Por: Sergio B. Szpolski*
En un día como ayer, hace 204 años, una revolución popular entendió la necesidad de contar con un medio para transmitir sus ideas. desde ese día, esa revolución tuvo marchas y retrocesos.
Muchos morenos fueron asesinados y desaparecidos para que las ideas de igualdad, justicia social y libertad que defendían se ahogaran en el mar de la intolerancia y la prepotencia.
También es cierto que muchos morenos triunfaron y le mostraron a este noble pueblo el camino hacia la conquista y ampliación de sus derechos.
Sin medios y sin periodistas, las revoluciones carecen de los espacios imprescindibles para contar las verdaderas contradicciones que conforman el tejido social y desenmascarar las historias oficiales que realifican las cosas, dando por cierto y seguro lo que es pasible de desvanecerse en el aire.
El periodismo como escribanía de una historia en la que los poderosos lo son porque un orden natural e incuestionable así lo impone daña la ética de esta profesión.
La Gazeta contó la historia desde el lugar de los que no tenían voz. Le dio sentido a un proceso histórico. empoderó a los revolucionarios con el más preciado de los bienes: las ideas.
La espada, la voz y la palabra caminaron juntos en el decir del legado sarmientino. La espada está hoy desterrada para siempre del modo en que los argentinos procesamos nuestras diferencias en democracia.
La voz y la palabra aún deben dar pelea para no transformarse en ruido. decir no es lo mismo que gritar y conversar no es igual a demoler por linchamiento mediático.
Los argumentos ad hominem que atacan a las personas y no a sus ideas intentan ocultar un discurso que pretende perpetuar en las mismas manos la riqueza y los beneficios del crecimiento colectivo.
Por eso mi más profundo reconocimiento a todos los periodistas que con su esfuerzo hacen posible la continuidad de nuestros medios y nos permiten seguir trabajando por la ideas que la revolución de moreno, Castelli y Belgrano impulsó en los albores de la patria.
Feliz día del periodista.
*Coeditor responsable del Diario Tiempo Argentino
Esta columna debió ser publicada ayer, pero por motivos religiosos se publica hoy en el diario Tiempo Argentino.