Francisco Netri, uno de los impulsores de la huelga agraria de 1912 conocida como "El grito de Alcorta" y que dio nacimiento a la Federación Agraria Argentina, fue asesinado el 5 de octubre de 1916. Los instigadores de ese infame crimen fueron los terratenientes que nunca le perdonaron haber apoyado a los agricultores en lucha, contribuir a su organización en lucha contra el latifundio. Transcurrido el tiempo, muchos de los aguerridos agricultores una vez devenidos propietarios de sus tierras se tornaron conservadores y comenzaron a ver a los peones rurales como sus potenciales desafiantes. Las últimas décadas, exhiben cierta ambigüedad en la conducta de algunos dirigentes agraristas respecto de la Sociedad Rural Argentina, esto significa que muchas veces los reclamos de los pequeños y medianos productores queden confundidos con los de los terratenientes y estancieros. En términos políticos y sociales esto implica que potencialmente puedan ser instrumento de proyectos políticos golpistas. Al respecto, sería bueno recordar el entusiasmo de los estancieros como Falabella aquel 24 de marzo de 1976 cuando con un gran asado criollo festejaba el advenimiento de la junta militar, es decir la entronización del terrorismo de estado y también las persecuciones a cooperativistas agrarios que en muchos casos acabaron con sus vidas desde mediados de los 70. Todo proceso social presenta una multiplicidad de aristas, es complejo y por tanto multívoco. En estas horas sería fundamental no olvidar a figuras como las de Francisco Netri o la del anarquista Florindo Menna, baleado en la plaza de Firmat, ellos sabían muy bien que no se debe pactar con quienes del egoísmo y la mezquindad hacen un imperativo categórico.
Carlos A. Solero