El ex CEO de Torneos implicará a Pablo Paladino, coordinador del programa oficial y hombre de Aníbal Fernández
Por: Nicolás Pizzi
Alejandro Burzaco pasó la noche en su refugio neoyorquino con la tranquilidad del primer objetivo cumplido. Pero la carrera judicial recién comienza. El ex CEO de Torneos todavía no pudo ver las pruebas en su contra. Las negociaciones con la Justicia estadounidense siguen su curso.
Tarde o temprano, Burzaco tendrá que hablar de las coimas. “El tiempo en estos momentos es un privilegio del acusado para pensar y para seguir negociando, mientras los investigadores terminan de reunir más pruebas”, evaluó una fuente que conoce el proceso judicial.
Aunque su entorno decidió cerrar filas, trascendió que no daría detalles puntuales del destino de las coimas, esto es, las cuentas y los bancos de destino, aunque aceptaría haber ordenado el pago de sobornos para torcer voluntades de dirigentes de la FIFA y la Conmebol.
Los nombres que aportará se guardan bajo siete llaves. En el plano local, el ex CEO de Torneos le apuntará a Pablo Paladino, coordinador de Fútbol para Todos. El funcionario ingresó al Gobierno de la mano de Aníbal Fernández y logró perdurar.
Apenas estalló el escándalo, la legisladora Graciela Ocaña pidió investigar si los fondos estatales que fueron a Torneos sirvieron para financiar el pago de coimas.
Pese a las investigaciones judiciales, Paladino sigue manejando el dinero de FPT, aunque ahora concentra su tiempo en la campaña de Fernández, con quien recompuso su relación personal.
“Nosotros no tenemos nada que ver con Burzaco, es un actor puesto por Grondona”, dijo ayer Paladino ante la consulta de este diario. De hecho, se suspendió un amistoso de la Selección con Honduras por la participación de Torneos (Burzaco mantiene el 20% de las acciones y participa de las reuniones de directorio a través de su abogado).
Paladino también negó cualquier contacto del Gobierno con Burzaco, o sus emisarios, tras el escándalo. “Ni yo ni ningún funcionario del Gobierno está preocupado por lo que pueda decir (Burzaco)”, dijo anoche desde Mar del Plata.
El Gobierno sobreactuó su distancia con el empresario con dos denuncias judiciales. La segunda, de la Procuración, está en manos del juez Daniel Rafecas, quien ordenará una batería de medidas para conocer más datos sobre el patrimonio del empresario. Hasta ahora hay muy poco: propiedades, autos de lujo y algunos ROS de bancos y aseguradoras.
En Estados Unidos, el empresario está acusado de haber pagado US$ 40 millones a dirigentes de la Conmebol por los derechos de transmisión de la Copa América de Chile. También se habría comprometido, junto a los Jinkis, a pagar otros US$ 70 millones por las próximas ediciones de la Copa.
Según pudo saber Clarín, Burzaco nunca estuvo convencido de pactar con la Justicia de Estados Unidos. Mientras estuvo prófugo, en algún lugar desconocido de Italia, estudió todos los escenarios posibles. Sus abogados lograron convencerlo de la extradición. Su entrega en Bolzano fue estratégica: en pocas horas consiguió el primer arresto domiciliario. Pasó casi dos meses en un apart hotel de lujo, encerrado en un departamento, donde sólo tenía teléfono e internet. Su movilidad se redujo a cuatro paredes. Ni siquiera podía llegar hasta la pileta. Lejos de su familia, llegó a temer por su seguridad. Más tranquilo en Nueva York, estudia una y otra vez su declaración. De sus palabras, depende su futuro.
Fuente: Diario Clarín
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