En junio de 2003 escribió en la revista TXT, dirigida por Adolfo Castello:
Mala Suerte
Por: Gonzalo Bonadeo
Querido Adolfo:
Te pido que me entiendas. No tengo nada personal con tu amigo Daniel. Lo mío con él fue sólo mala suerte. Un día, creo que fue en 1987, me encontré con Pinky y con él en Roma durante el Abierto de Tenis (sí, yo soy de esos que viajaban antes de Carlos), y ella me contó que su amigo acababa de ganar el gran premio de Montecarlo, con Casiraghi como rival y todo.
Curioso como soy, fui a comprar el diario para mostrar en Argentina lo grosso que era el pibe. Pedí La Gazetta dello Sport, ese de páginas grandotas y rosadas, que publicó como ocho páginas de la carrera, pero nada de Daniel. A partir de ahí, todo fue un fue un gran desastre de mala suerte.
Todas las infamias en su contra me las mandaron a mí. Que no quiso reconocer a su hija ni cuando estaba internado después del accidente, que un año hizo publicar para amigos y clientes argentinos cien ejemplares del anuario de la Federación Internacional de Motonáutica, distintos de los oficiales que casi no lo tenían en cuenta, que ganó un premio Olimpia por haber aportado un sponsor (Alba) y el canal (9) que trasmitió la fiesta, que jamás corrió en la Fórmula 1 de la motonáutica sino en una categoría menor, que armó carreras con algunos pilotos que se aseguraban unos mangos pero no podían ganarle, que no paró de pagarles a periodistas y responsables de medios para que potenciaran sus hazañas y toda una sarta de pavadas más que no caben en mi cabeza.
Para colmo, cuando se metió en la política, los mismos guachos empezaron a joderme con que el flaco garpa con dinero público por espacios algunos medios, que los materiales que salen en algunos canales son editados en una isla que instaló en su casa, que el capo que puso en Parques Nacionales tenía como mejor antecedente ser service oficial de Electrolux, una compañía sueca que Danny representó durante mucho tiempo en el país y hasta que garpa con guita nuestra un servicio de prensa que le manda todos los días cada cosas que se dice y publica sobre él.
Mirá, Adolfo, un muchacho con tan buen imagen del cual tan bien hablan casi todos los diarios, canales y radios, que salvó la elección de Kirchner, que engrandeció de modo semejante al deporte argentino y nos hizo ganar una fortuna con su estrategia turística, no merece tantas infamias. Y como a mí, que no creo una sola palabra de todo esto, me viven mandando data jodida sobre este buen hombre, pido a través de tu prestigiosa revista que no me usen más para difamar la imagen de este auténtico pichón de estadista.
Gracias por todo y saludos a Lorena [Maciel], que la noche de los Martín Fierro estaba tan borracha que confundió a Gillespi con Alacrán.
El 5 de julio de 2003, el periodista Leonardo Rearte, del diario Los Andes le pregunta:
¿Scioli empezó a mover influencias en las redacciones de los diarios para posicionarse en el mundo del deporte... ¿Es así?
Sí, sobres, órdenes de compras... Yo vi los sobres. No vi su contenido, pero sí que el receptante de Scioli tenía la carpeta con la información y las fotos que había que publicar
Fragmento del libro: "Scioli secreto: Cómo hizo para sobrevivir a 20 años de política argentina", de Pablo Ibáñez - Walter Schmidt (editó Sudamericana)
Scioli "un caballero respetuoso" que a fines de los '90 pidio a tyc que me callaran a cambio de derechos de tranmisiones x una carrera cuya
— Gonzalo D. Bonadeo (@gonbonadeo1963) agosto 8, 2013