El empresario convocará a una asamblea de accionistas con el objetivo de correr de los directorios de todas las empresas del grupo que fundó a los representantes del fondo OP Investment. También se entusiasman con un cambio de carátula en las causas judiciales sobre Oil Combustibles
Por: Andrés Sanguinetti
Además de haber sostenido que no estuvo preso sino secuestrado, Cristóbal López aseguró -de manera contundente- seguir siendo el dueño del Grupo Indalo.
Las declaraciones del empresario recién liberado por la decisión de dos de los tres jueces de la Sala 1 de la Cámara Federal porteña de su encierro en el penal de Ezeiza pegaron fuerte en el entorno de Ignacio Rosner. Hasta ahora, el financista venía reclamando a la Justicia la aprobación del proceso de compra del holding creado por el empresario kirchnerista junto a su socio Fabián De Sousa, también liberado.
Es que, Cristóbal López también sostuvo que Rosner fue designado por él como administrador para gerenciar Indalo y acercar inversores que permitieran inyectar fondos frescos a las compañías agrupadas detrás de ese holding. Según López la operación nunca fue concretada porque debía ser aprobada por el juzgado federal a cargo de la causa que llevó a ambos empresarios a la cárcel. En sus declaraciones a los medios, aclaró que la transacción debía ser ad referéndum del juez Julián Ercolini.
Como este hecho no ocurrió, López insiste en presentarse nuevamente como el propietario de Indalo y asegura que Rosner es una especie de CEO que responde a sus intereses empresarios.
Es más, entre lunes y martes el mismo Cristóbal López buscará retomar el control del holding. Su estrategia es la de convocar a una asamblea de accionistas y la conformación de un nuevo directorio. El plan también contempla correr a Rosner y a su socio Santiago Dellatorre, de sus cargos para retomar el control de Indalo.
Se analiza también dar marcha atrás con todo lo actuado por los dueños de OP Investemt en el holding, incluyendo el cambio de nombre por el de Grupo Ceibo. Serán cruciales las reuniones que estos empresarios mantengan este fin de semana para delinear cuál será el futuro del grupo, mas allá del devenir judicial que, bajo el nombre de Indalo o de Ceibo, igualmente deberá transitar.
En el entorno de Rosner y Dellatorre admiten que compraron las acciones de buena fe y ad refendum de la aprobación del juez Ercolini y que por eso mismo no existe delito alguno en el intento de venta, tal como el magistrado invocó para encarcelarlos durante estos tres meses. Agregan que como el magistrado no se expidió, las acciones no se traspasaron aunque si se modificaron los directorios de todas las empresas del grupo. Y agregan que si Cristóbal López pretende volver debe recusar el contrato que firmó con Rosner y luego llamar a cada uno de los directorios para votar sus nuevas conformaciones.
"Está enojado y no le queda otra que decir lo que dice para no ir preso", argumentan quienes conocen a Rosner a modo de explicación de las decisiones que Cristóbal López pretende tomar desde principios de la semana próxima. Ocurre que sosteniendo que no se desprendió de sus acciones, el empresario contradice al fallo de Ercolini quien hasta sostuvo que la operación de cambio de accionistas era un delito porque se pretendía concretar a pesar de las inhibiciones impuestas.
Sin embargo, desde el entorno de Cristóbal López y Fabián De Sousa anticipan la posibilidad de que se genere un quiebre en la relación con Rosner. "Habrá quilombo", sentencian, haciendo referencia al plan retorno de López a su grupo Indalo. De hecho, en los últimos días se conocieron informes judiciales sobre los salarios percibidos por Rosner y Dellatorre por gerenciar las actividades del holding que ellos mismos rebautizaron como Grupo Ceibo.
Desde el entorno del financista se insiste en que el contrato de compra venta sigue vigente y que es probable que una de las consecuencias de la libertad de los creadores de Indalo sea la del apartamiento del juez Ercolini de la causa. De hecho, aseguran que el fallo de la Cámara Federal es terminante y crítico con la actuación del magistrado y se esperanzan con su apartamiento lo cual ocurriría la semana próxima.
También tienen en cuenta la posibilidad cierta de un cambio de carátula en la causa. Si esto ocurre, pasaría a la justicia Penal Económica favoreciendo las chances de que el grupo pueda hacer uso de un plan de pagos a muy largo plazo de la deuda de Oil Combustibles, la petrolera de Indalo. Esto se debe a que, antes de solicitar la apertura del concurso preventivo de acreedores a principios del 2017, el grupo hizo una reserva para acogerse a una moratoria ofrecida por la AFIP a muchas empresas en problemas y que finalizó el 31 de marzo del mismo año.
Si la causa se unifica en otro juzgado Penal Económico y se rechaza la apelación que presentará el ente fiscal en contra del fallo que liberó a López y De Sousa, se abre una ventana para que Oil obtenga la moratoria. La petrolera adeuda más de $15.000 millones a la AFIP, entre capital e intereses, por no haber girado durante varios años lo recaudado del Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC), que usó para comprar otras empresas y expandir los tentáculos de Indalo.
Si Indalo logra que Oil pueda pagar en hasta 96 cuotas ese monto, la AFIP recibiría un fuerte golpe en la estrategia que montó su anterior titular, Alberto Abad, para mostrar esta maniobra como un fraude al Estado que no debía ser favorecido por ningún plan de pagos. Esta deuda es la que desde el año pasado desde Indalo se intenta comenzar a pagar, pero con el beneficio de los planes que la AFIP dice estar reservados para empresas con problemas financieros pero no con causas de estafas o defraudaciones.
De manera adicional, Oil siguió acumulando deuda por el ITC hasta que decidió cerrar la producción de combustibles de su refinería de la localidad santafesina de San Lorenzo. Desde el entorno de OP Investment se insiste en que hasta ahora han presentado varios planes para terminar con el ahogo financiero que sufre Oil y se acusa a la AFIP y al Gobierno de rechazar todas las propuestas de rescate, profundizando la crisis de una empresa que hoy emplea a 4000 trabajadores.
También se rechazan las declaraciones de Cristóbal López sobre el verdadero rol que ocuparía Rosner en el plan de salvataje de Indalo. Y hasta se anticipa que en las próximas horas se podría despejar el horizonte para que la justicia finalmente permita el cambio de accionistas y, de ese modo, enterrar definitivamente al Grupo Indalo y sostener al nuevo Grupo Ceibo
Foto: Enrique Medina - La Nación
Fuente: iProfesional