El mayor innovador mundial de los medios de comunicación de la última parte del siglo XX abrió su estancia de la Patagonia para responder un extenso cuestionario de Perfil
Por: Jorge Fontevecchia
En 1963 usted heredó el negocio publicitario de su familia, dedicado a carteles en la vía pública. En 1970, en Atlanta, compró una cadena de televisión de UHF que estaba arruinada. ¿Por qué eligió el negocio de la transmisión de TV? Y ante la misma situación hoy, cuarenta años después y con los grandes avances tecnológicos, ¿le interesaría esa misma línea de negocios?
No. Entré en escena cuando sólo había tres cadenas de televisión en Estados Unidos, y en todo el mundo, prácticamente, había tres o cuatro canales. Estaba llegando nueva tecnología que permitía canales adicionales. Lo analicé y, con el propósito de expandir la distribución de mi pequeña cadena de televisión en Atlanta, decidí que estuviera disponible vía satélite para luego ofrecerla a los sistemas de cable de todo el país. Mientras lo estaba haciendo, pensaba: “Parece que va a funcionar”. Sin embargo, no había ninguna prueba de que aquello funcionaría, porque nunca antes se había hecho. El pasado se supera haciendo cosas que nadie intentó antes. Como lo que hizo Bill Gates con Microsoft: no existía ningún software de esa magnitud antes de que él apareciera. O como Edison y la bombita de luz, o Alexander Graham Bell y el teléfono. Lo que usted está intentando hacer es mucho más difícil: traer nuevas ideas a un negocio editorial que ya existe hace cientos de años. La competencia ya está allí, por lo que tiene que ser muy inteligente. Bueno, también se tiene que ser inteligente cuando se es pionero, como lo fui yo. Pero funcionó, y luego se me ocurrió la idea para CNN. Una vez que me di cuenta de que aquello podría funcionar, comencé a pensar: “¿Cuál sería el próximo paso?”. Lo pensé muchísimo tiempo. Para los negocios, trato de pensar a futuro: “¿Cuál es el camino acertado a seguir?”; “¿Hacia dónde quiero orientar mis esfuerzos?”. Y lo mismo he hecho en los otros ámbitos de mi vida. No sé si me preguntará sobre las armas nucleares, pero uno de los temas en los que más estoy trabajando ahora es librar al mundo de las armas nucleares. Podríamos destruir el mundo ahora. Tenemos suficientes armas como para poder destruir el mundo en tan sólo una tarde. También si destruimos el medio ambiente –tal como estamos haciendo–, donde ya hay demasiadas personas… Mil millones de personas padecen hambre, y vamos a sumar otras mil millones más. Y dentro de 15 años, va a ser imposible. A menos que queramos que mucha gente pase hambre. Sería como Haití pero en todo el mundo. No, no queremos eso. Sería mejor que hubiera menos gente pero que viviera bien, en lugar de mucha gente que viviera mal. Además, quien está viviendo mal no puede pensar demasiado en preservar el medio ambiente: tiene que cortar un árbol porque necesita leña. Y si continuamos cortando todos los árboles, es el fin. Y ni hablar de los océanos y todas las otras cosas de nuestro alrededor que están al borde del colapso.
En sus inicios, CNN era una cadena pequeña que intentaba cambiar el concepto de las noticias…
No creo que realmente estuviéramos intentando cambiar el concepto de las noticias. Lo que hacíamos era que las noticias estuvieran disponibles todo el tiempo y se trataran con mayor profundidad, porque teníamos más tiempo que los otros noticieros. Los otros noticieros estaban al aire dos horas al día más o menos; nosotros las 24 horas. Por lo tanto, era obvio que tuviéramos programas más largos. Presentábamos el doble de noticias que los otros, simplemente porque nuestro noticiero central duraba una hora y el de las otras cadenas, la mitad.
¿Cómo nació su famoso eslogan para definir una noticia –“es lo que está sucediendo”–, y cómo definiría “eso que está sucediendo”? ¿Es el registro de la vida cotidiana, lo que el editor piensa que es noticia, una construcción social de la realidad?
Es bastante simple. Le llegan todas las noticias, pero no puede abarcarlas todas. Para el siguiente mes o la siguiente semana, debe elegir la que crea más importante para los lectores. Básicamente, así es como lo hacíamos nosotros. Hace lo mejor que puede con lo que le parece que será importante. Una noticia siempre va a tener alguien a quien le resulte interesante. A algunos les resulta interesante que una gata haya tenido 15 gatitos. Para algunos, eso es noticia. Obviamente, un bombardeo es siempre una gran noticia. Si bombardean a su vecino, aparece en los titulares.
Usted nació en un país que es la excepción a la ley de McLurg (“la importancia de un suceso disminuye con la distancia del lugar en el que se produjo”), porque todo aquello que ocurra en Estados Unidos es automáticamente noticiable para el resto del mundo.
No creo que sea así.
¿No fue una ventaja para su proyecto haber nacido en Estados Unidos?
Creo que estar en Estados Unidos probablemente fue una ventaja, pero eso fue sólo una cuestión de suerte. Estaba allí por casualidad. Siempre digo lo mismo: si hubiéramos nacido en Haití, hoy no estaríamos donde estamos. Gran parte de lo que tenemos en la vida es simplemente una cuestión de suerte. Así lo entiendo. Como estábamos en Estados Unidos, y allí está la ONU… Estados Unidos tiene ciertas ventajas, pero eso puede cambiar y, de hecho, está cambiando. China, por ejemplo, adquiere cada vez más importancia en comparación con Estados Unidos, porque está creciendo con mayor rapidez y también actúa con inteligencia.
¿Es verdad que fue en ese momento (cazando patos con Fidel Castro) cuando se le ocurrió transformar a CNN en internacional?
Yo lo venía pensando pero luego, me dijo que me invitó porque había leído acerca de CNN. Había averiguado y descubrió que podía tener CNN en Cuba, porque en esos tiempos no contralaban si la señal iba más allá de las fronteras. Así que tenía una antena parabólica y lo veía. Me comentó que la noche en que asesinaron al presidente de Egipto, Sadat, fue a su oficina –que es donde estaba su televisor– y se pasó toda la noche allí. Nunca pasaba una noche entera allí, o casi nunca. Iba a lugares diferentes porque nunca sabía cuándo Estados Unidos nuevamente intentaría asesinarlo. Lo intentaron unas veinte veces más o menos. Eso es lo que me han dicho. Me contó que estuvo despierto toda la noche para ver lo que sucedería después de Sadat. Me dijo: “Tengo que tener CNN”. Y agregó: “No sólo yo tengo que tenerlo, sino también todos los líderes del mundo”. Entonces, pensé: “Tiene que estar disponible para todo el mundo. Porque si Fidel Castro, un comunista, pidió tenerlo, la gente en Nigeria, en Egipto y en todo el mundo también necesitan tenerlo”.
La cobertura de CNN del accidente del Challenger en 1986 y de la Guerra del Golfo en 1991 estableció el concepto de la “noticia en vivo” e instaló en el mundo la posibilidad de presenciar catástrofes naturales o guerras como testigos instantáneos de la historia. Como creador de uno de los pilares de la llamada “aldea global”, ¿qué opina de WikiLeaks?
La realidad es que sobre ese tema no sé más de lo que la mayoría de la gente sabe. Sí sé que publican mucha información y que algunos no están de acuerdo. No tengo una opinión ni a favor ni en contra, pero me gusta que el gobierno se comunique abiertamente. Creo que estaríamos mejor de lo que estamos si todos los gobiernos del mundo se comunicaran abiertamente. Por lo general, más información es mejor que menos información.
¿Cuál es su perspectiva sobre el futuro de las noticias en Internet y cómo afectarán a los medios off line y al periodismo como profesión?
Ya ha afectado enormemente al periodismo y a todo en general. Creo que seguirá haciéndolo, pero quizás aparezca algo más moderno que Internet. Eso es lo que ha estado pasando. La velocidad a la que la tecnología está cambiando y evolucionando parece estar aumentando, no disminuyendo. Transcurrió mucho tiempo antes de que las mejoras tecnológicas se convirtieran en algo de todos los días. Ahora todo se mueve más rápido. Por ello, es muy difícil predecir cuál será el futuro de los medios dentro de veinte años.
Como creador del primer medio global en tiempo real, ¿qué siente al ver que la revista “Time” eligió a Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, como el “hombre del año 2010”, la misma distinción que usted recibió en 1991? ¿Lo percibe como un sucesor, como un par, o como un fenómeno temporal tal como lo fue America On Line?
No lo he pensado demasiado. Como dije anteriormente, mi mayor esfuerzo está centrado en el tema de las armas nucleares, el calentamiento global, el medio ambiente y mis restaurantes. Lo bueno de estar en el negocio de los restaurantes es que la tecnología no cambia mucho. He trabajado a un ritmo vertiginoso durante muchos años y entonces es agradable desacelerar un poco.
¿Cuál es su opinión sobre el tratamiento hipercrítico que realiza Rupert Murdoch desde su canal Fox News hacia el presidente Obama?
Veo más que nada CNN, porque quiero ver qué están haciendo, pero no he notado que en Fox News sean súper críticos de Obama. He escuchado que a veces sí lo son pero, en algún momento, todo el mundo es crítico del presidente. Sin embargo, no lo he visto de un modo que llegara a preocuparme o que pudiera llegar a causar una revolución en el país. Espero que no.
El rating de Fox News ha venido creciendo; ¿cree que Murdoch ataca a Obama para ganar audiencia o por convicciones conservadoras?
Creo que probablemente sea un poco por ambas cosas.
¿Hay un empobrecimiento del gusto de la audiencia estadounidense al permitir que Fox News y otros medios similares sean tan exitosos?
Cada lector o televidente es diferente. El periodismo sensacionalista ha existido siempre. Diría que la gente que ve los noticieros más serios y la gente que ve los noticieros sensacionalistas son más o menos la misma proporción de siempre.
¿Encuentra algún paralelo entre las quejas que Obama realiza por el trato duro que le da Fox News y las similares de la presidenta argentina por un trato equivalente del Grupo Clarín hacia su gobierno?
Como no hablo español, no leo ni veo las noticias locales. No puedo responder esa pregunta con precisión.
Como canales de noticias, además de CNN en Español, Argentina tiene TN, Crónica, Canal 26, C5N y América 24. ¿Alguna vez vio alguno de ellos? Y en ese caso, ¿qué impresión le dejó los canales de noticias de Argentina?
Como le comenté anteriormente, no hablo español lo suficientemente bien. Por lo tanto, no los he visto. Cuando estoy por aquí veo CNN International, porque es en inglés.
¿Qué reflexión le merece que siendo la Argentina un mercado cien veces más pequeño que el estadounidense, tenga cinco canales de noticias?
Me parece genial. Mejor que haya más canales de noticias. Creo que cuanta más información tengamos de puntos de vista diferentes, mejor.
Turner es la mayor productora de contenidos de TV por cable de Latinoamérica, con 13 canales: I.Sat, Space, Much Music, Retro, Fashion TV, HTV, Infinito, CNN International, TNT, Cartoon Network, Boomerang, CNN en Español y TCM Classic Hollywood. Además, Turner Broadcasting eligió la Argentina con base de producción para toda la región. En la Argentina se aprobó una nueva Ley de Medios que obliga a mayor porcentaje de producción local. ¿Cuál es su opinión sobre esta nueva ley, si es que la conoce, y en general sobre las leyes que regulan a los medios en todo el mundo?
¿Se aprobó esa ley?
Sí. Y ahora está bajo discusión judicial porque algunos canales solicitaron a la Justicia que la frenara.
Cuando comencé, quería llegar a todo el mundo en la mayor cantidad de idiomas posible. Es muy conveniente que en Latinoamérica todos los países, excepto Brasil, sean hispanohablantes. De este modo, un único idioma sirve para todos. Es por ello que fue tan fácil traer CNN en español. Fui el primero en programar televisión satelital en español. Fui el primero en lograr muchas cosas, pero esa fue muy importante porque fuimos los primeros en llegar aquí. Llegamos antes que el resto, antes que las empresas locales. Muchos años.
Si esta ley se sanciona, será un gran problema para todos estos canales porque no tiene el 30% de la producción local.
Claro. Roguemos que no suceda.
Usted explicó que durante la década de los 70, la promoción de la diversidad, el localismo y la competencia por parte de la Comisión Federal de Comunicación, que otorgó decenas de licencias VHF y UHF, de transmisión satelital y por cable, y todos los otros métodos orientados hacia la descentralización durante esa década, le permitieron competir con las grandes cadenas y construir su imperio. Esta Ley de Medios de la Argentina procura perseguir esas mismas aspiraciones. ¿Aún está de acuerdo con esas metas?
Sí. Creo que sí. Porque cuantas más voces y más opiniones haya, mejor. Creo que es mejor que haya muchas ideas y no unas pocas.
Usted dijo que en los medios nuevamente hay centralización, porque los gigantes no sólo son dueños de las cadenas y estaciones locales, también son dueños de las empresas de cable que transmiten la señal de sus competidores y los estudios que producen la mayor parte del contenido. Para ser más claro: usted señaló que en 1990, a las cuatro mayores cadenas sólo les pertenecía el 12% de las series que emitían; en 2002, ese porcentaje trepó al 77%. ¿Los gobiernos deberían descentralizar los medios? ¿Cómo? ¿A través de regulación?
Me gustaría que hubiera descentralización a un nivel razonable.
¿Y cómo podría lograrse?
Existen varias maneras para hacerlo. Pero en sí, el gobierno debería hacer que las empresas dejen de lado algunas de sus operaciones y así, se crearía mayor competencia.
¿Cuando las empresas sean muy grandes, el gobierno debería dividirlas?
Si pudieran convertirse en empresas demasiado grandes. Pero, obviamente, ello es muy difícil de medir.
Alguna vez dijo: “Es difícil sobrevivir si tus competidores son dueños de tus proveedores”. ¿Debería prohibirse que las empresas que ofrecen servicio de cable o de teléfono también sean productoras de contenido?
Creo que depende de cuánta centralización haya. También creo que mientras menos reglamentaciones hay, mejor funcionan los negocios. Por lo general, la falta de reglamentaciones es buena para los negocios. Sin embargo, si una compañía adquiere mucho control, hay que considerar la posibilidad de implementarlas.
Usted escribió: “Si las nuevas tecnologías como la televisión por cable y satelital y los servicios digitales y de Internet son controlados por una única compañía de medios, la diversidad tecnológica no es más que una mera ilusión ya que no se podrá evitar que se forme un único conjunto de voces y opiniones. Entonces, si el servicio de Internet es monopolizado por una sola compañía, ¿no hay diversidad? ¿La tecnología no puede resolver el problema?
Si se consolida demasiado, eso sucede. Y para decidir cuándo es demasiado tenemos presidentes y congresistas. Nosotros elegimos a quienes creemos que son las personas más inteligentes que tenemos para resolver este tema. Es un debate que continúa. Alrededor del mundo se debate cuál es el rol de los medios de comunicación; si se los debe controlar o no. Y es una cuestión de juicio, de opinión.
¿Y cuál es su opinión sobre esto?
Bueno, ya lo he dicho. Si es posible, una menor cantidad de reglamentación siempre es mejor, de ser posible. Más información es mejor que menos información. Y la prensa libre es importante. Yo creo en la prensa libre y no en una prensa controlada por el gobierno. Eso no sería bueno tampoco porque, si la prensa es controlada por el gobierno, como en Venezuela, eso implica más concentración. Chávez está controlando todo. No creo que eso esté bien. Y es así que su economía es un desastre. Y creo que eso es por él. El líder que tengamos tendría que poder aceptar críticas de la prensa. Uno de los trabajos más importantes de los medios de comunicación es hacerle saber a la gente si el presidente o el Congreso no están haciendo un buen trabajo. Espero que ustedes lo hagan con sus publicaciones. Si ustedes creen que el gobierno, por alguna razón, no está haciendo un buen trabajo, deberían hacérselo saber a la gente.
Una última pregunta sobre medios de comunicación. ¿Usted sigue creyendo que se puede innovar sin capital en los medios de comunicación off line de hoy?
Es una pregunta muy difícil. Tiene que tener algo de capital, y hay maneras de obtener capital. Yo tuve mucha suerte porque mi padre tenía una pequeña compañía que no era mucho, pero era algo al menos. Eso lo hizo todo mucho más fácil para mí. Igualmente, yo nunca tenía capital suficiente. Siempre estaba tratando de obtener más porque mi compañía estaba creciendo más rápidamente que el capital.
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Fotos: Santigo Cichero
Fuente: Diario Perfil