“El impacto psicológico de enterarse de la muerte de un ser querido a través de una pantalla es algo muy difícil de superar”, explicó la Defensora del Público, Cynthia Ottaviano en una charla que brindó en el Concejo Municipal de Bahía Blanca
“Muchas veces, en nombre de dar una primicia, no se mide el dolor que se puede causar. El impacto psicológico de enterarse de la muerte de un ser querido a través de una pantalla es algo muy difícil de superar”.
En referencia a la delicada relación entre los suicidios y el manejo de la información, éste y otros conceptos dejó en su paso por la ciudad la licenciada Cynthia Ottaviano, titular de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, organismo creado a partir de la vigencia de la ley N° 26.522, usualmente denominada “Ley de Medios”, para velar por el respeto de los derechos de las audiencias.
La funcionaria llegó a la ciudad a través de una gestión del diputado provincial Marcelo Feliú en respuesta a un pedido de los ediles Raúl Woscoff y Gisela Ghigliani quienes vienen coordinando la labor de la denominada “Mesa de Abordaje de la Problemática del Suicidio”, que funciona desde principios de año en el ámbito del HCD.
“Fue Raúl (Woscoff) quien tomó conocimiento de que la Defensoría disponía de un muy interesante trabajo sobre cómo abordar la temática del suicidio desde los medios de comunicación y me pidió que hiciera el contacto para que se pudiera presentar en la ciudad”, explicó el legislador, quien también destacó la labor de Ghigliani como “una gran militante de la lucha contra la violencia de género y la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres”.
Profesionales vinculados a la salud mental, representantes de medios de comunicación, estudiantes de periodismo y público en general interesado en la temática, en buen número, acudieron al recinto de Sarmiento 12 para la exposición de Ottaviano, que se extendió por casi 90 minutos.
“Muchas veces, a la hora de dar noticia de un suicidio, se observa desde los medios simplificaciones y subjetividades que pretenden minimizar la complejidad de la cuestión. Se recurre a fuentes endebles y ocasionales y conjeturas de toda índole, sin medir consecuencias. Este cóctel, invariablemente, conduce al morbo”, mencionó la funcionaria.
“Un suicidio no es un hecho delictivo. Hay una tendencia peligrosa a policializar la información y, en aras de una velocidad que siempre atenta contra la profundidad, dejarse llevar por simplificaciones del tipo: fijensé lo que alguien era y por eso terminó como terminó”, consideró.
Según informó, en base a este trabajo multidisciplinario, cuyas conclusiones, junto con todo el material fruto del trabajo del organismo, están disponibles en el sitio del organismo (www.defensoriadelpublico.gob) se elaboró una suerte de “decálogo” con premisas para tener en cuenta a la hora de informar sobre un suicidio.
“La idea es que pueda estar colgado tanto en redacciones como en institutos de periodismo para que se pueda ir formando un criterio sobre el respeto a la confidencialidad y la no invasión a la privacidad de las personas”, se esperanzó.
Fuente: La Nueva