viernes, 21 de junio de 2019

Sigue el juicio por el secuestro de un periodista de Clarín

Mujeres periodistas declararon en el juicio “La Escuelita VI”.“Fueron las acciones y publicaciones de los periodistas durante tres meses lo que nos salvó”, afirmó periodista Teresa María Oliva, y apuntó que colegas organizaron un operativo de rescate de su compañero en plena dictadura
Por: Shirley Herreros
“No recuerdo en otra provincia, en otro lugar, en el que los periodistas hicieran un operativo de rescate poniendo en peligro sus vidas. Se arriesgaban, presionaban y pedían explicaciones”, decribió María Teresa Oliva, al dar cuenta del secuestro que vivió el 23 de julio de 1978 junto con su esposo el periodista Enrique Esteban, quien se desempeñaba como corresponsal del diario Clarín en Neuquén.

El matrimonio fue torturado por separado. Ella liberada a las pocas horas luego de un simulacro de fusilamiento. En el caso de Esteban, el corresponsal de Clarín y LU5, permaneció tres meses en un centro clandestino de Bahía Blanca, atado con cadenas a un camastro y sometido a sesiones de tortura.

Estéban falleció por un accidente automovilístico en 1990 y la denuncia de su caso se conoce por su esposa y por Sergio Polastri, quien durante tres meses compartió con él la detención en la U9 de Neuquén. Luego los torturadores lo abandonaron en Tres Arroyos, Buenos Aires.

Según describió Oliva, los periodistas de LU5, Lu19, Sur Argentino, Río Negro, de las corresponsalías de DYN, TelAm, La Nación y la Nueva Provincia se organizaron para publicar todos los días notas cortas sobre el secuestro del periodista de Clarín. “Si (el presidente de facto Rafael) Videla iba a Paraná, allá lo llamaban para que los periodistas preguntarán qué se sabía del caso de Esteban, que habría sido secuestrado en Neuquén”; explicó Oliva.

Señaló que incluso en Clarín salieron publicados en esos días comunicados del grupo de profesionales que hacían referencia a la investigación. Cuando fue liberado en Tres Arroyos, su presunta aparición salió en las radios nacionales y repercutió de inmediato en Bahía Blanca y Neuquén.

Dos horas y media declaró ante el tribunal. En forma detallada describió los primeros días tras el accionar del grupo de tareas, el encuentro con el general José Luis Sexton cuando fue a verla a su casa con el otro jefe del comando, Antonio Guiñazú y se encontró con Felipe Sapag y su hija Silvia, quien le susurró al oído “preguntale por La Escuelita”.

Silvia Sapag estuvo presente durante el testimonio de Oliva, en una sala repleta de público y de estudiantes secundarios.
Oliva describió también el secuestro del que fue víctima Cristina Parente, quien trabaja en prensa de la Universidad Nacional del Comahue y a quien conocía por haber estudiado juntas periodismo en La Plata.

“Ella tuvo la desgracia de compartir la pensión con una joven que era chilena. Allanaron el lugar en busca de la chica que nunca volvió a aparecer y fueron a buscarla a Cristina al trabajo”, dijo. Agregó que y tras ser torturada en la delegación de la Federal (1976) “fue a vernos a nuestra casa porque vivíamos a la vuelta. Ella no estaba en condiciones de hacer nada, así que Enrique con un amigo le fueron a buscar sus cosas a la pensión y volvió a Punta Alta, de donde era su familia”.

“La infiltración ha sido histórica en el periodismo, desde la época de mi padre (también periodista) nos decía que era una de las profesiones más fáciles de contaminar”, dijo Oliva cuando se le consultó si había periodistas que trabajaran para la dictadura en el grupo que hizo público el secuestro de Esteban en 1978.

“El jefe de mi esposo, Pedro Heraldo Brodi (fallecido) cuando estaba en LU5 me negó que fuera el responsable del secuestro de Enrique. Dijo que él era empleado de la Side, pero no tenía conocidos para saber su paradero. Él era jefe del informativo y dejó que se pasaran todos los comunicados”, sostuvo.

Oliva describió que Raúl Guglielminetti (condenado por torturas y secuestros en este juicio y en otras causas que se llevaron a cabo en Buenos Aires) era colega de su esposo “y de él se sabía que era inteligencia, porque siempre hablaba de lo que hacía en Tucumán y en Bahía Blanca”, recordó.

La periodista describió los tres meses de búsqueda de su esposo y de las gestiones tanto judiciales como políticas que se realizaron para saber su destino. Describió al menos dos encuentros con uno de los acusados, Néstor Castelli, durante la desaparición forzada de su marido y contó que Esteban fue “regresado” desde Bahía Blanca tras el blanqueo de su secuestro. “Recuerdo a Sexton, Enrique Olea y Castelli seguro, porque estaba la plana mayor en el Batallón”, continuó relatando.
Fotos: Agustín Martínez, La Mañana de Neuquén
Fuente: Diario Río Negro

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