La filial argentina del grupo español Telefónica denunció ayer cortes en su red de fibra óptica que afectaron a 15.000 clientes, incidente que fue calificado por el Gobierno argentino de "sabotaje" de características "mafiosas"
En un comunicado, Telefónica precisó que los cortes se verificaron en las localidades bonaerenses de Coronel Rosales y Santa Clara del Mar, en zonas de carretera.
El primer corte afectó el servicio de telefonía básica en el balneario de Pehuen Có y en forma parcial las prestaciones de Internet de banda ancha en la ciudad de Olavarría y en la localidad de General Pico (provincia de La Pampa, centro del país).
El segundo corte provocó la interrupción del servicio de telefonía fija e Internet a clientes de las localidades bonaerenses de Santa Clara, Coronel Vidal, Mar de Ajó, Santa Teresita y Dolores, entre otras.
"No es habitual que se registren cortes masivos en tan corto plazo, por lo que la compañía adoptará las medidas legales correspondientes para investigar las causas que provocaron los cortes en los cables de fibra óptica", indicó la compañía.
Por su parte, el ministro de Planificación argentino, Julio De Vido, afirmó que "daría toda la impresión de que se trata de un mensaje de un cartel mafioso el presunto sabotaje en fibra óptica en el sur bonaerense".
Añadió que la Comisión Nacional de Comunicaciones hará una denuncia ante la Justicia por "interrupción de servicio público y sabotaje".
"Es sorprendente lo que pasó, ya que en siete años nunca hubo un hecho similar", dijo De Vido en declaraciones reproducidas en el sitio web de la Presidencia argentina.
El incidente se produce dos días después de que De Vido anunciara la cancelación de la licencia para prestar servicios de Internet a la empresa Fibertel, absorbida por la firma Cablevisión y propiedad del grupo multimedia Clarín, el mayor del país, por "incumplimientos" de normativas del sector de telecomunicaciones.
En un comunicado, Cablevisión tachó a la medida gubernamental anunciada el jueves de "ilegal", "arbitraria" y sin "antecedentes" y anticipó que recurrirá a la Justicia "para defender sus legítimos derechos y velar por la continuidad de sus servicios".
Consideró, además, que la medida "revela una brutal actitud de hostigamiento" contra la empresa y "busca reducir drásticamente la competencia y consagrar el monopolio de las telefónicas".
"Con esta medida, el Gobierno pretende anular la competencia en la prestación del servicio de Internet, favoreciendo sospechosamente a las compañías telefónicas de capitales extranjeros que ostentan un claro monopolio, en desmedro de una compañía nacional", aseguró.
Además de Fibertel, las otras dos grandes operadoras de Internet en el país son Speedy, controlada por Telefónica de Argentina, y Arnet, subsidiaria de Telecom Argentina, en manos de una sociedad participada por Telecom Italia y el consorcio argentino Werthein.
Fuente: EFE