Afirman que están en litigio con la AFIP por ese reclamo. Pero dicen que adhirieron a la prórroga para evitar que siga engrosándose el pasivo.
Clarín fue el primero de los grandes medios de comunicación del país en sumarse a la moratoria impositiva y previsional para deudores de la AFIP, que terminó la semana pasada. Para hacerlo admitió una deuda con el fisco cercana a los $ 130 millones, según revelaron a este diario fuentes oficiales. En el ente recaudador estiman que si se suman los punitorios y las multas que perdonó la moratoria, el pasivo total araña los 250 millones de pesos. Una cuarta parte de lo que reclama el Estado a todos los medios en su conjunto.
Aunque se presentó en la moratoria, el grupo que encabeza Ernestina Herrera de Noble sostiene que esa deuda no existe.
Así lo argumentó incluso ante la Justicia, donde varias de las cámaras que reúnen a dueños de medios iniciaron una demanda para reclamar que se computen a cuenta de IVA los aportes patronales que pagan por sus empleados.
El conflicto cobró actualidad por la guerra sin cuartel desatada entre el Gobierno y el holding mediático. Pero su origen se remonta a 2001. La Alianza decidió en aquel momento empezar a cobrar el IVA sobre la venta de diarios, exenta hasta entonces para fomentar el hábito en la población. Para compensar a las empresas en medio de la crisis, Domingo Cavallo les concedió un “plan de competitividad” que les permitía descargar de ese impuesto los aportes por sus trabajadores.
La prerrogativa legal terminó en 2002 y Eduardo Duhalde la extendió por decreto por seis meses.
El texto hablaba de una prórroga “transitoria” hasta que se resolviera la cuestión de fondo. Es decir, si se mantenía firme el cobro del IVA o no.
Por eso las grandes empresas periodísticas consiguieron que la Justicia dicte varias medidas cautelares a su favor, considerando al Estado culpable de demorar esa solución, permitiéndoles seguir computando los pagos a cuenta.
El vacío legal nunca se cubrió. Y ahora Clarín asegura que optó por la moratoria general para deudores impositivos como una “decisión jurídica”, para que no siga corriendo el taxímetro de la deuda, pero mantiene su pleito judicial y reclamará el reembolso de las cuotas que pague si la Justicia termina fallando a su favor.
El Ejecutivo considera que así está admitiendo la legalidad del millonario reclamo fiscal.
A lo que no adhirió el grupo fue al canje de esas deudas por espacios para publicidad oficial que propuso el Gobierno hace dos semanas. “Eso es inadmisible. Lo que quieren es garantizarse un caudal publicitario impresionante que se sumaría a su abultada pauta oficial, que superó los 650 millones sólo en la primera mitad de este año”, dicen en el holding, ante una consulta de este diario.
Con la oferta del canje de deuda por publicidad, el Gobierno igual logró meter una cuña entre los grandes grupos mediáticos. El canal de televisión América, del grupo Uno Medios, que administra el empresario Daniel Vila, fue uno de los que sí lo aceptó. Ofrecerá un jugoso paquete de segundos de aire a cambio de los 48 millones de pesos que le reclama la AFIP.
Vila igual milita junto a Clarín entre los principales enemigos de la nueva ley de radiodifusión. Ya mandó a hacer –tal como publicó este diario– un millón de pulseras de goma con la leyenda “Hasta K”.
El control de los medios
El sueño K que Perón convirtió en realidad
“Me echaron con todos los medios a mi favor y gané las elecciones cuando los tenía en contra”, dijo el líder justicialista en 1974. La frase volvió a retumbar durante la última semana en los pasillos del Congreso nacional.
Por: Esteban Talpone
Letra propia. Perón usaba la cadena nacional con frecuencia para difundir sus ideas y sus actos de gobierno.
Es una de las frases de Juan Domingo Perón más remanidas y se la volvió a escuchar el último jueves, levemente distorsionada, en el plenario de comisiones que se reunió para analizar el proyecto de nueva ley de servicios audiovisuales. “Gané con todos los medios en contra y perdí con todos los medios a favor”. Fue la diputada Patricia Bullrich quien la pronunció esta vez, sobre el final de su discurso en contra del proyecto kirchnerista. El titular del Comfer, Gabriel Mariotto, pidió la palabra para refutarla. “Perón no perdió las elecciones con los medios a favor... fue derrocado”. El contrapunto entre la legisladora de la Coalición Cívica y el funcionario K reflota una controversia central en la historia del peronismo. La relación de Perón con la prensa.
Perón se refería, específicamente, al golpe de Estado de 1955, cuando él había logrado controlar diarios y radios a través de un sofisticado entramado estatal. Y, por otro lado, a 1973, cuando la fórmula Perón-Perón superó el 60 por ciento de los votos y los principales medios eran administrados por el sector privado. ¿Pero cuando pronunció Perón aquellas palabras? Es el periodista Carlos Ulanovsky, autor de los libros Días de radio y Paren las rotativas, entre otros, quien aclara la cuestión. “Perón la dijo en 1974, durante una reunión con un grupo de artistas, cuando ya se empezaba a hablar de la inminente estatización de los medios, que se concretó luego de su muerte”.
¿Y era verdad lo que decía?
Sí, responde Ulanovsky sin dudar. Cuando Perón cae, la gran mayoría de los diarios pertenecían a una cadena, y todas las radios, menos una de San Juan, estaban en manos de la Cadena Oficial de Radiodifusión.
Luis Brandoni prepara un libro de memorias en el cual hará referencia a aquel encuentro. Es que, como representante de la Asociación de Actores, asistió a la reunión en la cual Perón, ya nuevamente como presidente de la Nación, se refirió al tema. “Efectivamente, fue en 1974. Perón decidió reunir a un grupo de trabajadores televisivos en la Casa Rosada, ya que estaba en busca de respaldo para la reestatización de los canales que por entonces se encontraban en manos de privados: el 9, el 11 y el 13. Nosotros fuimos invitados a último momento y el encuentro se extendió hasta alrededor de las ocho de la noche”.
¿En qué circunstancias habló de la cuestión?
Debido a que había cierta resistencia a la estatización de los canales, él intentó justificar la decisión que estaba por tomar y entonces dijo: “No vayan a pensar que esto lo hago porque quiero la televisión, porque a mí me hicieron el golpe de Estado cuando tuve todos los medios a favor y gané las elecciones cuando los tenía a todos en contra”.
Brandoni rememora que su posición, como líder del sindicato de actores, fue abiertamente a favor de una televisión estatal. “Yo dije que en la Asociación de Actores dos de las tres listas apoyaban la estatización de los canales. Eso significó para mí una serie de secuelas. Cuando me amenazó la Triple A y me tuve que exiliar en México ya habían decidido que no podía entrar a trabajar a ningún canal privado de Latinoamérica. Me hicieron responsable a mí de la estatización de canales en vez de ajudicársela a Perón o a López Rega”.
Al cónclave en la Rosada con Perón asistieron, además de Bradoni, Antonio Carrizo, Juan Carlos Mareco y varios gremialistas que representaban a los sindicatos que agrupaban a los trabajadores televisivos. Todos escucharon con atención las apreciaciones del histórico líder justicialista sobre el marco en el cual debían desarrollarse los medios de comunicación hacia finales del siglo XX. La charla, más tarde, se emitió por cadena nacional.
Aquella frase, en realidad, fue el epílogo de una más que conflictiva relación de Perón con los medios de comunicación. A lo largo de su intensa carrera política, se ensañó con los medios que lo criticaban y trató de controlarlos a través de diferentes artimañas.
Cuando se produce el golpe de Estado de 1955, para derrocar a Perón, los medios electrónicos eran todavía incipientes y constituía poco menos que un delirio imaginar el nivel de complejidad que tienen en la actualidad. Los más prestigios eran todavía los diarios. La relación de Perón con el periodismo se expresó fundamentalmente a través de la prensa gráfica, debido a que la radio era aún un medio de entretenimiento ligado a los exitosísimos radioteatros.
“De alguna manera, Perón intentó contar con medios adictos. Pero lo hizo con el objetivo de neutralizar los ataques de La Prensa y La Nación, que habían apoyado a la Unión Democrática y estaban en una posición abiertamente antiperonista. Su primer objetivo fue defenderse a sí mismo. Pero luego descubre que no le alcanza sólo con defenderse y en 1951 clausura La Prensa y se la entrega a la CGT”, detalla el historiador Eduardo Lázzari, al intentar explicar cómo se gestó la concepción de Perón sobre el rol que debían tener los medios en la sociedad moderna. En el mismo sentido, puntualiza que avanzó en el control de los medios gráficos a través del monopolio estatal del suministro de papel, por intermedio del Instituto Argentino de Promoción del Intercambio (IAPI), creado en 1946 y definido por los sectores más liberales como un ejemplo de la intervención en la actividad privada. “Perón –detalla Lázzari– restringió la entrega de papel y convirtió en pasquines a los diarios opositores. Entonces se produjo un auge de revistas adictas, como PBT, que eran más complacientes que los diarios con el gobierno. Y también crecen las revistas farandulescas, como Radiolandia. Todo eso empieza a ceder recién después del bombardeo a la Plaza de Mayo, cuando Perón se ve acorralado y empieza a permitir que aparezcan algunas voces opositoras en la radio. Es entonces cuando se produce un discurso muy duro y recordado de Arturo Frondizi”.
La historiadora Marcela Gené indica que Perón logró establecer un verdadero monopolio estatal en la era pretelevisiva. “Tenía el control de la prensa escrita y de la radio y expropió medios como La Prensa, que llegó a tener sólo dos páginas porque no le daban papel, y finalmente terminó siendo el órgano de la CGT. Todo aquello se fue radicalizando desde el 46 y hacia el 55 era muy fuerte. Además, Perón usaba permanentemente la cadena nacional para difundir sus ideas”.
¿Se puede hacer una comparación con las intenciones del actual gobierno?
Es imposible porque la complejidad de los medios en el presente es incomparable con lo que pasaba entonces –considera Gené.
“Perón era muy claro en relación con este tema. Él planteaba que la televisión debía ser un servicio público y que los canales no se debían licitar alegremente. Además, remarcaba que el Estado debía conservar la potestad del espacio radioeléctrico. En ese sentido tenía un criterio muy europeo, ya que venía del exilio en España donde la tevé era primordialmente estatal y se privatizó mucho después”, explica Osvaldo Papaleo, ex secretario de Prensa de Isabel Perón.
Perón moriría apenas unos meses después de haber acuñado aquellas palabras a las cuales los políticos siguen recurriendo para fundamentar sus puntos de vista en uno y otro sentido. Sin embargo, lo que no pudo clausurar jamás, como tantas otras disputas, es la tensión permanente entre medios y poder. Algo que, a la luz de los hechos, seguirá dando a sus sucesores la oportunidad de citarlo infinitamente.
Fuente: Crítica de la Argentina