Como a tantos otros vecinos de la ciudad de Santa Fe al periodista le sucedió lo probable: fue asaltado y herido. Sin embargo, hay sorpresas que no deberían ser tales. Y mentiras y procederes que se naturalizan a extremos exasperantes. En primera persona.
Los hechos
Aldo Quiroz, a plena luz del día, iba con su moto a buscar a un compañero para luego comenzar su programa en FM Chalet. Allí fue abordado por tres chicos que le quitaron la moto, elementos de trabajo y lo apuñalaron.
A la moto se la llevaron caminando. Él debió esperar 25 minutos para ser asistido.
Desarmado, el vehículo fue recuperado y dos de los delincuentes detenidos. El herido, se recupera.
En primera persona
Poco de lo que sucedió con Aldo hoy debería sorprenderme. Y sin embargo, además de sorprenderme me indigna.
Si de algo sirvió (¿sirve?) es para visibilizar lo que cada día ocurre fuera de bulevares, y que gente como Aldo relata a diario por los micrófonos de la Chalet.
Y sin embargo, lo que más me exaspera es que lo que Aldo cuenta sucede todos los días desde hace ya tanto tiempo que es prácticamente natural que no cause sorpresa.
Es natural, ya, que en algunos barrios una persona herida con una decena de puñaladas llame a la policía y que la policía demore 25 minutos en llegar. Y que cuando el apuñalado ve pasar de largo a un patrullero, vuelva a llamar y le digan, molestos, “ya vamos, ya vamos”.
Es natural, ya, que los delincuentes dejen el arma al lado del herido, y que el herido le diga a la policía: “Ahí está el arma, ahí están las huellas”. Y es natural, ya, que la policía la guarde en una bolsita, sólo ante la insistencia del herido por esa arma. Es que Aldo es una persona tan molesta… Y una se siente tan, pero tan estúpida por sorprenderse…
Chalet
Fue Aldo el que me llevó hace un par de años a dictar un taller para pibes que quisieran ser reporteros barriales.
Lo que me sorprendió aquel verano (parece que soy una mujer que se sorprende demasiado) fue darme cuenta de que uno de los grandes problemas que tienen los chicos de, en este caso, los barrios Chalet y San Lorenzo era su propia naturalización de la miseria y la violencia.
Para decirlo claro: fue sumamente dificultoso que pudieran “reportar” como un problema digno de ser convertido en un hecho noticioso un basural que los estaba contaminando. Era natural que ese basural estuviera allí, ¿cuál sería el problema? ¿cuál la noticia?
Exactamente lo mismo sucedía entonces con la violencia que a diario los tenía como protagonistas.Probablemente esto sea tan peligroso como que los grandes medios de comunicación hagan visible estas situaciones sólo cuando un periodista es la víctima. Porque al mismo tiempo que Aldo ingresaba al Hospital Cullen, otra persona llegaba con una herida de arma blanca, después de que también le robaran la moto.(El trabajador no “fue trasladado de inmediato”, como dice el parte policial. Y tengo permitido dudar de que el “rápido accionar” hubiera sido tan veloz si Aldo no hubiera dado cuenta a los medios masivos de lo que había sucedido)
Lee +, Solidaridad con Aldo Quiróz