El experto en políticas de comunicación y planificación de gestión pública Diego Rossi advirtió que la reprivatización de las trasmisiones de los partidos de fútbol de Primera División "agranda la brecha comunicacional" entre los argentinos y beneficia a los oligopolios
A través de un análisis titulado "Fútbol no apto para pobres", el licenciado en Comunicación Social de la UBA, determinó que la obligatoriedad de pagar para ver los encuentros genera exclusión. "El criterio de comunicaciones convergentes aplicado por el Gobierno y la AFA al fútbol ha construido consumos digitales restringidos para pocos, lo cual constituye un parámetro regresivo en la garantía del derecho a la comunicación", explicó el profesor universitario.
Rossi asegura que a pesar de la TDA y algunos artículos de la Ley de Medios todavía vigentes, que buscan garantizar el servicio de TV gratuito para todos los argentinos, hay familias que optan por contratar un abono a un servicio aún en hogares con necesidades básicas insatisfechas. "La televisión paga es parte creciente del destino mensual de los ingresos de asalariados y cuentapropistas", señaló el asesor legislativo, y llamó la atención de que muchos usuarios se quejan de los tarifazos de luz, agua o gas, pero no del costo de los contenidos audiovisuales.
El especialista en comunicación no dejó de remarcar que los argentinos van a contramano de la tendencia mundial, de dar de baja a la suscripción al cable o TV satelital, y en cambio se mantienen "estables" la cantidad de conexiones. Rossi estimó que entre 80% y 82% de los hogares pagan por ver televisión, lo que representa unos 11 millones de clientes, sin incluir las plataformas on the mand, como Netflix. Cablevisión detenta el 40% de este mercado, con 2,25 millones de abonados. En los primeros seis meses del año perdió 10.000 y el número crece.
Según un informe de la consultora The Competitive Intelligence Unit del primer trimestre de 2017, en la Argentina el promedio del paquete de TV por suscripción es uno de los más caros de América Latina: $ 637 cuesta el analógico de Cablevisión, $ 855 el pack HD y $ 890 Direct TV. "En conjunto marcan un promedio de u$s 52 por mes", destacó Rossi, en base a THE-CIU.
Pero para ver el fútbol de Primera se requiere un abono HD (alta definición), por lo que esta situación "empuja a quienes tienen los abonos de menor precio de TV de pago, hacia combos, promociones u ofertas empaquetadas que elevan" el gasto. Por ejemplo, si se toma el abono más económico de Cablevisión (el analógico de $ 637), se le debe agregar un plus de $ 242 de "mantenimiento" del HD, más el "Pack Fútbol" de $ 300 por mes. Total: $ 1.179. En ciudades como Río Cuarto, Oberá o Santa Rosa la competencia con operadores locales o cooperativas es mayor y el costo es menor. En la capital de La Pampa el abono básico cotiza $ 495. Su principal competidor, la Cooperativa Popular de Electricidad, Obras y Servicios Públicos, lo ofrece por $ 229 más $ 25 por el decodificador.
THE-CIU subrayó además que en la Argentina, a pesar de los altos precios y el menor número de canales ofrecidos, la proporción del gasto en abono básico de televisión por suscripción se calcula en 3,2% en relación al ingreso per cápita. Pero para Rossi ese dato está incompleto. "El indicador ingreso per cápita no alude a personas de carne y hueso", señaló.
Por ese motivo, lo comparó con el ingreso total familiar medio en aglomerados urbanos que mide el INDEC, que en el primer trimestre alcanzó $ 23.468. En los sectores de menos recursos (deciles más bajos) el ingreso medio disminuye escalonadamente a $ 16.727, $ 8.358 y $ 4.531. "Para estos hogares, acceder a contenidos audiovisuales pagos como el fútbol representa no menos del 7% de sus ingresos mensuales", alertó el académico.
Si se toma la Canasta Básica Total de julio pasado, cuando una familia de dos adultos y dos menores en edad escolar necesitó $ 15.024 para no ser pobre, el costo del pack fútbol se llevaría el 7,8% de sus ingresos mensuales.
Y si se compara con los datos del informe "La desigualdad en el ingreso de los ocupados", del CIFRA-CTA, un empleado en blanco que trabaja al menos 35 horas por semana y recibe menos de $ 12.000 por mes debería destinar más del 9,8% para disfrutar de los partidos de la A. Para los asalariados no registrados, que perciben unos $ 8.000 promedio, el porcentaje de sus ingresos destinado al fútbol sube a 14,7%.
Con estos números, Rossi aseveró que para ver los goles en vivo y en directo "buena parte de estas argentinas y argentinos de bajos ingresos debería recurrir a estrategias asociativas o de ajuste de otros consumos si decidiera pagar para ver contenidos audiovisuales, incluyendo el fútbol".
En esa línea, recordó que la redistribución del ingreso no se produce sólo en términos de salario, sino también de accesibilidad a bienes culturales, educativos, recreativos y de conocimiento y consideró que "el cambio de modelo de comercialización de transmisiones, constituye un retroceso o regresión de derechos en los servicios de comunicación audiovisual".
Rossi aseguró que esta práctica es el resultado de la aplicación de políticas públicas contrarias al esquema doctrinario al cual adhirió la Argentina por medio de la Ley 23.054 y por la falta de regulación. ¿Por qué si en Estados Unidos se atiende a las tendencias de los cord-cutters (cortadores de cable) o los shavers (recortadores del cable), acá el abono del fútbol viene "atado" a la televisión de pago?, se preguntó.
Y se respondió: "Mientras el discurso de la librecompetencia del Gobierno actual favorece a los prestadores TIC, en este caso se alinea con los tiempos y las formas de los principales interesados en ser parte mediadora del negocio", en referencia a FOX, Tuner y el Grupo Clarín.
"El fútbol para pocos resulta entonces, una nueva forma de disciplinamiento hacia el pago por visionado de contenidos de interés masivo, donde resulta esperable para las autoridades públicas y corporativas que los excluidos asuman o resuelvan su incapacidad de estar a la altura de la nueva 'Canasta Básica de Consumos Audiovisuales", concluyó.
Fuente: Ámbito.com