El Gobierno de Israel decidió retirarle las credenciales de prensa a cronistas de la cadena de televisión catarí Al Jazeera e intenta cerrar la oficina de la emisora en Jerusalén, con la excusa de que ese medio de comunicación “no deja de fomentar la violencia”, como dijo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
El mandatario anunció en su cuenta personal de Facebook que ha pedido “varias veces a quienes hacen cumplir la ley que cierren” la corresponsalía del medio qatarí en Jerusalén.
“Si esto no se hace, debido a diferencias en las interpretaciones legales, haré lo necesario para aprobar las leyes que permitan sacar a Al Jazeera de Israel” anticipó mientras avanza el proceso legal para prohibir ase canal y las autoridades israelíes han tomado ya medidas contra uno de sus periodistas.
Se trata de Elías Karram, árabe israelí originario de Nazaret al que la Oficina de Prensa del gobierno -conocida por sus siglas en inglés, GPO, un organismo que depende directamente de la oficina de Netanyahu- ha decidido revocar su credencial de prensa, lo que le impedirá acudir a actos oficiales y recibir trato de reportero por parte de las instituciones.
La GPO denuncia que Karram declaró en mayo de 2016 a la televisión Dar Al Iman que “el trabajo de los medios es una parte integral de la resistencia (palestina) y de su actividad de política educativa. El periodista juega un papel de oposición con el bolígrafo, voz o cámara porque es parte de la gente y hace la resistencia a su manera”.Estas palabras, considera la GPO, implican que el reportero “está tomando parte activa” y por tanto no puede cubrir la información de forma profesional.
Su caso será sometido a revisión la próxima semana, empezando con una vista el lunes, informó a la agencia de noticias EFE el director de Al Jazeera en Jerusalén, Waleed Omary, que declinó comentar más sobre el caso hasta que haya una decisión firme.
Sherif Mansour, coordinador para Oriente Medio de la ONG Comité para la Protección de los Periodistas, señaló por su parte que “censurar a Al Jazeera o cerrar sus oficinas no traerá estabilidad a la región sino que pondrá firmemente a Israel en el mismo campo de algunos de los peores enemigos de la libertad de expresión en la región”. Pero la Administración israelí ya se está moviendo en esa dirección y días después de la petición pública de cierre de Netanyahu, el ministro de Comunicación Ayoub Kara (de su partido, el Likud), anunció que revocaría los credenciales a los periodistas de la cadena, les impediría trabajar, cerraría su oficina en Jerusalén y prohibiría que esta transmita por satélite en Israel.
En un comunicado, Al Jazeera denunció esta decisión y resaltó que la lleva a cabo “un estado que reclama ser la única democracia en Oriente Medio”.
El cierre de la cadena puede resultar difícil desde una perspectiva legal y, además, podría incluso no convenir a Israel, apuntaron altos cargos del Ministerio de Exteriores que fueron consultados sobre ello por el Consejo de Seguridad Nacional, informó el diario Haaretz. “No hay duda de que cualquier infracción a las actividades de Al Jazeera y sus reporteros en Israel causaría daños en las relaciones públicas a Israel en el extranjero”, advirtieron las fuentes de Exteriores no identificadas.
Fuentes: Agencia TelAm y EFE
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