sábado, 24 de mayo de 2025

Crónicas, memoria y salud mental en la escritura de Ciro Korol

El escritor rosarino Ciro Korol presenta su nuevo libro Un árbol para John Berger y otras crónicas, una obra que entrelaza experiencias personales, encuentros decisivos y observaciones del presente político argentino. Desde la influencia del crítico británico hasta su paso por una institución de salud mental, Korol conversa con honestidad sobre la exposición emocional en la escritura, la potencia de la memoria y el lugar de la ficción como refugio posible.

Durante la charla en las Señales, se abordó también el origen de su vínculo con la escritura. Korol explicó que ese impulso comenzó hace más de veinte años, durante un verano en el que había escuchado hablar por primera vez de Adán Buenosayres, la célebre novela de Leopoldo Marechal, un autor argentino de la primera mitad del siglo XX. Le había llamado la atención el hecho de que toda la historia transcurriera en un solo día, al igual que ocurre con el Ulises de James Joyce. En ese entonces, recordó haber comprado el libro junto a un familiar, cada uno aportando un peso, ya que el ejemplar costaba apenas dos.

La lectura de Adán Buenosayres lo apasionó profundamente ese verano y, casi al mismo tiempo, comenzó a escribir sus primeros poemas. Con el tiempo, se fue inclinando más hacia la narrativa, que es el género que más ha desarrollado desde entonces. Comenzó a escribir a los 14 años, y al momento del reportaje, con 35 años, ya acumulaba una larga experiencia en la escritura.

Acerca de su formación, recordó que a los 20 años, mientras vivía en Buenos Aires, tuvo la oportunidad de asistir a un taller literario coordinado por Juan Forn, el reconocido escritor que solía publicar en las contratapas de PáginaI12. Forn lo aceptó como participante del taller, donde Korol mejoró particularmente en la escritura de cuentos y también trabajó en una novela.

A los 23 años, obtuvo una beca que le permitió desarrollar un proyecto literario en España durante nueve meses, experiencia que marcó una nueva etapa en su carrera. Desde entonces no ha dejado de escribir. Ya de regreso en Rosario, mantiene un vínculo cercano con Fidel Maguna, editor de la revista Río Belbo y también su editor personal. Con él sostiene una dinámica de trabajo colaborativo: Maguna corrige y mejora sus textos, en una relación de retroalimentación creativa que han consolidado con los años.
En la entrevista, Ciro Korol se explayó sobre la figura de John Berger, a quien eligió como punto de partida para su libro no solo por su obra, sino por el fuerte vínculo personal que desarrolló con el desde joven. Lo describió como un escritor británico que, a los cuarenta años, tomó una decisión inusual: se trasladó a vivir a un pequeño pueblo campesino en Francia, donde adoptó un estilo de vida austero, en sintonía con los habitantes del lugar, mientras continuaba escribiendo.

Berger fue novelista, poeta, guionista de cine y conductor de programas de crítica de arte en radio y televisión durante las décadas de 1960 y 1970. Sin embargo, Korol destacó especialmente su faceta de pensador y crítico del arte y la sociedad, y su cercanía con figuras como el subcomandante Marcos y diversos referentes de la literatura internacional. Para él, lo que más lo atraía era el estilo de escritura de Berger, su ternura, su capacidad de alternar entre lo poético y lo crudo, y su forma de describir cómo el capitalismo tardío arrasaba con todo a su paso. Sentía que el mundo era un lugar más bello y más digno simplemente porque Berger estaba vivo.

Durante la beca en Europa, Korol se sintió entusiasmado por la idea de estar más cerca físicamente de Berger y de quizás llegar a conocerlo. En un momento se enteró de que el escritor iba a dar una conferencia en Roma. En ese entonces, él trabajaba en la vendimia en Cataluña, recolectando uvas. Decidió abandonar el trabajo y viajar a dedo, incluso colándose en trenes, hasta llegar como pudo a Roma. Aunque llegó tarde a la conferencia, logró encontrar a Berger aún presente en el lugar, y pudo conversar con él sobre literatura. En ese encuentro, Berger le dio algunos consejos y le pasó su dirección postal. Unos meses después, Korol le envió una carta que Berger respondió con un dibujo.

Ese gesto fue el origen de la primera crónica que hoy integra el libro. Su editor, Fidel Maguna, le propuso escribir un texto a partir de ese encuentro, y así surgió el primer texto que publicó en la revista Río Belbo, lo que lo llevó a descubrir que también podía escribir crónicas. Hasta ese momento, solo había escrito cuentos, poesías, algunas entrevistas y tentativas de novela, pero nunca había incursionado de lleno en la escritura periodística.

La crónica que abrió el libro también se convirtió en la base de su diseño: la tapa muestra una imagen distorsionada de aquel dibujo que Berger le envió —un cerezo—, adaptado por el diseñador Joaquín Pellegrini.

Viajes, memorias y heridas: el hilo invisible de las crónicas
Consultado sobre si existía un hilo narrativo o emocional que uniera las distintas crónicas del libro, Korol explicó que sí. Afirmó que ese hilo tenía que ver con la construcción de relatos a partir de experiencias autobiográficas. En el primer bloque del libro, esas experiencias se vinculan con otras personas, como el caso de John Berger, y la resonancia que esos encuentros producen en él.

El segundo bloque aborda vínculos con sobrevivientes del genocidio nazi, con personas que vivían en Ucrania poco antes del estallido de la guerra actual, o con excombatientes de la Segunda Guerra Mundial. 

En el tercer bloque, el tono se vuelve aún más personal: allí narra experiencias propias relacionadas con la salud mental. En estos textos también aparece la figura de Javier Milei, en el momento en que era candidato a presidente. Korol explicó que había leído El Loco, de Juan Luis González, libro que luego se transformaría en el prólogo de Un árbol para John Berger. A partir de esa lectura, elaboró análisis sobre la salud mental de Milei y sobre el misticismo que lo rodea, tanto a él como a su entorno.

Además, identificó otro elemento transversal: la idea del viaje. En las primeras crónicas, el viaje es territorial —a lugares como Ucrania, Italia, Moldavia o los campos de exterminio nazi—; en el segundo bloque, el viaje es más interior, y en el tercero, se vuelve una exploración profunda del psiquismo, atravesada por sus propias vivencias y reflexiones.

En la conversación, Ciro Korol compartió también detalles sobre su estadía en Europa del Este, donde vivió durante un año en la República de Moldavia, una de las ex repúblicas soviéticas. Inquirido sobre si encontraba puntos de contacto entre esa realidad y la latinoamericana, respondió que sí, sobre todo en relación al impacto de las potencias imperiales en sus respectivos contextos. Mientras que en América Latina la influencia más fuerte ha venido históricamente del imperio estadounidense —y más recientemente también de China—, en Moldavia y sus alrededores se percibe el peso de Rusia y de la Unión Europea. No obstante, señaló que Argentina, a pesar de sus crisis, tiene muchas más posibilidades de desarrollo que Moldavia, un país con profundas dificultades estructurales.

Otro eje importante del libro es el trabajo con testimonios de sobrevivientes de conflictos bélicos. Desde niño, Korol sintió una fuerte atracción por la historia de la Segunda Guerra Mundial, especialmente por los campos de exterminio nazi y por el Frente Oriental, escenario de cruentas batallas entre las fuerzas del Eje y el Ejército Rojo. La posibilidad de entrevistar a personas que realmente vivieron esos episodios, incluyendo veteranos que combatieron en la batalla de Stalingrado o personas que escaparon de los nazis, fue para él una experiencia profundamente transformadora. Destacó que muchos de esos sobrevivientes ya han fallecido, lo que confiere aún más valor a haber registrado sus relatos.

Señaló también que el testimonio oral tiene una fuerza distinta a la de los libros o documentales, ya que pone en evidencia cómo los grandes acontecimientos históricos afectan las pequeñas historias individuales. Esta experiencia, además de nutrir varias de las crónicas del libro, también se reflejó en otras producciones de Korol, siempre atravesadas por una fuerte conciencia de la memoria histórica.

Reflexionó sobre cómo se vive esa memoria en los países del Este europeo, donde la Segunda Guerra Mundial dejó huellas tangibles. Allí, muchas familias tienen antepasados que participaron directamente en la liberación de sus países del dominio nazi, mientras que otras tienen parientes que lucharon del lado del Eje, como en el caso de Rumanía, que apoyó inicialmente a Hitler. Estas diferencias generan tensiones sociales: por un lado, están quienes celebran cada 9 de mayo el Día de la Victoria con orgullo, y por otro, quienes prefieren desvincularse del pasado soviético, al que consideran un período oscuro —aclaró que esa es la percepción de ciertos sectores, no necesariamente la suya.
En cuanto a la presentación del libro Un árbol para John Berger, Korol informó que se realizará el viernes siguiente en la Biblioteca Argentina, en la sala Angélica Gorodischer, a partir de las 18 horas. El evento contará con la participación de Sonia Tessa, del editor Fidel Maguna y será moderado por Vicky German. Al finalizar, habrá un momento musical con una impronta tanguera, cuyo contenido exacto prefirieron mantener como sorpresa.
"Ciro observa, escucha y escribe. Nos hace sentir el viento helado en el rostro, la belleza de un cerezo en flor, la liviandad de las hojas que caen de los árboles, la solidaridad de dar un vaso de agua a quien tiene sed. Ciro presta atención a los detalles, a los silencios, a lo que otros pasan por alto. Y así habla de la guerra, del amor, de la muerte, de la locura. Va descolgando talismanes y creencias en cada historia, las saca de un lugar inhóspito para ofrecerlas como ciruelas o flores o postales esperadas y deseadas. Hay gestos que nos hacen libres. Poder escribir es uno de ellos. Fugitivos y sobrevivientes sus personajes nos tocan. Hay unas plantas llamadas saxífragas que nacen de entre las piedras. Tenazmente logran vivir en suelos hostiles. Así como las saxífragas crecen los relatos de Ciro. Haciéndose fuertes echan raíces contra viento y marea. Mostrando que es la fragilidad la que vence a la roca", Cora Gamarnik, en la contratapa del libro
Habló también de una obra anterior, Montes, publicada en 2020 en colaboración con la ilustradora María Victoria Rodríguez, con quien trabajó junto a la editorial Libros Silvestres. El libro fue posteriormente adaptado para la televisión en una serie emitida por Pakapaka, donde Korol también participó como guionista. La serie continúa disponible en el canal de YouTube del canal infantil y conserva el mismo título que el libro.

Crónicas desde el encierro en tiempos de Milei (y lo que queda de nosotros)
Finalmente, se refirió a los últimos capítulos de Un árbol para John Berger, donde aparece la figura de Javier Milei. Las últimas cuatro crónicas, además del prólogo, abordan distintas dimensiones del actual presidente argentino —en el momento de la escritura, aún candidato.
Ciro Korol contó que supo de Javier Milei en agosto de 2021, cuando el economista tuvo una destacada performance en las elecciones legislativas de la Ciudad de Buenos Aires. Aunque no ganó, su resultado fue lo suficientemente bueno como para acceder a una banca como diputado junto a Victoria Villarruel. Poco después de ese acontecimiento, Korol comenzó a atravesar una crisis de salud mental de considerable gravedad, que incluyó episodios de delirio. Fue en ese contexto que, hacia finales de 2021, empezó a convencerse —en parte influenciado por su estado mental— de que Milei iba a convertirse en el próximo presidente de la Argentina. Dentro de sus pensamientos delirantes, llegó a imaginar que solo él mismo podía derrotarlo electoralmente.

Durante aproximadamente un año, sostuvo internamente esa confrontación simbólica con Milei, a quien veía como un adversario dentro de su mundo delirante. En ese período tuvo su primera internación psiquiátrica en el Hospital Dr. Agudo Ávila, una estadía breve que no duró más de una semana. Tras salir, atravesó meses difíciles y luego descubrió el trabajo del periodista Juan Luis González, autor del libro Loco, donde se abordaba con profundidad el fenómeno libertario desde una perspectiva mística, mesiánica y esotérica. Korol leyó el libro apenas fue publicado y, luego de la victoria de Milei en las PASO de agosto de 2023, escribió dos artículos: uno titulado "Monomanía de creerse el elegido" y otro llamado "El loco que quiere ser rey". Ambos fueron publicados en la revista Río Belbo y también en el medio estadounidense Hispanic L.A.; este último texto también fue replicado en la revista Noticias. En esos escritos, Korol establecía una analogía entre sus propios delirios mesiánicos y la figura que, según él, Milei construía con su entorno.

La situación se agravó nuevamente cuando Milei pasó al balotaje. Poco después se selló el pacto de Acassuso entre Milei, Macri y Bullrich, lo cual, a los ojos de Korol, dejaba en claro que Milei se encaminaba hacia la presidencia. Esta percepción provocó una nueva descompensación psíquica, con ideas delirantes y mesiánicas que derivaron en una segunda internación, esta vez más prolongada: 45 días. El equipo médico consideró que era riesgoso darle el alta antes del balotaje o antes de la eventual asunción de Milei, por temor a una nueva recaída.

Durante esta segunda internación, por sugerencia del periodista Fidel Maguna, Korol escribió una crónica sobre su experiencia en la clínica, comenzando por su paso por la guardia de Suipacha y luego en el Pabellón 8, de la misma institución. Una de esas crónicas se centró en cómo se vivió desde dentro el debate presidencial entre Sergio Massa y Javier Milei. El texto, titulado Un loco a veces baja a la guardia, tuvo una notable repercusión en redes sociales, al punto de que llegó a manos del organismo nacional encargado de supervisar las instituciones de salud mental. A raíz de eso, una abogada y una trabajadora social visitaron el hospital para evaluar si las condiciones en que estaban los pacientes eran las adecuadas.

Korol relató que escribió otra crónica centrada en cómo se vivió el balotaje presidencial del 18 y 19 de noviembre de 2023 en el Suipacha, en el pabellón 8 y también en el patio del Agudo. En ese texto narró las conversaciones entre pacientes y enfermeros sobre a quién pensaban votar, qué opinaban de Javier Milei y de Sergio Massa, y cómo circulaban las ideas políticas incluso dentro de un espacio de encierro. También compartió su experiencia personal al recibir una salida autorizada para poder votar, el breve contacto con el exterior que implicó ese momento, y el posterior regreso a la internación. La música que sonaba, los comentarios cruzados, las pequeñas escenas cotidianas, todo eso fue parte del clima anímico de aquellos días. Según él, esa crónica terminó funcionando como un cierre simbólico para el libro que venía escribiendo sobre su experiencia con la política, la salud mental y la Argentina contemporánea.

Respecto al gobierno actual, Korol respondió con ironía que le parecía "bárbaro" y aclaró, con sarcasmo, que lo veía como una gran experimentación, en línea con procesos políticos similares a nivel internacional. Comparó la figura de Milei con la de Donald Trump en Estados Unidos, aludiendo a rasgos comunes como la megalomanía, el uso intensivo de redes sociales y una narrativa en la que ambos líderes se presentan como elegidos para salvar a sus respectivas naciones, o incluso al mundo.

Desde su perspectiva, el ascenso de Milei no fue casual. Consideró que, ante el fracaso del peronismo durante la gestión de Alberto Fernández y el desgaste del macrismo, la sociedad argentina optó por una salida radical. En su opinión, podría haber surgido una alternativa desde una izquierda más organizada, pero eso no ocurrió. En cambio, una figura que hasta hacía poco era marginal irrumpió meteóricamente en el escenario político y arrasó en las elecciones. Admitió que, en términos de sus propios objetivos, el gobierno libertario no lo está haciendo mal: está implementando sus políticas, sostiene un nivel de aprobación considerable y ha logrado avanzar con medidas de fuerte impacto.

A pesar de esto, Korol se mostró poco optimista respecto al futuro. Dijo que el panorama no le parecía alentador y que, en este contexto, intenta seguir participando desde su lugar como escritor y artista, asistiendo a manifestaciones y manteniéndose activo políticamente. Sin embargo, también remarcó que busca no obsesionarse, ya que en el pasado sus pensamientos intensos sobre estos temas lo condujeron a nuevas internaciones. Hoy, afirmó, intenta tomarse todo con más humor, incluso cuando lo que propone el gobierno le parece, sencillamente, descabellado.

El escritor opinó que prácticamente cada semana —y casi cada día— el gobierno libertario sorprende con noticias que califica de completamente delirantes. Entre esas sorpresas, destacó el caso de Manuel Adorni, quien, a pesar de ser el vocero encargado de comunicar las peores noticias del gobierno con una expresión imperturbable y un tono irónico casi cínico, logró imponerse en las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires. Para Korol, ese hecho en sí mismo es una señal de alerta: sugiere que Milei podría volver a ganar en 2027, a menos que se construya una oposición seria, capaz de integrar diversas corrientes y articular un verdadero proyecto de país.

A su entender, eso fue precisamente lo que faltó en la contienda pasada: mientras Milei consiguió presentar un modelo de país —por más opuesto que fuera a lo que muchos desean—, logró algo que sus adversarios no pudieron: un plan, una narrativa coherente y sostenida. Korol remarcó que el oficialismo ha logrado incluso convertir sus aparentes fracasos en elementos funcionales a su relato, encapsulado en la consigna "Todo marcha de acuerdo al plan". En ese sentido, reconoció que, aunque no es el país que él sueña, el gobierno está ejecutando su agenda con una eficacia casi implacable.

Al mismo tiempo, Korol sostuvo que la historia no es lineal, sino cíclica. Acepta que quizá haya que atravesar un periodo de crisis, de desazón y de retroceso, pero confía en que de ese malestar pueda surgir, eventualmente, una alternativa verdaderamente transformadora. Esa posibilidad —la de una salida renovadora— es, según él, lo que permite mantener una dosis de esperanza, una energía necesaria para seguir involucrándose, activando proyectos y participando en la lucha política y social desde el lugar que a cada uno le toca.

Persistir en medio del caos: arte, política y sanación
Al preguntarle sobre cómo manejaba la exposición emocional que atraviesa muchas de sus crónicas, Ciro Korol reconoció que en el último tiempo se había alejado un poco del género. Si bien escribió una crónica reciente sobre el Papa Francisco, publicada en RosarioI12 gracias a la periodista Sonia Tessa, explicó que actualmente está más volcado a la ficción. En este momento, se encuentra trabajando en un guion de largometraje inspirado en sus experiencias de internación y descompensación psíquica, además de escribir canciones. Señaló que, como han hecho otros artistas en contextos históricos de fuerte tensión, sintió la necesidad de refugiarse en el mundo interno y en la creación. Recordó, por ejemplo, el caso de Leonora Carrington y Max Ernst, quienes, ante el avance del nazismo, eligieron irse a un pueblo a pintar.

Mencionó una cita de Las ciudades invisibles de Italo Calvino, que lo guía en este momento: la idea de "buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio". Reconoció que pasó de un optimismo exacerbado a una visión más pesimista del presente. Frente al clima político y social actual, tanto en Argentina como en el mundo, expresó sentir que es poco lo que una persona puede hacer para modificar un panorama que abarca desde la crisis ambiental y la injusticia social, hasta los efectos del uso abusivo de la tecnología sobre los vínculos humanos. Aun así, subrayó que sigue eligiendo participar desde lo posible: escribir, asistir a manifestaciones, colaborar en espacios culturales. Aunque se cuida más, porque las consecuencias personales del exceso de preocupación política ya le costaron demasiado.

Sobre la contratapa del libro, relató que fue una idea del editor Fidel Maguna, quien además fue el impulsor y sostenedor del proyecto desde sus orígenes. Maguna no solo lo editó y corrigió, sino que también lo alentó a escribir las primeras crónicas —incluso durante su internación— y publicó todo ese material en la revista Río Belbo. Cuando apareció la primera crónica, Un árbol para John Berger, la socióloga y especialista en fotografía Cora Gamarnik la replicó en sus redes. Años después, al pensar en quién podía escribir la contratapa del libro, Maguna sugirió su nombre, rescatando ese gesto inicial. Un amigo en común, el artista Sergio Mercurio, le escribió a Gamarnik, quien aceptó colaborar. Leyó el libro y escribió un texto poético y tierno que cierra el volumen desde la contratapa.

Un árbol para John Berger: encuentros en Rosario y Buenos Aires
Korol confirmó además que el libro tendrá una presentación en Buenos Aires el 7 de septiembre, en el centro cultural Vuela el Pez, ubicado en Villa Crespo. Allí lo acompañarán Cora Gamarnik, Juan Luis González —autor del prólogo del libro— y probablemente también Fidel Maguna.

En Rosario, en cambio, la presentación será el próximo viernes 30 de mayo a las 18 horas en la Biblioteca Argentina, ubicada en Presidente Roca 731, en la sala Angélica Gorodischer del cuarto piso. Lo acompañarán Sonia Tessa, Victoria Herrmann y el propio Maguna. El evento cerrará con un momento musical tanguero, en alusión a una vivencia muy significativa durante su internación. Contó que, en una de esas tardes difíciles, pusieron tangos en el patio del hospital y varios pacientes se pusieron a bailar. Esa escena, simple pero vital, quedó grabada en su memoria como un instante de efervescencia y humanidad.

A raíz de esa experiencia, surgió la idea de cerrar la presentación con tangos. En un principio iba a tocar el Dúo Spizzirri–Finocchiaro, pero finalmente será Federico Finocchiaro, joven y talentoso pianista rosarino, quien interpretará algunos clásicos del género. También anticipó que habrá alguna que otra sorpresa durante la velada.

Durante el evento, se podrá adquirir Un árbol para John Berger junto con otros libros que Korol ha publicado a lo largo de su trayectoria.
Bio del autor
Ciro Korol (Rosario, 1989) es escritor, guionista, actor y músico. Es autor de cinco libros, entre ellos Monte, junto a María Victoria Rodríguez (Editorial Libros Silvestres, 2020), El anuncio (2020), La rotonda (Brumana, 2023), El revoque de la luna (Casagrande, 2023) y Un árbol para John Berger y otras crónicas (2024). Escribió sus primeros relatos en el taller literario de Juan Forn.

En 2013 fue becado por la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, en Córdoba (España). En 2015 trabajó como guionista y gestor cultural en OWH, un estudio audiovisual en la República de Moldavia. A su regreso a Argentina, participó en teatro como dramaturgo y asistente de dirección. Su cuento Monte fue adaptado a una serie animada para el canal Paka-Paka.

Como cronista, ha colaborado en Revista Noticias, La Capital, RosarioI12, HispanicLA y la revista digital Río Belbo, donde se publicaron las crónicas que integran su último libro. Además, desarrolla una actividad constante como músico.

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