Por: Rolando Nuñez*
Mientras el gobierno provincial hecha mano
El tráfico aparentemente legal de permisos para aprovechamiento forestales, desmontes, silvopastoriles, deslindes y aperturas de caminos, conjuntamente con el tráfico de guías, es un festival creciente en todo el territorio chaqueño en donde aún queda bosque nativo. El Chaco es un territorio sin controles, que actúa y representa debates que no conducen a nada y que solamente sirven para aparentar la búsqueda de soluciones, tal cual ocurre con el proyecto de ley de ordenamiento territorial de bosques, que será una herramienta que garantizará la continuidad de los desmontes y de los aprovechamientos forestales, bajo un manto de aparente legalidad. La futura ley es una nueva trampa contra el ambiente chaqueño.
Una importante comercializadora de agroquímicos y titular de un gran emprendimiento agropecuario instalado en la zona de Concepción del Bermejo y Los Frentones obtuvo permisos para desmontar, un silvopastoril y una regulación de frontera que totalizó 1.500 hectáreas, con algunas tropelías cometidas en los trámites administrativos. Además de ello, fue por más y terminó por desmontar 6.000 hectáreas, ante la inercia y complicidad de los funcionarios que debían controlar las actividades de esta empresa, que se desenvolvió con soberana impunidad. En la parcela 230 y 409 de la circunscripción VI del Departamento Almirante Brown se desmontaron miles de hectáreas ante un sistema burocrático permisivo y perverso, que alienta la destrucción del bosque nativo y público valores millonarios en concepto de multas por infracciones que luego no se cobrarán. Así las cosas en este Chaco seco y sin agua, que por gestión no produce soluciones estructurales.
Aguas contaminadas
A propósito de la tremenda y larga sequía que azota todas las regiones del Chaco seco, en el mes de junio la Administración Provincial del Agua (APA) firmó un convenio con la Sociedad Operadora de Emergencia S.A. (SOE) con el objeto de trasportar agua en vagones cisternas de la empresa Belgrano Cargas.
Las cisternas llegaron a la estación de trenes de Sáenz Peña. Allí trabajó un equipo que se dedicó a la limpieza interna de los tanques, con equipamiento e insumos totalmente inadecuados, sobresaliendo un lampazo, a pesar de que dichos tanques trasportaran gas oil. Por ello, en la cláusula tercera del convenio se hizo constar que APA conocía que los tanques no eran utilizados habitualmente por SOE para el trasporte de agua, ni siquiera para el trasporte de agua no apta para el consumo humano, por lo que el Estado chaqueño asumía todas las responsabilidades que deriven de los daños que se originen en la conservación y limpieza de los tanques o en la provisión, calidad y estado del agua.
A pesar de todo lo que APA manifestaba conocer respecto a los tanques proporcionados por SOE, sin el acondicionamiento ni la limpieza especial que demandaban por el uso de la cisternas para el trasporte de gas oil, enviaron aguas que no solamente se destinaron para el consumo de ganado, sino que los sedientos pobladores de la región bebieron porque ignoraban que estaban consumiendo agua que no solo no resultaba apta para el consumo humano, sino que se trataba y se trata de aguas contaminadas con sustancias componentes de gas oil.
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En Los Frentones, el exterminio de la gente está en marcha. Los sedientos toman agua que se transporta con los vagones cisternas que opera SOE y que por convenio aceptó APA. Este es uno de los últimos despropósitos cometidos por la actual gestión. No podemos suponer que las autoridades de APA imaginarían que los sedientos no beberían las aguas trasportadas. Mientras tanto, se continúan anunciando obras públicas de todos los calibres. ¿No seria más acertado y más propicio conseguir vagones cisternas apropiados para el transporte de agua para consumo humano?
*Rolando Núñez es Coordinador del Centro Mandela