Hasta su muerte, el entrañable cómico publicó una columna dominical en el diario porteño Clarín titulada Desde el Diván donde relató y analizó la realidad a partir de su experiencia personal durante las sesiones de psicoanálisis.
En televisión, fue autor, conductor y productor de numerosos ciclos humorísticos y periodísticos, como por ejemplo La noticia rebelde, Peor es nada,"Guinzburg & Kids", La Biblia y el calefón y su último programa, Mañanas informales, en la pantalla de Canal 13.
Además, fue guionista, junto a Héctor García Blanco, de la tira cómica Diógenes y el Linyera en el mismo diario.
En radio, creó más de veinte programas entre los que se encuentran En ayunas, en conjunto con Carlos Abrevaya, El ventilador y Vitamina G. En teatro, creó, dirigió y protagonizó diversas obras.
Guinzburg estaba preparando el regreso de Mañanas informales, el programa con el que consiguió un hito en la televisión argentina: despabilar a la televisión en el horario matutino.
Trabajador incansable, no era amigo de tomarse descansos. "Alguna vez me tomaré uno. Supongo que en una futura entrega de los Martín Fierro van a mostrar mi foto y van a aplaudir", bromeaba el año pasado.
“Alguna vez Gustavo Yankelevich me dijo: ‘Tenés programa para cincuenta años’. Cambiás los temas, cambiás los invitados y siempre te dan ganas de verlo. La charla es algo que me gratifica. Lo que se genera entre los invitados es una cosa divertida. Y no es que yo soy el gracioso frente a los cuatro invitados sino que es un hecho periodístico y humorístico que se produce entre cinco personas. Y eso me encanta.”, comentaba el año pasado, en una entrevista publicada por el Diario Perfil.
Pero no sólo el éxito y el humor lo acompañaron durante toda su vida: la enfermedad también siguió sus pasos.
"Soy asmático desde los tres años. Y cada tanto, sufro estas recaídas. Eso me pasó cuando trabajaba en La noticia rebelde, cuando tenía veinte años. Me internaron el 9 de octubre de 1987. Era el cumpleaños de mi hija mayor. Lo festejé con una internación. El tema es que desde pibe sufrí esto. Mi famosa espada de Damocles tiene que ver con los agravamientos de mis problemas asmáticos", relató.
En el humor encontró, desde chico, una vía de escape. "Siempre, desde chico, fui medio el gracioso. En la escuela primaria, tenía un humor más pueril, más relacionado con un juego con palabras. La marca Cinzano me recordaba a un enfermo, por ejemplo (risas). Después, en el secundario, lo histriónico se despertó".
Fuente: TelAm, Perfíl