viernes, 21 de junio de 2013

Manuel Castells: "Movimientos en red nacen de la injusticia, la opresión y la indignación, y no de internet"

Por: Facundo Franco
Manuel Castells, sociólogo e investigador español dedicado al desarrollo de las redes, expuso ayer en la inauguración del Primer Enredo Internacional, organizado justamente por las Redes Frenteamplistas. Ante la presencia de autoridades del gobierno, el académico expuso acerca de los movimientos surgidos desde hace tres o cuatro años en varias partes del mundo a partir de internet. "Primero fueron insurgentes y por temas puntuales, luego los movimientos más amplios, enredados y que actúan sobre los valores y la conciencia, y ahora estamos entrando en una tercera fase", explicó.
Según el investigador, estos movimientos surgen por motivos diversos como revueltas contra el hambre o dictaduras, pero también en países en pleno crecimiento económico y con la izquierda en el gobierno. Esto pasa porque hay un nuevo patrón de movimientos sociales que "nacen de la injusticia, la opresión y la indignación", y no de internet, como a menudo se piensa. De todas formas, destacó el rol fundamental de la red, que permite la autonomía con respecto al sistema político. "Es como cuando comenzó a emerger el movimiento obrero, son nuevas formas de acción colectiva", ilustró.
En sus estudios pudo comprobar que la palabra "dignidad" siempre aparece en estos colectivos, que son fundamentalmente emocionales y surgen sin programa o estructura; luego la reacción emotiva pasa a ser debatida y surgen líderes. Para el sociólogo, a diferencia de los partidos políticos -que ponen en orden los proyectos de cambio-, estos movimientos cambian la historia. Pero advirtió que movilizarse contra elementos establecidos por el orden social "es arriesgado porque el sistema se defiende". Los nuevos movimientos sociales surgen principalmente porque no ven respuesta dentro de los cauces institucionales, pero, según dijo, cuando salen de ahí comienza la represión.
Es justamente la represión un elemento de cohesión para estos colectivos, porque una forma de evitar el miedo, principal herramienta de control social, es "tomándose de las manos para enfrentar juntos la represión o la posibilidad de ella", según dijo. Otra forma de enfrentarlo es a través de la indignación y la rabia, cuando a las personas "ya les da lo mismo cualquier cosa que pueda pasar".
Lo complejo es que los movimientos en red se manifiestan en múltiples formas, no sólo en internet. "Se trata de redes personales, personas que se conocen y se tocan. Internet sirve para que se lancen los mensajes y que se conecten individuos ya conectados en red, funcionan como redes de redes", añadió. También destacó la importancia de las plataformas móviles, que permiten difundir experiencias muy rápidamente. Según el académico, estos movimientos surgen en Facebook a partir de impactos generados por videos de Youtube, y de ahí los mensajes pasan a Twitter, luego a las calles, y de ahí a las instituciones.

No están pero están
Por otra parte, explicó que como se trata de redes de redes, son movimientos altamente descentralizados y muy difíciles de reprimir, porque, como no hay centros, es difícil desactivarlos para liquidar la red. Para ilustrarlo citó el ejemplo de las últimas manifestaciones en Brasil, sobre las que los políticos de ese país están desconcertados porque no conocen a nadie, porque se trata de movimientos espontáneos. "No se cree en ellos hasta que los tienen encima", agregó.
También señaló que no necesitan liderazgo formal, salvo algunas excepciones, principalmente debido al alto grado de desconfianza hacia la delegación de poder que tienen sus integrantes. Además, estos movimientos se tornan visibles a través de la ocupación del espacio urbano para reconstruirlo. Castells añadió que son colectivos altamente democráticos y con altos grados de educación. Agregó que es un desafío enfrentarse a infiltrados o personas que quieren manifestar su bronca a través de la violencia, porque los medios inmediatamente los identifican con los violentos.
En esta línea planteó que los medios rechazan a estos movimientos, porque al ser cuestionada la institucionalidad del poder político, también ellos se sienten cuestionados. Además, son fuertemente virales, en el sentido de que todo lo que comunican se replica inmediatamente y casi con infinitas posibilidades, para lo que vuelve a ser importante internet, principal herramienta para la construcción de un nuevo espacio público. Estos movimientos no son ni de izquierda ni de derecha, sino que principalmente reclaman otra forma de comunicación y participación.
Para Castells, estos movimientos generaron grandes cambios en el discurso político y de opinión pública debido a que las demandas han pasado a ser parte de la agenda pública. Sin embargo, destacó que al mismo tiempo la clase política parece impermeabilizarse frente a ellos para conservar la potestad de que las resoluciones se tomen a su interna. Para el investigador, uno de los mayores desafíos que deben enfrentar las redes es el de vincularse con la institucionalidad, y en ese sentido marcó a las Redes Frenteamplistas como un ejemplo de estos nuevos casos en que el límite se torna difuso. Además, llamó a las redes a generarse autonomía tecnológica y sus propios espacios en internet, principalmente porque en tiempos complejos, tanto Facebook como Twitter pueden ser una herramienta de control.
Foto: Pablo Vignali
Fuente: La Diaria

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