No desconocemos la tensión que existe en la prensa, tampoco la concentración que aún subsiste, pero consideramos que la pelea entre patronales nos es ajena. Los periodistas tenemos que ser conscientes de que no podemos estar al servicio de las operaciones de los dueños de los medios. De ningún medio. Tenemos que saber decir no. Somos conscientes de que quienes ejercen el control de diarios, radios y canales tienen mucho más poder que nosotros. Por eso, nuestra organización es clave para enfrentarlos.
En los últimos días se sucedieron varios hechos de violencia contra trabajadores de prensa. Nos solidarizamos con los compañeros agredidos, pedimos el esclarecimiento de los hechos y el castigo a los responsables. Muchas veces se confunde a los trabajadores con la línea editorial del medio en donde trabajan. Es un error. Los periodistas sólo respondemos por nuestras notas. Y si a alguien no le gustan, la respuesta no es el golpe ni la patoteada.
Manifestamos nuestro más enérgico repudio a los ataques que sufrieron los compañeros de la TV Pública, Tiempo Argentino, Crónica, Télam, Malviticias, SM Noticias, Zona Informativa y Noti Malvinas. Repudiamos, a su vez, las agresiones machistas sufridas por una compañera reportera gráfica de La Gaceta en Tucumán. Nos solidarizamos con los medios comunitarios a lo largo y ancho del país que sufren ataques del poder, como Radio El Algarrobo en Catamarca, por citar uno de los casos recientes de atropellos contra el derecho social a informar.
Este año se firmó la primera paritaria de la rama diarios de la Capital Federal después de 37 años. Si bien hemos acordado una escala básica de mejoras salariales, tenemos el desafío de que se cumpla en todas las redacciones. Daremos pelea ante cada una de las excusas que inventen las patronales. Este Día del Periodista nos encuentra, de hecho, quitando las firmas en todos los diarios porteños en reclamo de que la patronal de Clarín cumpla con lo firmado y reciba a los delegados paritarios, elegidos en una histórica asamblea después de casi doce años de represión sindical en esa empresa.
Estamos alertas ante cualquier intento de los dueños de los medios de avasallar nuestros derechos. Sabemos que si tocan a uno, nos tocan a todos. Por eso respaldamos y acompañamos el pedido de reubicación en la Editorial Perfil de los trabajadores de Libre, el diario que Jorge Fontevecchia cerró luego de convertirlo en una publicación deportiva. También estamos junto a los compañeros del Diario Popular, que llevan adelante un plan de lucha para mejorar el acuerdo salarial que Fatpren cerró con Adira, insuficiente para las necesidades de los trabajadores, y a los trabajadores de la agencia ANSA, que pelean para no ser discriminados del acuerdo paritario.
A la histórica paritaria de los diarios porteños hay que sumarle las que se llevan adelante en radios y revistas. El desafío es avanzar en el mismo sentido. Y debemos hacerlo a pesar de la sostenida descomposición de la conducción de la UTPBA, que viene mostrando -otra vez- su peor costado al dejar de lado a su sector más activo, como lo demuestran las renuncias en su seno, a pesar de la exitosa gestión en la última negociación salarial. Sin contar, además, la situación de la obra social, que ya casi no tiene prestaciones, laboratorios que brinden análisis, ni servicios de guardia, y que entrega turnos a tres meses. Lo que tendría que ser un sistema solidario se ha convertido en un lugar de riesgo para la atención de la salud.
Esta actitud de la conducción de la UTPBA nos impone la enorme tarea de recuperar el sindicato de prensa como herramienta de lucha de los trabajadores. Somos nosotros quienes le damos vida a este gremio, como lo demostraron las paritarias, un ejemplo para el movimiento sindical por su metodología: cada decisión del plenario de delegados y la comisión paritaria fue consultada ante las asambleas de base, que siempre tuvieron la última palabra.
No puede haber discusión sobre el periodismo si no se menciona la precariedad con la que se trabaja. Basta repasar la situación de los/as colaboradores/as. La encuesta del CTP, cuyos resultados daremos a conocer el fin de semana, muestra una situación dramática para quienes viven de este oficio, que se agudiza si se trata de mujeres: no podemos desconocer, de hecho, la asimetría en condiciones de trabajo, trato cotidiano y sexismo en las redacciones.
Sumamos a todo esto la preocupación y alerta general por las agresiones y polaridades que llevan a un conjunto de consecuencias gravísimas para el oficio de informar: a) agresiones físicas y verbales a trabajadores de prensa por trabajar en medios estatales o de empresarios periodísticos alineados con el gobierno; b) censura de información por parte de jefes y editores cuando nuestros artículos pueden afectar los intereses o relaciones de los dueños de los medios, y, c) clausura de la posibilidad de preguntar a los funcionarios de gobierno, con un avance de “las gacetillas en voz alta”. Esto lleva a un empobrecimiento de la agenda informativa, de la calidad periodística y de la indispensable diversidad de fuentes en cada artículo.
Pero no serán los voceros de los grandes grupos mediáticos, los mismos que censuran y aprietan en sus medios, quienes nos defiendan de esta situación. Debemos seguir adelante en una construcción colectiva, desde abajo, en cada redacción, en la calle y en todos los lugares donde haya un periodista. Para eso es imprescindible que exista libertad sindical en todos y cada uno de los medios, y que se termine la persecución gremial en aquellas empresas periodísticas donde los trabajadores buscan organizarse. Tan imprescindible como que los trabajadores de prensa no seamos los que terminemos pagando las aventuras de empresarios inescrupulosos.
Nos hubiera gustado una sola convocatoria para el Día del Periodista, sabemos que el camino a recorrer es largo. Ya lo decía Agustín Tosco hace muchos años, y no por vieja la cita pierde vigencia: “Nuestra experiencia nos ha enseñado que, sobre todas las cosas, debemos ser pacientes, perseverantes y decididos. A veces pasan meses sin que nada aparente suceda. Pero si se trabaja con ejercicio de estas tres cualidades, la tarea siempre ha de fructificar, en una semana, en un mes, en un año. Nada debe desalentarnos. Nada debe dividirnos. Nada debe desesperarnos”.
El CTP convoca al quite de firmas en todos los medios en solidaridad con los trabajadores de Clarín, y a las múltiples actividades organizadas para este 7 de junio, que dan cuenta del estado de movilización del gremio, desconocido hasta hace pocos años, y que demuestra que las trabajadoras y trabajadores de prensa estamos de pie.
Adherimos y convocamos a las siguientes actividades:
- “El periodismo le dice basta a la violencia de género”. Red Par, 13 a 18, en la Plazoleta del Obelisco.
- Acto en Radio Ciudad, Sarmiento y Paraná, a las 14, por la vuelta al aire del programa de Herman Schiller, en defensa de la radio y sus trabajadores.
- Choripaneada en la puerta de Diario Popular, por aumento y contra los aprietes. A las 20 en Intendente Beguiristain 142, Avellaneda.
- Acto en la puerta de la agencia Télam en repudio a los ataques a sus trabajadores. A las 15 en Defensa 372.