Por: Luis Valle*
El 10 de diciembre, el Presidente electo asumirá la responsabilidad de gobernar el país. Debe definir, entre otras cosas, la política de telecomunicaciones y medios electrónicos que llevará adelante. Disponer de buenas comunicaciones electrónicas está cada vez más asociado a disfrutar de una mejor calidad de vida. Prueba de ello son los planes que están llevando a cabo países tan diversos como los Estados Unidos, Australia, Irlanda, India o Nigeria.
El Plan Nacional de Banda Ancha de Estados Unidos, publicado por la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) el 17 de marzo de 2010, establece que los objetivos son estimular el crecimiento económico, la creación de empleo, las capacidades de los Estados Unidos en la educación, la salud, la seguridad nacional y demás cuestiones. El plan incluye secciones que se centran en las oportunidades económicas, educación, salud, energía y medioambiente, el desempeño del gobierno, el compromiso cívico y la seguridad pública. Resalta que la banda ancha es una necesidad de la vida moderna, no un lujo, y que debe llegar a todas las ciudades y a todos los hogares.
Cuentas pendientes
En la Argentina, hay una distribución despareja del acceso a Internet. Es un tema a resolver junto con el incremento del nivel medio de banda ancha que se registra a lo largo de todo el país. Habrá que hacer uso de lo que prevé la regulación para el servicio universal, continuar con planes como Argentina Conectada, incrementar las iniciativas público-privadas, tales como las SAPEM (Sociedad Anónima con Participación Estatal Mayoritaria) provinciales, apoyar el desarrollo de las cooperativas y poner en marcha otras ideas que ayuden en el mismo sentido. La Televisión Digital Terrestre (TDT), medio de banda ancha primordialmente unidireccional pero con la ventaja de la recepción gratuita, está llegando, por su propia naturaleza, más rápido a cubrir la geografía del país. Es una manera sencilla de implementar las últimas millas hasta los usuarios. Es una herramienta que sirve para informar, entretener, educar sobre las posibilidades de los nuevos avances, mantener la identidad y la integración nacional sobre todo en zonas fronterizas.
Por su parte, la Televisión Digital Satelital (TDS) complementa en zonas donde la televisión terrestre aún no llega y/o no llegará por cuestiones geográficas. El rápido despliegue de la red celular 4G contribuirá a implementar los accesos de última milla. El acceso satelital bidireccional también ayudará pero tiene tiempos de latencia grandes incompatibles con algunas aplicaciones. Sería muy auspicioso que, viendo la importancia que los distintos países le dan al rápido desarrollo de la banda ancha, se pudiera acordar entre las distintas tendencias políticas que esta será una cuestión de Estado, y que se continuarán con ellas en las próximas administraciones, cualquiera sea su color político.
Lo que está claro es que no tenemos que perder tiempo. Nuestros vecinos de América latina vienen trabajando en cómo dar un salto adelante en temas de banda ancha. Méxic, por ejemplo, anunció que para finales de enero de 2016 publicará las bases para la licitación de un proyecto de red compartida de telecomunicaciones con inversiones de u$s 7.000 millones. Buscaría alcanzar una rentabilidad atractiva en una década y apunta a servir tanto a operadores móviles tradicionales como a los emergentes virtuales, así como a operadores fijos en busca de capacidad para ofrecer servicios móviles. Ojalá pronto estemos discutiendo algo similar.
*Director del posgrado en Plataformas de TV Digital de la Universidad Blas Pascal (UBP)
Fuente: Diario El Cronista