Con gratitud y compromiso, hasta pronto
Me despido de mi rol como presidenta del diario, función que desempeñé como facilitadora de los imprescindibles y urgentes cambios que acometieron los equipos y que están dando sus frutos.
Por: Laura Gamba*
El miércoles 30 de abril, cumplidos 113 años desde que don Fernando Rajneri publicara su primera página, el diario ha dejado de estar bajo control familiar debido a la venta de un grupo mayoritario de acciones. Me toca esbozar una doble despedida, particularmente difícil para mí y para el núcleo de la familia que acompañó esperanzadamente el proyecto.
Me despido de mi rol como presidenta del diario, función que desempeñé como facilitadora de los imprescindibles y urgentes cambios que acometieron los equipos y que están dando sus frutos. Fueron seis años intensos, aunque podría considerárselos sólo como una contingencia en nuestra vida (y aún más en la larga y fecunda vida del diario).
Apena no poder seguir acompañando a esos equipos que se superan día a día. Voy a extrañar mucho a esas mujeres y hombres que hacen el diario todos los días, todas las horas. Personas que no anteponen sus intereses a su vocación ni al interés común, pues entienden al periodismo como un bien social.
Abiertas sus columnas a los propósitos e iniciativas nobles, no tendrán estos, para ser explayados libremente, otras limitaciones que las impuestas por la verdad y la cultura.
Fragmento. Editorial de la primera edición de Río Negro (1912)
La otra despedida tiene que ver con lo que parecía indisolublemente ligado, con lo que no creíamos contingente pues era una condición que nos preexistía y esperábamos perdurara: la pertenencia del diario a la familia del fundador, hijos que lo hicieron crecer y sobresalir como medio regional con trascendencia nacional y nietos y bisnietos que tomamos la posta. Ha quedado, ahora en minoría, un grupo de la familia decidido a acompañar esta transición.
Lo que permanecerá y trasciende la dueñidad del diario es, por supuesto, la enorme y diversa familia de lectores. Los que felicitan y regocijan, los que corrigen errores y ayudan a mejorar, los que critican y obligan a reflexionar, hasta los que acusan e insultan, muestran compromiso e interés por su diario. Con este siglo vivido, el diario en que muchos jóvenes aprendieron a leer, ese en que se confirman las noticias que circulan por ahí, ese que palpita con nosotros cotidianamente, es legado social y cultural de nuestra región. Pertenece a su gente. Será el papel de lectoras y lectores acompañar y guiar a esta institución patagónica en la etapa que comienza, como lo han venido haciendo hasta ahora. Los nuevos accionistas mayoritarios, actores relevantes de actividades diversas de la economía regional, han expresado su compromiso con los valores fundacionales y aportarán sostenibilidad al diario.
En relación a la nueva situación, es inquietante que pocos –si alguien– se ocuparan de hablar de las causas subyacentes, en tanto lo verdaderamente importante concierne a la sociedad toda, no sólo a medios y dueños. Tenemos que hablar de las verdaderas y relevantes razones por las que los medios se achican, se venden o se funden. Tenemos que hablar de la crisis y el peligro que atraviesan los medios y su impacto en la vida democrática y de las comunidades. Debemos hablar de los ataques al periodismo, ataques cuya forma verbal justifica y va empedrando el camino de la cancelación o el silencio. Debemos hablar de los ataques materiales –físicos y económicos– que sufren hoy periodistas y medios.
Necesitamos hablar del imperativo de cuidar al periodismo independiente y pensar cómo asumimos esa responsabilidad ciudadana para, con él, proteger la convivencia democrática. Hay que hablar del rol del periodismo independiente, riguroso, plural que propicia el debate en el disenso, que muestra lo que se quiere ocultar, que contribuye a la toma de decisiones esclarecidas, que aloja y da voz a sus comunidades diversas, que contribuye y acompaña el crecimiento y el desarrollo de todos los ámbitos de la vida de nuestra región patagónica. Hay que cuidar el periodismo que se construye con técnica, con ética, con pasión y con diálogo permanente y mutuo compromiso con sus lectores.
Después de 113 años, toda nuestra gratitud a los trabajadores –los hacedores del diario– y a los lectores –nuestra razón de ser. Mantenemos viva la esperanza de que el buen periodismo del diario siga empeñándose en crear puentes, acercar adversarios, consolidar la convivencia y mejorar la vida de las personas.
¡Hasta pronto!
*Expresidenta de Editorial Río Negro
Dueño de las farmacias Global, estaciones de servicio que operan bajo la bandera de YPF y Puma, olivares y chacras de frutales, también lidera la firma Oilfield Production Service (OPS), especializada en ingeniería y construcción de infraestructura. Además, controla la red Global Oil.
Este movimiento accionario representa un punto de inflexión para uno de los medios más importantes de la región, justo en la antesala de su aniversario fundacional, el próximo 1° de mayo. La promesa, al menos desde el comunicado oficial, es la continuidad editorial y el respeto a los valores fundacionales que lo han convertido en una referencia informativa para la Patagonia.