Preferiría no hacerlo, pero si el tribunal tuviera que decidir cómo confrontar las muestras genéticas de Marcela y Felipe, ordenaría que se hiciera con la base de datos amplia
Por: Mariano Confalonieri y Néstor Espósito
La identidad biológica de los hijos adoptivos de la dueña de Clarín es ya una cuestión de Estado. Está probado que los expedientes de la adopción fueron adulterados para ocultar, según dicen las partes querellantes y sostiene la fiscalía, que los jóvenes fueron apropiados por militares y entregados a Ernestina Herrera de Noble en 1976.
La discusión jurídica se encuentra estancada en un punto: si las muestras de sangre, el hisopado de saliva y los elementos incautados en dos allanamientos para obtener el ADN de Marcela y Felipe deben ser cotejados sólo con los patrones genéticos de las dos familias reclamantes o con los de todos los desaparecidos que se conservan en el Banco de Datos Genéticos del Hospital Durand (BNDG). Esa discusión la saldará, más tarde o más temprano, la Corte Suprema de Justicia.
“Esto termina en la Corte, no tenga dudas. El Gobierno podrá aprovechar políticamente lo que quiera si se confirman las sospechas y Clarín… bueno, Clarín tendrá que aguantárselas. Pero, ¿quién deja sin esa herencia a esos chicos, que ya no son tan chicos? También hay que pensar en sus derechos adquiridos”, relató el periodista Edi Zunino en su libro Patria o Medios, refiriéndose a un diálogo con un juez de la Corte, quien, según afirma, dejó “absolutamente en claro que, como mayores de edad, serán ellos quienes elijan el apellido que llevarán hasta el fin de sus días”.
De hecho, los ministros de la Corte ya tocaron el asunto. Fue cuando en 2006 el procurador general Esteban Righi aconsejó anular una medida de la Cámara Federal de San Martín relacionada con el análisis de histocompatibilidad de los dos jóvenes. La Corte falló en favor de los hijos adoptivos de Noble porque entendió que habían sido violadas garantías procesales.
Pero cuando la causa vuelva a llegar a la decisión de los ministros, aun a su pesar, la resolución podría ser ahora favorable a la demanda de las Abuelas de Plaza de Mayo y las familias reclamantes. No sólo la denominada “ala joven” del alto tribunal, liderada por Eugenio Zaffaroni, Elena Highton de Nolasco y Ricardo Lorenzetti, tendría el criterio de hacer un análisis amplio que termine con toda sospecha. El resto de los ministros también ha tenido una posición proclive a que se conozca la identidad biológica de los hijos de desaparecidos. Ocurrió con el “caso Prieto” y el de Evelyn Vázquez, donde la Corte votó casi por unanimidad garantizar el acceso a materiales genéticos que permitieran la identificación. En ninguno de los casos los hijos querían someterse a las tomas de muestras.ahora, el caso depende de una resolución de la Cámara de Casación Penal, que frenó temporalmente la pericia que develará la identidad de los dos jóvenes.
La salud del ADN
Marcela y Felipe Noble se sometieron a una extracción voluntaria de sangre en el Cuerpo Médico Forense el 29 de diciembre de 2009. Allí también le hicieron a Marcela un hisopado de saliva. Al día siguiente, el juez Bergesio allanó los domicilios de los jóvenes e incautó máquinas de afeitar, prendas íntimas, un peine y otros elementos. La sangre, apoyada en papel secante, puede echarse a perder de acuerdo con la humedad del ambiente en el que fue guardado. Los otros elementos deberían someterse a análisis a dos meses de incautados, un tiempo cumplido. ¿Habrá que repetir las tomas?
Fuente: Diario Perfil