jueves, 22 de marzo de 2012

Alivio de luto

El Estado uruguayo asumió responsabilidades por violación a los derechos humanos en caso Gelman
Por: Lourdes Rodríguez Luis Rómboli
Ayer el Estado reconoció su responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos en el caso Gelman con un discurso del presidente José Mujica, en un acto público en la sala de la Asamblea General del Parlamento. Además de Macarena Gelman y su abuelo Juan Gelman, estuvieron todas las autoridades del Poder Ejecutivo, de la Suprema Corte de Justicia, de la bancada frenteamplista y la mayoría de la oposición, el ex presidente Tabaré Vázquez, los tres comandantes en jefe de la Fuerzas Armadas, defensores de los derechos humanos, y otras jerarquías del gobierno, “con cuya presencia queremos reflejar la manifestación más global posible del Estado uruguayo”, dijo Mujica.
Macarena y Juan Gelman, ayer, en el Palacio Legislativo
El presidente señaló que en 1985, en uno de los primeros actos legislativos posdictadura, se aceptó “la competencia contenciosa” de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y, por lo tanto, deben cumplirse “las decisiones impuestas”. Agregó que “sobre estas bases jurídicas y éticas el Estado uruguayo reconoce su responsabilidad” por este caso y también que en el pasado se cometieron acciones violatorias de los derechos humanos. “Al amparo de la llamada ‘doctrina de la seguridad nacional’ se llevó adelante una política sistemática de represión a las organizaciones sociales, sindicales y políticas, así como la persecución de sus integrantes y el control de la sociedad civil”, dijo.
Luego reconoció que en el desarrollo de la “doctrina de la seguridad nacional” el Estado uruguayo integró la Operación Cóndor, “una coordinación internacional” con países de la región “para desplegar la persecución por razones ideológicas”, detener, trasladar clandestinamente o “decidir el asesinato o la desaparición de los detenidos”. Tras relatar detalles del caso (ver recuadro), el presidente reconoció que el Estado es responsable “por la desaparición forzada de María Claudia García y por la supresión de la identidad de Macarena Gelman ocurrida desde su nacimiento hasta que se determinó su verdadera identidad, y expresada como una forma de desaparición forzada”, violando los derechos al reconocimiento de la persona jurídica, la integridad personal, la libertad, la familia, el nombre, la nacionalidad, los derechos de los niñas y niños, y por haber puesto en riesgo su supervivencia y desarrollo afectando su proyecto de vida. Mujica también admitió la violación de los derechos en perjuicio de Juan Gelman, padre de Marcelo Gelman y abuelo de Macarena, y cuestionó la “falta de investigación efectiva” por la aplicación de la Ley de Caducidad.

La política de gestos
Luego del acto, Macarena y Juan Gelman, acompañados por el secretario de Presidencia, Alberto Breccia, y el canciller, Luis Almagro, brindaron una conferencia de prensa. Macarena Gelman expresó su satisfacción porque el acto era “lo más sentido y esperado de la sentencia”. El poeta argentino, en tanto, señaló la paradoja que representó que Mujica como presidente y jefe de Estado actual tuviera que reconocer “la responsabilidad de sus victimarios” y expresó: “Para esto hace falta coraje moral”.
Breccia agradeció a la familia Gelman, opinó que a partir de este acto “somos un poquito más sabios y menos ignorantes, mejores como personas y como sociedad”, y felicitó al sistema político “por su madurez”. Concurrieron miembros de todos los partidos con representación parlamentaria, pero no participaron los ex presidentes colorados Julio María Sanguinetti y Jorge Batlle ni el nacionalista Luis Alberto Lacalle.
Pablo Mieres, del Partido Independiente, dijo que el acto cumplió con el fin previsto y que “no es la primera vez” que el Estado reconoce responsabilidades: antes lo hizo con los funcionarios públicos destituidos y al indemnizar a los ex presos políticos. Mieres se mostró “sorprendido” por los reclamos colorados para hacer uso de la palabra en el acto, ya que “no era un acto de debate ni una reunión de la Asamblea General”.
El senador Eduardo Lorier (Partido Comunista), por su parte, observó que el acto fue importante “por las presencias y por las ausencias”. Por el Partido Colorado participaron los senadores de Propuesta Batllista José Amorín Batlle y Tabaré Viera. Vamos Uruguay dio libertad de acción a sus legisladores, pero asistieron sólo dos diputados: Fernando Amado y Álvaro Fernández. Amado explicó que “es muy importante tener gestos claros en estos temas” porque “se condenó un crimen terrible cometido por funcionarios del Estado y corresponde que se haga cargo; eso no tiene dos lecturas”, aunque sostuvo que Mujica debería “ayudar a la reconciliación” diciendo públicamente que “él también se equivocó”. Por el Partido Nacional asistieron los senadores Luis Alberto Heber, Jorge Larrañaga, Carlos Moreira y varios diputados. Heber concurrió para “dar cumplimiento al fallo” pero sin compartirlo, mientras que Larrañaga explicó que “el partido de Wilson siempre apoyó gestos de reconciliación nacional”.
Fuentes militares confirmaron que algunos generales se reunieron con subalternos para presenciar el acto como “señal de apoyo al comandante en jefe”. Aguerre estuvo de acuerdo, la iniciativa se generalizó y además sugirió que después del acto “se recalcaran los valores artiguistas en los cuales se basa el Ejército”.No me olviden a la marcha del tiempo
En la mañana, Macarena Gelman descubrió una placa recordatoria en la ex sede del Servicio de Información y Defensa (SID), edificio donde funcionó el Centro de Altos Estudios Nacionales (Calen), dependiente del Ministerio de Defensa y donde se instalará la Institución Nacional de Derechos Humanos. “Es la única conexión física con la historia, es el único lugar donde estuve con mi mamá”, expresó Macarena al terminar la ceremonia de diez minutos.
Macarena estuvo acompañada por sus abuelos paternos Juan Gelman y Berta Shuberoff así como por otros familiares y amigos de sus padres, sobrevivientes y otros testigos en su causa. La pequeña habitación donde se colocó la placa está ubicada enseguida de la entrada principal del inmenso edificio, a la derecha, y comunica con el hall central donde también participaron en el acto otros allegados a Macarena.
En el subsuelo está ubicado el ambiente donde permanecieron presos una veintena de uruguayos, entre agosto y diciembre de 1976. Todos ellos habían sido detenidos en Argentina, permanecido en Automotores Orletti, luego trasladados a Uruguay en julio de ese año en el denominado “primer vuelo” y recluidos primero en la casona de Punta Gorda.
Algunos ex presos intentaban localizar el lugar en el que habían estado -pese a que hoy esa pieza ya no reviste los pisos de madera ni las rejas que hace 36 años- y relataban aquellos días. A este lugar fueron llevadas María Claudia y Macarena luego de que los detenidos fueron trasladados a distintos centros de reclusión.
El ex soldado Julio César Barboza, testigo también en la causa de Julio Castro, indicaba el lugar donde María Claudia y Macarena permanecieron juntas por última vez. Allí madre e hija fueron separadas por los agentes del SID, María Claudia con destino incierto hasta el momento y Macarena entregada a su familia de crianza.
“Esta casona, cuyas puertas estuvieron cerradas -nunca mejor dicho, a cal y canto- se abren hoy y permiten caminar los lugares donde padecieron prisión clandestina”, dijo Graciela Jorge, coordinadora ejecutiva de la Secretaría de Seguimiento de la Comisión para la Paz. “Quiero compartir con ustedes, como ex presa política y por haber dado a luz en prisión a mi hija Gabriela, un sentimiento de compenetración total con María Claudia, tu mamá [dirigiéndose a Macarena], en el momento que, no tengo dudas en afirmar, debió ser el más doloroso de su vida”, añadió. Como representante del gobierno, Jorge se comprometió a “seguir avanzando en el esclarecimiento de los hechos”.
Además de Jorge, hizo uso de la palabra Juan Gelman leyendo dos poemas de su hijo Marcelo -cuyos restos aparecieron en Argentina en 1989-, que entendió “premonitorios”: “... Me despido de este país / me despido de mis amigos / de mis enemigos / amigos sólo quiero recordarles / que no dejen de ser mis amigos / sólo quiero recordarles / que no me olviden a la marcha del tiempo / a la marcha del tren en que me vaya / que borran las huellas de la amistad lejana”.

La placa
“En memoria de María Claudia García Iruretagoyena y Macarena Gelman, y de todas las personas víctimas del terrorismo de Estado que estuvieron privadas de su libertad en este lugar, sede del Servicio de Información y Defensa, y centro clandestino de detención, y en cumplimiento de la sentencia dictada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos el 24 de febrero de 2011 en el caso Gelman vs Uruguay.
En este lugar estuvieron detenidas María Claudia García Iruretagoyena (6/1/57) y Macarena Gelman. María Claudia, ciudadana argentina, que se encontraba embarazada, había sido secuestrada junto a su esposo Marcelo Gelman en Buenos Aires el 24/8/76. Trasladada a Uruguay en el marco del Plan Cóndor, permaneció detenida desaparecida y dio a luz a Macarena en Montevideo presuntamente el 1º noviembre del 76. Separada de su madre, Macarena fue sustraída y privada de su identidad, permaneciendo desaparecida hasta conocer su historia 24 años después como consecuencia de la búsqueda incansable realizada por su familia con la colaboración de organizaciones y personas de la sociedad civil”.
Foto: Nicolás Celaya
Fuente: La Diaria

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