Por: Osvaldo Nemirovsci*
Para hablar de Televisión Digital hay que empezar por el principio, y el principio fue la elección de la norma ISDB-T. El 28 de agosto de 2009 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó la adopción de esa tecnología de origen japonés, mejorada luego por Brasil. Necesariamente quedaron a un lado las otras dos opciones en juego: la ATSC, desarrollada por los Estados Unidos, y la europea DVB-T.
Las razones que llevaron a decidir la elección del estándar ISDB-T son variadas, aunque sin dudas el factor geopolítico tuvo y tiene una importancia central. En ese sentido, no es casual el escenario que se eligió para firmar la elección de la norma: el acto tuvo lugar durante el transcurso de la cumbre de la Unión Sudamericana de Naciones y lleva la firma de nuestra mandataria y del presidente Lula. Ese contexto de integración es determinante, a la vez que consecuente con un objetivo común que perseguimos varias de las naciones de Sudamérica: implementar un estándar común que nos conduzca al desarrollo tecnológico regional conjunto.
Ese camino lo estamos recorriendo junto a Brasil, Perú, Chile, Venezuela y Ecuador, en donde la aprobación de la norma ISDB-T se preveía para este sábado. Paraguay y Bolivia, en tanto, aún no han definido la tecnología con la que brindarán TV digital, mientras que Uruguay, que ya eligió la DVB-T, por estos días evalúa rever su decisión y sumarse a la tendencia regional.
La ISDB-T fue el último estándar en desarrollarse. A diferencia de lo que sucedía con la norma europea -adoptada además de por la Comunidad Europea por Australia, Taiwán, Singapur, Arabia Saudita, Colombia y Uruguay- y la norteamericana -Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur, México, Honduras y El Salvador-, la norma que hoy preferimos llamar “sur regional” estaba disponible sólo en Japón, lo que contribuyó a generar dudas acerca de la posibilidad de esa tecnología de generar economías de escala. Pero la gran acogida que tuvo en nuestro subcontinente logró disipar esos temores.
Entre las conveniencias técnicas de la ISDB-T se destaca su robustez. Su sistema de transmisión divide cada frecuencia (lo que usualmente conocemos como “canal”) en 13 segmentos, característica que hace posible eliminar los factores de degradación de las bandas VHF/UHF (en las que funcionará la TV digital). Así, se eliminan el ruido térmico, la interferencia multi-path (estática y dinámica), el ruido urbano y el desvanecimiento en la recepción móvil y portátil. Todo ello hace que se requiera de menor potencia para la transmisión de las señales que con los otros dos sistemas, que se puedan usar antenas de recepción internas y que se utilice un mismo canal para los servicios de recepción fija y móvil. Además, la flexibilidad de la norma en la configuración de servicios facilita el desarrollo de tecnologías propias, lo que contribuye a impulsar la industria nacional.
Si bien las tres normas tienen prestaciones similares, hay diferencias en la idea con las que fueron concebidas. Así, la ATSC tiene el foco puesto en la alta definición de la imagen y el sonido; la DVB-T en la multiprogramación y la ISDB-T en la aplicabilidad social y las transmisiones móviles. En este último aspecto, el sistema “One-Seg” reserva uno de los 13 segmentos, el del centro, para el servicio de TV móvil. De esta manera, para ver TV en nuestros celulares no vamos a tener que disponer de más canales ni instalar más transmisores, lo que le va a permitir tanto al Estado como a las compañías privadas ahorrar frecuencias y costos de infraestructura. Además, el receptor One-Seg opera con una recepción de banda muy estrecha, lo que nos permitirá ahorrar en el consumo de energía y obtener un largo tiempo de recepción sin cambiar las baterías. A diferencia de lo que sucede con los teléfonos, el One-Seg no transita por la red de telecomunicaciones, por lo que llega gratis al usuario.
El salto tecnológico que estamos dando es notable. Y también lo es el avance comunicativo, cultural y social que el cambio supone, ya que por primera vez se abre frente a nosotros la posibilidad de generar nuestras propias herramientas de interacción, acordes a nuestras necesidades, y constituirnos en nuestras prácticas y en su intercambio. Es auspicioso, sobre todo, hacerlo como parte de una región que finalmente transita unida en la misma dirección.
*Coordinador del Consejo Asesor del Sistema Argentino de Televisión Digital (SATVD)
Fuente: Comunidad SATVDT