domingo, 1 de septiembre de 2013

“La libertad de expresión tiene límites, no así la libertad de opinión”

Por: Santiago O`Donnell
Tuvimos la oportunidad de escuchar esta semana al abogado guatemalteco Frank William La Rue, Relator Especial de las Naciones Unidas (ONU) para la Libertad de Opinión y Expresión. Este destacado experto es el fundador de la ONG guatemalteca Centro para la Acción Legal en Derechos Humanos, con la cual llevó adelante un trabajo de más de dos décadas dentro del sistema interamericano de derechos humanos.
Profesor de Libertad de Expresión de la Universidad de George Washington de la capital estadounidense, lleva cinco años al frente de la relatoría. Llegó en un día especial al auditorio de la facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos aires. A pocas cuadras de allí y en el mismo horario la Corte Suprema escuchaba argumentos a favor y en contra de la constitucionalidad de ciertos artículos de la ley de medios que obligaban al grupo Clarín a desprenderse de licencias y medios para atemperar su domino del mercado infocomunicacional.
La Rue no venía a hablar de eso, pero no pudo evitarlo. Dijo que él apoyaba la ley de medios audiovisuales aprobada en el 2009 y que la consideraba un ejemplo para la región, ya que representaba un avance en la democratización del espectro radial y televisivo, aumentando la pluralidad de voces disponibles, de acuerdo al derecho a la libre expresión y el derecho a escuchar distintas opiniones. Pero el experto de la ONU también fue muy claro al decir que no opinaría sobre el litigio entre el gobierno y el grupo Clarín porque no quería dar la apariencia de querer influenciar al alto tribunal argentino desde su puesto en las Naciones Unidas.
Sobre el final de su disertación, ante una pregunta del público, La Rue aclaró que así como él era un entusiasta adherente a la ley de medios argentina, de ninguna manera apoyaba la ley de medios que Ecuador había aprobado en junio pasado. La Rue explicó que, a diferencia de la ley argentina, la legislación ecuatoriana permite la regulación estatal de contenidos a través de un ente que La Rue calificó como “organismo de censura.” El relator de Naciones Unidas también criticó a la ley ecuatoriana por haber incorporado la figura poco feliz, a su juicio, de “linchamiento mediático”. La Rue señaló:“ La ley ecuatoriana tiene cosas buenas, pero no compensa el daño causado al crear un organismo de censura manejado por el estado.”
Pero no era una ley de medios, ni la argentina ni la ecuatoriana, el motivo de la visita de La Rue al país. Había venido a presentar su último informe ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que trata un tema de candente actualidad: “Incidencia de la Vigilancia Estatal de la Comunicaciones en el Derecho a la Privacidad y el Derecho a la Libertad de Expresión”. Optimista y de buen humor, La Rue comentó que su informe había sido bien recibido por la ONU, sin objeciones de ningún país, y que algunas de sus recomendaciones habían sido incorporadas a los Objetivos del Milenio del organismo multilateral. Habló de pie y micrófono en mano arriba de un escenario, ante unos cien docentes y alumnos esparcidos en un auditorio donde cabían muchos más.
La Rue arrancó explicando los distintos niveles del derecho a la libertad de expresión. Identificó cuatro. Primero, el derecho individual: cada persona tiene derechos a presentar opiniones y expresiones propias. Segundo, el derecho colectivo: distintas agrupaciones tienen derecho a expresarse como tales, ya sea la Universidad de Buenos Aires, por ejemplo, o el centro de estudiantes, o el gremio de docentes. Tercero el derecho social: el derecho de la sociedad a estar informada con diversidad y pluralismo. Cuarto, el derecho de los pueblos: el derecho de pueblos, etnias y o grupos nacionales de expresar su identidad a través del idiomas, cultura, tradiciones y valores que le son propios. En ese sentido destacó la importancia de las radios comunitarias y de los medios de comunicación de los pueblos originarios.
El experto dijo que estos principios rigen para todas las formas de comunicación, ya sea oral, escrita, visual, artística o satírica. También, para todos los soportes y todas las tecnologías, incluyendo, por supuesto, a internet.
Para la Rue internet es un instrumento de la libertad de expresión. Contó que en 2011 había presentado un informe a la ONU sobre el impacto de internet para la libertad de expresión. “En ese informe decía que internet es una plaza pública donde todos nos reunimos y nos encontramos para intercambiar distintas expresiones, una plaza que funciona con mucha libertad y limitaciones muy acotadas. Es una maravilla de instrumento,” recordó La Rue.
Internet trajo la comunicación interactiva, le dio poder a gente que antes no lo tenía y ayudó a derrotar dictaduras en Túnez y Egipto, enumeró La Rue. Pero así como internet facilita el libre flujo de ideas y conocimiento entre los pueblos, así como promueve la educación y la investigación, al mismo tiempo genera grandes zonas de riesgo, advirtió La Rue. Internet ha servido para inflamar el discurso del odio. “En Ruanda una radio llamó a cometer genocidio sin que la comunidad internacional reaccionara,” ejemplificó.
Internet también puede intensificar la desigualdad, agregó La Rue. “Si internet es el vehículo para expandir la libertad de expresión, el acceso a la información y la transmisión de ideas, entonces no debe ser para pocos,” razonó. Sin embargo, en las zonas más pobres de muchos países hablar de conectividad es una temeridad. El experto de la ONU propuso que así como prácticamente todos los países del mundo subsidian el transporte público, y no pocos el agua y la electricidad, también debería subsidiarse la conectividad a internet. Así como toda persona tiene el derecho humano a los insumos básicos, también tiene derecho humano a estar informada, explicó.
El acceso a la diversidad de contenidos también es un derecho, prosiguió La Rue. Por un lado está China, con 375 millones de usuarios en la red, casi un tercio de la población, pero con tremendas limitaciones en cuanto al contenido. Por otro lado está India, llamada la democracia más grande del mundo, con tremenda diversidad de contenidos, desarrollo de software, tecnología de punta, pero sólo un ocho por ciento de conectividad. Para La Rue, el acceso es tan importante como la diversidad.
Ahora, ¿Cuáles son los límites para la libertad de expresión? “La libertad de expresión tiene límites, no así la libertad de opinión,” opina La Rue, entrando de lleno en el contenido del informe que ha venido a presentar. Para el experto el derecho a la privacidad va de la mano con el derecho a la libre expresión. “La libertad de expresión garantiza la privacidad en las comunicaciones, pero vemos que la privacidad está siendo vulnerada en nombre de la seguridad nacional,” argumenta La Rue. Ningún derecho es absoluto, se apura en aclarar el experto de la ONU. “Yo no tengo problemas con que un juez pida datos a una telefónica o intervenga un sitio de internet en un caso de terrorismo, pero debe seguir el debido proceso. El derecho a la seguridad nacional es legítimo en una sociedad democrática, pero no puede convertirse en una excusa para un uso excesivo de la autoridad,” señaló. Dijo que los países latinoamericanos tienen derecho a defenderse de las mafias del narcotráfico y la trata de personas, pero abogó por el principio de la proporcionalidad. “Una cosa es intervenir un sitio de internet con una orden judicial y otra es monitorear a millones de personas sin decírselo a nadie,” apuntó, haciendo referencia a las últimas revelaciones sobre el espionaje masivo de la agencia estadounidense NSA, filtradas por ex contratista de la CIA Edward Snowden. “Para defender al régimen democrático hay que defender a las personas, pero también al sistema democrático. Si violamos las normas democráticas de procedimiento estamos violando la democracia.”
Fuente: santiagoodonnell.blogspot.com.ar

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