lunes, 12 de abril de 2021

Daniel Briguet 1952 - 2021

Daniel Briguet nació en Villa Eloísa, provincia de Santa Fe. A sus 12 años, su familia se trasladó a Rosario dónde cursó sus estudios secundarios. Se graduó en la Universidad Nacional de Rosario cómo licenciado en Periodismo, fue docente de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, donde tuvo a su cargo "Teorías de la comunicación 1" y dictó el seminario Utopías tecnológicas. Trabajó como periodista en RosarioI12, La Capital y El Ciudadano, en la Revista El Vecino, en diversas radios de la ciudad y en el programa "Odio el verano" junto a Lisandro Cavatorta en Canal 5. Publicó "Ficciones periodísticas" (1993), "Prohibir la noche" (1996), "El encapuchado no se rinde" (1998), "Historias con mujeres" (2002), "El último verano" (2005) y "El despertar de la criada" (2011), y participó de las películas El asadito y El cumple, de Gustavo Postiglione y el documental "Cachilo" de Mario Piazza. También fue el autor del guion de la producción audiovisual "Raíces en el aire" sobre la Trova rosarina. Briguet falleció este sábado después de haber sufrido un paro cardíaco.
Foto: Silvina Salinas
Daniel Briguet dixit: "Lennon era el espíritu; Mc Cartney era la carne"
Usé la frase muchas veces, aclarando siempre que le pertenecía a Daniel Briguet. Daniel era, sin dudas, el tipo más inteligente que frecuenté en mi vida. Y también un pensador original. 

Empezamos a trabajar juntos en el desaparecido diario “El país”. Exasperantemente lúcido, mordaz como todo tipo inteligente, observador de detalles que definen a una persona, un paisaje, una coyuntura política, una obra literaria o un equipo de fútbol.

Cualquier charla con Briguet era un disfrute. Le tirabas una mínima provocación y desplegaba un pequeño discurso que a poco de andar alcanzaba la categoría de tesis. Y casi siempre la remataba con una sentencia ingeniosa.

Aquella definición sobre Los Beatles fue una de las tantas. Me la lanzó en medio de una extensa tenida acerca de lo que significó en nuestras vidas el amado grupo de Liverpool. 

- ¿Sabés lo que pasa Piri? Que Lennon era el espíritu y Mc Cartney era la carne- sintetizó.

Después de esa frase. la charla no daba para más.

Se fue Daniel Briguet. El tipo más inteligente que tuve el gusto de frecuentar. Amador empedernido (¡ay Daniel, en cuántos líos te metiste!). Pensador insobornable con convicciones de acero. Una gran persona.

La puta madre que lo parió.
Oscar Bertone, periodista
Foto: Silvina Salinas
Extrema sensibilidad para percibir el mundo
La periodista y docente Alicia Simeoni publicó: Y el face me pregunta qué estoy pensando!!! Cómo lamento el tiempo sin verte. Porque verte era un disfrute. Y ahora  andarás por ahí, despacio, con la mejor cadencia Pantera Rosa.  De otro modo ¡cómo podrías armar el próximo pensamiento, finito,  agudo, exquisito, que sale disparado hacia el centro deseado. De lo que estoy segura es de tu extrema sensibilidad para percibir el mundo, tal vez la misma que te ponía en un lugar  de tanta vulnerabilidad.  
¡De lo mejor que conocí Dani (Daniel Briguet), por eso mi cariño mientras te veo en las redacciones compartidas en RosarioI12, en La Tribuna y El Sol de Rosario mucho antes. ¡Qué bueno que Lucía atrapó tanto de tu amor!. A lxs demás nos queda la palabra mientras te miramos volar, rápido, un cometa compañero al que se puede abrazar.

La larga charla
En esta circunstancia en que se apagó repentinamente la vida de Daniel Briguet recuerdo nuestros breves pero intensos diálogos mañaneros.

Apenas entraba a la Facultad de Ciencia Política de la UNR en La Siberia me encontraba con Daniel leyendo el diario PáginaI12, su saludo cordial invitaba a la charla.

Temas variados, las teorías de Walter Benjamín o la caótica actualidad social y política.

Irónico, mordaz sus análisis eran agudos e incitaban a la lectura de libros y sobre todo de la realidad. 

Siempre iba más allá de lo apenas perceptible.

Años de conversación intensa que arrancaba antisolemne y se tornaba Socratica.

Recuerdos de la militancia en los años 70 y luego derivábamos al presente y sus contradicciones y contrastes.

Escritor, periodista, profesor universitario que alentaba el pensamiento crítico. Así lo recuerdo a Daniel Briguet.

Ha muerto un hombre que amó la vida y se prodigo en la amistad.
Carlos A. Solero, docente
Impotencia y dolor.
Otra pérdida en estos tiempos traicioneros.

Se fue Daniel Briguet. No hace falta que enumere los incontables méritos y su fecunda producción intelectual.

Con Carlos Coca recién recordábamos algunas anécdotas de cuando filmamos el Asadito, donde Daniel brilla actoralmente recitando párrafos improvisados con una maestría, que deben  ser los momentos más recordados y festejados de la película. Una vez, en el Festival BAFICI, en Buenos Aires, unos pibes nos reconocieron a algunos de los participantes del film y nos encararon recitando de memoria el  monólogo de Daniel.

Pero también  recordábamos que él fue uno de los fundadores de la Escuela Provincial de Cine y Televisión, y a su vez, según Coca, formó parte de los "siete magníficos" que iniciaron el querido curso de Cine de Arteón, realmente un pionero del Cine rosarino.

Tengo además la enorme gratitud de que fué él quien me daba letra cuando empecé a dar clases, tanto en nuestra Facultad, como en la Escuela de Cine, cuyos apuntes y textos de su tesis de grado usé como bibliografía esencial.

Sólo me resta decir decir, chau Daniel. Hasta siempre.
Héctor "Nene" Molina, docente, realizador audiovisual

"¿En cuál diario? Yo no tengo cabida en los medios de acá y tampoco la quiero tener. ¿Sabés qué debería ser hoy? Un buen columnista de un diario de afuera (...). ¿En cambio qué soy? Un tipo que a los 50 años está tratando de aprender a contar historias", escribió hace una década. El peso del tener que recomenzar en mitad del segundo tiempo (ineludible destino rosarino) fue demasiado para el pobre corazón de Daniel Briguet. Que descanse en sus propias ficciones, en un paraíso de mujeres hermosas y camas de hotel gratis sin límite de horario. Que derroche su ingenio divagante charlando con el viejo Raymond Chandler en alguna nube... de tabaco bueno, por supuesto. Las mejores despedidas ya han sido escritas, así que plagiaré una del susodicho. Hasta siempre, Daniel. No te digo adiós.
Beatriz Vignoli, periodista, poeta
En el año 2000, cuando empecé a laburar en la TL  conocí a Daniel Briguet. En ese momento era para mi el autor de Ficciones Periodísticas, un libro que me habían regalado, fotocopiado, cuando todavía vivía en mi pueblo, que leí con mucho entusiasmo. Durante algún tiempo habité esas historias que fueron también la puerta de entrada a una ciudad que desconocía. Cuatro años después fui su compañera en el programa La hora 25, un programa diario que salía por Radio Universidad. Hablamos mucho antes de comenzar a hacerlo, acordamos cómo queríamos llevar adelante nuestro cotidiano y ahora, a la distancia, siento que fue como surfear una ola hermosa, potente, con una de las personas más agudas y originales con las que me crucé. Por supuesto que el programa era él, su forma de hablar, sus pausas y  todo los caminos que abría en esas editoriales larguísimas (no había ninguna seña capaz de hacerlo terminar). Tenía una banda de oyentes que celebraban que tenga su propio programa porque, en general, participaba como columnista de otros e incluso uno, según me recuerda Gerardo Martínez Lo Ré, mandó un mensaje diciendo "que era la primera vez que tenía que escuchar un programa con un diccionario en la mano". Agrego, porque no me lo quiero guardar, que muchas veces me llamaba Maribel (!) al aire (esa no te la perdono, Danielito).

Ahora que la muerte hizo lo suyo despido al gran periodista que fue, al tipo generoso que alentaba inquietudes y te ponía adelante las preguntas más difíciles de responder, al que miraba las cosas desde otro lado y las volvía a dar vueltas. Despido a un amigo, con el que nos encontramos y desencontramos mil veces y con el que ahora mismo me gustaría cruzarme para tomar un café, hablar de Spinetta y decirle que lo quiero mucho.
Anabel Barboza, locutora

La tristeza no para. Adiós a Daniel Briguet
Desde el Ministerio de Cultura de la Provincia de Santa Fe despedimos a un amigo.

Alguien a quien se le deben muchas de las miradas urbanas hacia una ciudad que lo acunó aunque no hubiese nacido en ella.

Daniel ya era rosarino desde que él y la ciudad lo decidieron en un pacto mutuo que debe haberse sellado, seguramente, en el bar “El Resorte”, donde amigos y amigas, habitués y cualquiera que estuviese tomando un café podía acercarse y entablar una charla con él.

Fue periodista, editor de colecciones, escritor feroz y polemista inquietante. Dio cátedra en la Facultad de Ciencia Política y fue endiablado columnista de innumerables programas radiales, acometiendo el éter con su voz cansina y su especial forma de relatar lo habitual con tanta pasión como lo hacía con algo insospechado.

Se fue un pensador de los detalles y secretos de la vida urbana. Entendió la crueldad del individualismo y los clichés que a menudo arrojan las masas.

El sábado pasado su corazón dejó de convocarlo a levantarse y salir con paso lento a buscar qué nuevos misterios depara la vida. Se fue un tipo querible, aunque algo ensimismado. Será difícil olvidarlo.
#AdiósDanielBriguet
Se fue el cuerpo de Daniel Briguet. Periodista, escritor, compañero...
Hicimos juntos nuestro programa "Odio el Verano" varios años. No lo conocía y lo invite a trabajar porque me gustaba su forma especial de hablar y como pensaba... No saben lo lindo que es estar con alguien que piensa antes de hablar... Y más cuando es brillante. 

Un orgullo que tengo es que haya aceptado mi propuesta. Cosa que no hacía frecuentemente...

La vida esta hecha de personas y de momentos... y con Dani fueron muy especiales, inolvidables y llenos de cariño. 

Gracias por los momentos Daniel... Te voy a extrañar.
Lisandro Cavatorta, periodista

Saludo póstumo al compadre Briguet, de parte de los antiguos habitantes del corralón de calle Rodriguez al 100, del tugurio de Pueyrredón y Salta, y de los refugios barriales aledaños.

A regar esa plantita que casi retoña,
por la esquina de Jujuy salirá hoy la doña,
no verá desgarbado agitarse al poeta,
con su mente al sol dejando el planeta.

Alguien me escribió mientras caminaba,
la vereda en Rodriguez, por las hojas tapada,
"La ciudad es un poco más intolerable,
cae un barrilete que atraparon los cables"

Oirá su voz Pichincha escondida,
en un asadito regado con vino,
y en ese rellano del Humberto Primo,
girarán ideas e historias perdidas.

Recuerdo una noche de melancolía,
y el bar de Alvear con sillas vacías,
cuando musitando dijo a nuestra mesa:
"Vean las mujeres...¿No les interesan?".

Es lunes, y leo a través de internet,
llevamos dos días sin Daniel Briguet...
tu filosofía se queda en el barrio
¡Saludos atentos, Quijote de radio!

Gracias maestro y QEPD
R.J. Bellinson
El lado B 
Sí, Daniel Briguet era un brillante cronista, periodista y docente de la Escuela de Comunicación Social de la UNR, en Rosario. A muchxs nos deslumbró desde sus artículos, desde su mirada aguda, desde ese fondo de melancolía que tenía para mirar un mundo que, sabía, se iría cayendo a pedazos.

Pero Daniel también tenía un costado complejo. Fuimos varias (muchas de ellas, alumnas que rondaban los veinte mientras él ya iba por los cincuenta) las que recibimos su atención, que en algún momento comenzaba a ser densa, pegajosa. Nos esperaba a la salida de clases, enviaba flores, incluía nuestros nombres en crónicas íntimas con cosas que sucedieron y muchas que no. A veces, llevó la licencia poética demasiado lejos.

La muerte no nos hace mejores. Somos humanos a un lado y al otro de esa línea divisoria. Todo sería más sencillo si pudiéramos pensar ciertas cuestiones (el acoso, por ejemplo) desde el blanco y el negro. 

Pero no es sencillo. No es sencillo (ni lo fue) decidir dónde estaba todo bien y dónde dejaba de estarlo, en qué momento el rock se ponía jevi, cuándo el outsider encantador devenía en sombra oscura.

Daniel estaba hecho de bordes sinuosos que cruzaba con facilidad. A muchas nos llevó tiempo entender que teníamos derecho a decir no. Y a contar el lado b sin prejuicios moralizantes pero también, sin culpas.

Ahora que digo esto públicamente, sí puedo desear de corazón que su pasaje hacia la muerte esté hecho de una luz que de este lado, muchas veces, no supo encontrar.
Ivana Romero, escritora, periodista (en su comentario de Facebook decenas de comentarios apoyan y comentan casos similares)

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