20 años de Diario UNO: Mendoza multiplicó sus voces
Cuando arrancamos esta aventura, lo hicimos obligados por la necesidad de poner en papel una voz distinta a la de la soberbia centenaria. “¡Qué locura… !”, “No llegan a fin de año…”, fueron algunos de los tantos rumores que llegaban a nuestros oído
Por: Daniel Vila, Presidente de UNO Medios, Fundador de Diario UNO
Cuando arrancamos esta aventura hace 20 años, lo hicimos obligados por la necesidad de poner en papel una voz distinta a la de la soberbia centenaria. “¡Qué locura… !”, “No llegan a fin de año…”, “Nadie pudo y estos tampoco…” eran algunos de los tantos rumores que llegaban a nuestros oídos mientras Diario UNO tímidamente daba sus primero pasos en las madrugadas mendocinas.
En aquel momento era difícil imaginar este presente consolidado y en crecimiento. El Diario UNO fue una aventura que se gestó por la necesidad de Mendoza de diversificar sus voces informativas. Se abrió camino a lo largo de estas dos décadas sobre la base de una firme prepotencia de trabajo puesta en la tarea cotidiana. Aunque siempre existe una cuota de eso que llaman talento, lo determinante ha sido la voluntad de un importante grupo de personas que, desde las distintas actividades que dan vida a un diario, han puesto su granito de arena para llegar a la actualidad con un producto maduro y con una presencia decisiva en el mercado de medios de la provincia y del país.
Debemos enorgullecernos de que con Diario UNO se multiplicaron efectivamente las voces disponibles para los mendocinos y eso es hoy un valor social inalterable de nuestra comunidad. En donde antes había una sola campana, nuestro diario hizo posibles otros sonidos, otras modulaciones, y eso ha sido el valor supremo que la gran mayoría de los mendocinos defendió para permitirnos permanecer y crecer.
Hablé de los que hicieron posible este desarrollo y no puedo dejar de recordar, para sintetizar a todos los que están y a los que pasaron por el diario, a dos de esos imprescindibles que ya no nos acompañan físicamente pero que dejaron su perfil marcado a fuego en nosotros. Incluso lo hicieron en los más jóvenes, en los que no llegaron a conocerlos, porque su impronta tuvo esa fuerza que con el paso del tiempo, en el futuro, se reconoce como tradición, como sustento cultural. Estos pioneros eran ya mayores cuando se largaron con el entusiasmo de dos jóvenes a apoyarnos a los que sí teníamos juventud: Carlos Castañeda y Alfredo Luis Vila.
El entrañable Carlos, cubano de nacimiento, ciudadano del mundo por calidad humana y profesional, fue el especialista, la leyenda del periodismo, que diseñó aquel diario soñado en 1993, que entre otras cosas se impuso contra todas las adversidades por su innovadora concepción. Innovación que no fue sólo en lo formal, sino en la manera de hacer periodismo. Un periodismo que presagiaba la apertura al mundo que Mendoza vivió en estos últimos años. Carlos nos enseñó a ser universales desde nuestra patria chica. A atender lo cercano trayendo lo valioso de todos lados para enriquecerlo. Sin él la tarea quizás hubiera sido imposible. Es seguro, al menos, que habría sido mucho más difícil.
El otro referente fue mi padre, que con su empuje y perseverancia le dio al diario el basamento para que no cayera en los momentos más complicados del inicio, de la infancia, rumbo a la consolidación. Lo hizo en silencio, dejando hacer, pero siendo esa presencia férrea que algún día Mendoza reconocerá en la dinastía de los pioneros.
A esos pilares del inicio no podía dejar de mencionarlos, porque en ellos se sustentó lo que muchos ayudamos a hacer luego.
Lo que fue una ilusión hoy cumple veinte años. Tiene la significación especial de que fue una criatura engendrada por nosotros. No fue una adquisición en el proceso de crecimiento empresarial alumbrada por otros, sino que lo edificamos desde cero. Y eso, en lo afectivo, tiene un valor que la frialdad económica que envuelve a los negocios no puede esconder.
En estos cuatro lustros que festejamos debo agradecer a todos los que hicieron posible que la diversidad de voces que Mendoza nos reclamaba siga vigente y fortificada. La misión fundacional se ha cumplido con creces. Es un orgullo haber sido parte de ese capítulo de lo mejor de nuestra historia provincial.
Recordando nuestra consigna de los primeros años, nunca mejor que hoy para reafirmar que “la historia recién comienza!”.
Fuente: Diario UNO