir información y, por lo tanto, atenta contra el derecho de todo ciudadano a recibir esa información. En el intento de proteger el derecho al honor y el respeto a la intimidad, es extremadamente riesgoso poner en cabeza de un juez, como proponen los fallos a favor de Denegri, la decisión de caratular qué contenidos tienen o no interés periodístico. Esto es algo que nuestra dinámica constitucional deja librado al criterio de medios y audiencias, sin que esto implique ausencia de responsabilidad ante eventuales excesos y perjuicios ni de mecanismos para rectificar o eliminar contenidos difamatorios, injuriantes o calumniosos.

Queda claro que el planteo judicial debe hacernos reflexionar sobre el impacto de las grandes empresas tecnológicas en nuestras vidas. La forma en que funcionan los algoritmos requiere dosis de transparencia que nos permitan entender cuál es la lógica que guía la jerarquización de los contenidos que nos ofrecen. Hay muchos ajustes pendientes en el ecosistema digital. La desactualización y la descontextualización de la información contaminan el debate público. Suprimir información genera un daño mayor.
Fuentes: Agencia TelAm y La Gaceta

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