La llamada Ley de Medios, que fue aprobada en el Congreso, buscó desbaratar la hegemonía mediática de Clarín al obligarlo a vender cientos de sus licencias de radio y televisión, las cuales aún mantiene gracias a una serie de amparos judiciales
La prensa argentina celebró el Día del Periodista en medio de una fuerte división entre medios oficialistas y opositores que se disputan el relato social y se descalifican y maltratan mutuamente.
El debate sobre el rol del periodismo es tan intenso que incluso la presidenta argentina Cristina Fernández recordó que la celebración se debe a que un 7 de junio de 1810 se publicó la primera edición “del primer diario oficialista” de la historia argentina.
“Mirá vos, un diario fundado por el gobierno. Y pensar que muchos de los que hoy escriben en los medios están convencidos de que ser periodistas es ser opositores.¿ Qué cosa, no?”, escribió la mandataria, a modo de felicitación, en las redes sociales.
La pelea entre el poder político y el económico que representan las empresas de comunicación comenzó hace cinco años, cuando Fernández rompió la alianza que había mantenido con el Grupo Clarín, el multimedios más importante de este país sudamericano.
Clarín, que había sido beneficiado empresarialmente por diversas medidas del kirchnerismo, se convirtió en un medio opositor, papel que se acentuó en marzo de 2009, cuando el gobierno presentó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
La llamada Ley de Medios, que fue aprobada en el Congreso, buscó desbaratar la hegemonía mediática de Clarín al obligarlo a vender cientos de sus licencias de radio y televisión, las cuales aún mantiene gracias a una serie de amparos judiciales.
En el bando de medios opositores, en el que sólo hay críticas, descalificaciones y denuncias contra el gobierno, se incluyeron otros medios de fuerte influencia, como el conservador La Nación y el Grupo Perfil.
Para contrarrestar el discurso negativo, el gobierno comenzó a financiar la aparición de sus propios medios oficialistas con recursos públicos, pero ninguno de ellos cuenta con el mismo impacto ni repercusión de la prensa opositora.
El emblema de la prensa oficialista, que no tiene problema alguno en asumirse como tal, es el programa 678, que se transmite en la televisión pública y que a diario desmiente las operaciones mediáticas plasmadas en la prensa opositora.
A este programa se suman el diario PáginaI12 y la revista Veintitrés, que en sus columnas intentan mantener una mirada más equilibrada sobre algunas políticas oficiales, y los diarios Tiempo Argentino y Miradas al Sur, que son netamente pro gobiernistas.
El peso del oficialismo se percibe más en los medios electrónicos, ya que entre las 15 radios más importantes de la Amplitud Modulada (AM), sólo dos de ellas, Radio Mitre, del Grupo Clarín, y Radio Ciudad, son abiertamente opositoras.
La influencia mediática del gobierno se consolidó el año pasado gracias a que el empresario kirchnerista Cristóbal López compró Radio 10, líder de Argentina, otras cuatro señales radiales y el segundo canal de noticias más importante del cable, C5N.
Así, dependiendo del medio que se consulte, se puede entender que, en Argentina, o todo está bien o todo está mal, sin matices, y con acusaciones mutuas de manipulaciones, mentiras y operaciones mediáticas o de protección informativa.
Fuente: Notimex