La FIFA prohíbe a los jugadores los usos comerciales en la redes sociales durante el Mundial, mientras el Barcelona elabora el primer manual de uso en el fútbol internacional
Por: Orfeo Suarez
La Red va a dejar ser ese magma sin ley también para el fútbol, que pone cotas a la actuación de sus actores, después de iniciativas institucionales como las del Gobierno español. La FIFA ha decidido hacerlo, primero, por dinero. Con el objetivo de proteger a sus patrocinadores, prohíbe a los jugadores que tomen parte en el Mundial hacer uso comercial de sus cuentas, lo que el organismo llama marketing de emboscada. A su vez, uno de los clubes con mayor presencia de internacionales en el torneo, el Barcelona, prepara un manual de utilización, en el que no incide, de momento, en el uso comercial, pero sí en la protección de la intimidad, el trabajo y los espacios comunes. Dos iniciativas que regularán la actividad del actor más activo del fútbol en la Red: Neymar.
La actuación azulgrana es pionera en el fútbol mundial. El club maneja un borrador y ya ha transmitido su intención al nuevo entrenador, Luis Enrique, que ha dado su beneplácito. La intención de la entidad barcelonista, según fuentes del propio club, no es la de censurar a sus jugadores y sus técnicos, sino la de establecer unas cotas a los contenidos para evitar que se lesionen su imagen o intereses, a la vez que proteger el trabajo interno.
En el borrador, es el propio club el que anima a sus jugadores a interactuar con los aficionados en las redes sociales, pero siempre dentro de unos límites. Nunca podrán informar sobre cuestiones relativas a la preparación y planificación del equipo, ni tampoco colgar imágenes tomadas dentro de las instalaciones, especialmente en el vestuario. Estas últimas han sido habituales por parte de los futbolistas más activos en Twitter o Instagram, como Neymar y Andrés Iniesta.
La iniciativa de Víctor Valdés, que colgó un vídeo con una declaración suya sobre un partido, algo que no estará prohibido, reforzó la idea que ya había barajado el Barcelona de regular esta creciente actividad. A su vez, la repercusión global que tuvo en las redes la acción de Dani Alves, al comerse un plátano que le habían lanzado en El Madrigal, provocó que el club hiciera especial incidencia dentro del borrador en evitar cualquier expresión, incluso irónica, relacionada con el racismo, el machismo o la homofobia.
A la espera de perfilar definitivamente el manual, el Barcelona ha consultado qué tipo de iniciativas similares se han dado en el deporte profesional a nivel internacional. Los ejemplos los ha encontrado en la NBA, donde varias franquicias regulan hasta los minutos en los que sus jugadores pueden actuar antes y después de los partidos. El fútbol profesional, en cambio, no ha regulado todavía este uso. La entidad azulgrana tiene previsto poner su manual a disposición de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), la UEFA y la FIFA, a la espera de conocer su parecer.
Con motivo del Mundial, la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) no ha dado ninguna instrucción específica a los internacionales concentrados con Vicente del Bosque, pero sí les ha comunicado que deben manejar su actividad en las redes sociales con cautela. En la concentración previa a la última Eurocopa, la propuesta de que se produjera un apagón durante el stage y el torneo generó tanta controversia que, definitivamente, se permitió su uso a los futbolistas.
Iniciativas como las del Barcelona han de ser, en general, muy cuidadosas, por el hecho de que los jugadores no interpreten que se vulnera su derecho a la libertad de expresión. No es la primera vez que sucede con un código de conducta. El ex jugador Manolo Hierro llegó hasta el Tribunal Constitucional por la sanción que le impuso el Tenerife, después de que el jugador criticara las decisiones de la directiva, algo que contravenía, en teoría, el código del club. Tras agotar la vía ordinaria, el TC le concedió el amparo, en una sentencia de 1995 que sentó jurisprudencia.
Durante los Juegos Olímpicos de Pekín, muchos deportistas se rebelaron contra la prohibición de emitir opiniones de contenido político, recogida en la Carta Olímpica. Finalmente, el pacto al que llegaron con el Comité Olímpico Internacional fue que lo hicieran fuera de las instalaciones. En cambio, ni la FIFA, ni la Confederación Brasileña impidieron a los internacionales de Luiz Felipe Scolari que se pronunciaran acerca de las manifestaciones durante la pasada Copa Confederaciones. Neymar lo hizo a través de su cuenta en Twitter para decir: «Quiero un Brasil más justo». El Mundial, en mitad de una creciente protesta social, volverá a situarlos en la misma tesitura.
El primer borrador del club azulgrana, sin embargo, ha sido cuidadoso para que sus instrucciones no lesionen derechos individuales, sino que protejan los comunes, según las mismas fuentes. No interviene, asimismo, en la actividad relacionada con campañas comerciales para las que ya son fichados numerosos deportistas, con una tarifa por cada tuit. Iniesta es uno de los más solicitados.
La FIFA, en cambio, sí observó en los tuits comerciales de Neymar antes del cruce de Champions con el Atlético un precedente a considerar. Más allá del fútbol, también Pau Gasol ha participado en campañas. Las tarifas por un tuit pueden oscilar entre 1.000 y 3.000 euros. Esta actividad abre, asimismo, la regulación de los derechos de imagen en las redes sociales, un mundo por descubrir y por regular.
Fuente: Diario El Mundo