En su primera aparición como gobernador electo, Omar Perotti en su discurso de victoria tuvo algunas menciones y algunas omisiones llamativas. No se trató de un discurso eufórico y exaltado, sino bien medido y pensado. Por lo tanto no se le puede endilgar como excusa la efervescencia del momento.
En primer lugar, como lo ha estado haciendo durante toda la campaña, no mencionó ni una sola vez la contienda de octubre, la figura de Cristina, del Frente Patriótico, tampoco deslizó una posición crítica al gobierno nacional. Ni una sola crítica a las políticas de Cambiemos!!!
En segundo lugar, como ya lo hemos señalado, dijo "el Estado no está para reemplazar, sino para acompañar y complementar", corriendo al Estado de su función rectora y poniéndolo al servicio de las directrices del sector privado, en pie de igualdad con ellos.
En tercer lugar, habló una vez más de levantar al gigante de pie, pero no dijo quién debería aportar para eso. Nada dijo sobre la concentración de la riqueza, tampoco sobre los sectores productivos que conforman la provincia y, entre ellos, el sector agroexportador como el primer y privilegiado sector de la economía de la provincia. Sus exportaciones son mayores que el presupuesto anual de la provincia y gozan del privilegio de no tributar impuestos a los ingresos brutos.
En cuarto lugar, en el agradecimiento a su Rafaela natal mencionó a sus profesoras, pero jamás se le cayó de la boca la mención sobre la educación pública. Agradece el esfuerzo de docente pero no reconoce la precarización. Tampoco habló de la salud pública, simplemente de la salud a secas.
En quinto lugar, se refiere al trabajo como aquello "que permite prorgesar, que permite un ascenso en la vida". Sin embargo, nada dice de las condiciones en las cuales se desarrolla el mismo. Máxime cuando es sabido que el reconocimiento del esfuerzo, que profesa el rafaelino, suele ir en detrimento del reconocimiento de derechos laborales. Más aún, no menciona la palabra "derechos", ni colectivos ni individuales. sólo agradecimientos "a cada uno".
También, su apelación a la cuestión de género deja muchas más preguntas que certeza, ya que ingresa a esa discusión con el antecedente de su abstención en el senado por el aborto legal, seguro y gratuito. Si el acontecimiento que brotó de los pañuelos verdes dejó algo en claro, es que para discutir sobre género, la posición sobre el aborto debe ser punto de partida. Despenalizar y salvar vidas es el piso para comenzar a discutir y, en este punto, su posición fue muy clara, al igual que su actual silencio.
Finalmente, la universidad pública, de la que egresa como contador nacional, fue olvidada de esos agradecimientos. Si se trataba de agradecimientos, fue un olvido importante, porque no sólo obtiene el título de contador sino que llega a presidir el centro de estudiantes. En rigor de verdad, podríamos decir, su carrera política comienza en la Universidad Nacional del Litoral. Pero si no fue en clave de agradecimiento sino de trazar un esbozo de su plan de gobierno, la ausencia de "lo público" confirma mucho de lo que hemos dicho.
Tal vez ahora se arme un escenario de disputa, de relaciones de fuerza. Pero volvemos a decir, Omar es Perotti y no desaprovechó su primera alocución para marcar la cancha a propios y extraños.
PEGUES (Programa de Estudios Gubernamentalidad y Estado), Universidad Nacional de Rosario (foucaultiate@gmail.com)