El oficialismo logró la aprobación de la nueva Ley de Radiodifusión que la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, envió al Congreso el 27 de agosto, considerando que su proyecto iba a "poner a prueba a la democracia argentina”.
Con 44 votos a favor y 24 en contra, la iniciativa K salió victoriosa en la votación en general que se desarrolló en el Senado de la Nación, con la presencia del vicepresidente Julio Cobos, que finalmente no votó.
El mendocino presidió la sesión maratónica de debate sobre la ley de Radiodifusión, aunque sin el protagonismo que había adquirido en la histórica madrugada en que se trató la también polémica resolución 125, en medio del conflicto del campo.
Fiel a su estilo sin estridencias, el mendocino encabezó la sesión especial que él mismo autorizó la semana pasada, aunque durante la extensa jornada se turnó en la coordinación del debate con el presidente provisional del Senado, José Pampuro.
Si bien el escenario recordó a la histórica sesión de hace poco más de un año por las retenciones móviles, en esta ocasión el oficialismo se preparó con más cuidado para asegurarse un resultado positivo y salió a conquistar otras voluntades, logrando dos conquistas sorpresivas: las de la radical correntina Dora Sánchez y la del bussista tucumano Carlos Salazar.
Además, para no dejar nada librado a la suerte, se supo que la bancada del Frente para la Victoria convenció a la misionera Elida Vigo, que está con licencia por enfermedad, para que se presentara en el recinto y votara junto con su bloque.
Muchas especulaciones rodearon el tratamiento de la ley desde que ingresó al Congreso en agosto y consiguió media sanción en Diputados el 17 de septiembre, gracias a los votos del Frente para la Victoria y partidos de centroizquierda.
Los debates giraron en torno al requerimiento de audiencias públicas, los vericuetos en torno al quórum de las sesiones y las declaraciones cruzadas entre empresarios de medios y funcionarios colmaron la escena pública.
El resultado de la votación desató la algarabía de los senadores del Frente para la Victoria y de las agrupaciones kirchneristas que aguardaban el desenlace en las inmediaciones del Palacio Legislativo.
Los festejos, que también se reprodujeron en la Quinta de Olivos, incluyeron el canto del himno nacional, aplausos y mucho bombo, ante la inminente sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que reemplazará al decreto-ley emitido por la última dictadura el 15 de septiembre de 1980.
Al cerrar la jornada, el jefe del bloque del FpV, Miguel Ángel Pichetto, destacó la naturaleza de la iniciativa, y dijo que es "moderada, democrática, y permite que las empresas puedan tener una posición adecuada, pero no dominante".
"Ninguna norma se escribe en la piedra, pero es un avance", subrayó Pichetto.
En medio de la disputa del Gobierno nacional con el grupo Clarín, el rionegrino aseguró que "TN se podrá reproducir en el interior", y subrayó que "el argumento de que se van a perder fuentes de empleo es totalmente falso".
Pichetto cuestionó el rabino Sergio Bergman y a Alfredo De Angeli por encabezar este miércoles una convocatoria en contra de la Ley de Medios, y consideró que "hicieron una marcha patética, un rabino fundamentalista y un cortador de rutas profesional".
A la vez, defendió a los senadores Carlos Salazar y Dora Sánchez, que cambiaron sus posturas y apoyaron la norma oficial a último momento, y aseguró: "Los que se van del Gobierno son ídolos populares y pasan a tener la estima de la sociedad. Ahora, aquellos que deciden apoyar una medida del gobierno son tránsfugas, delincuentes, son Borocotó".
Durante el debate, varios senadores y otros referentes antikirchneristas aseguraron que la controvertida ley llegará a los estrados y que será la Corte Suprema de Justicia la que finalmente defina su suerte.
"No nos vamos a rasgar las vestiduras en decir que con esta ley no se sale de una de la dictadura, pero vamos a tratar de convencer al oficialismo para hacer cambios", subrayó el senador radical Gerardo Morales.
El socialista Rubén Giustiniani, en tanto, señaló que también haría fuerza para que se modificara el artículo 161 referido a la desinversión, pese a que acompañó la ley oficial en general.
El jefe del bloque de la UCR, Ernesto Sanz, en tanto, consideró que el Gobierno nacional "se encierra en una tiranía de las mayorías parlamentarias".
"Muchos van a festejar como si fuera un gran triunfo, pero no tienen real dimensión de lo que dejan en esta batalla, porque son cosas que exceden este debate en el Congreso", sostuvo el mendocino, y agregó: "Yo no creo sinceramente que se la ley de la democracia que podríamos haber tenido".
El debate comenzó pasadas las 10:30, media hora después de lo previsto, con la exposición del senador oficialista Nicolás Fernández, que aseguró que se trata de la ley con "más consenso en la vida institucional de este país".
Fernández ofició de miembro informante de la mayoría, luego de que el jefe del plenario de comisiones, Guillermo Jenefes, le cediera esa tarea, tras manifestarse en contra de varios artículos.
A su turno, Jenefes justificó haber firmado el dictamen de mayoría en disidencia, y negó que esta acción haya sido "la llave" que permitió al oficialismo llevar el proyecto al recinto.
"Mi responsabilidad de firmar un dictamen en disidencia era mi obligación como senador de la Nación y como hombre de la democracia, era mi obligación no tener como rehén al bloque al que pertenezco", puntualizó el jujeño.
Además, negó "terminantemente" haber sido objeto de presiones por parte del Gobierno nacional, tanto a nivel personal como a través del gobierno provincial, por un supuesto apriete tomando en cuenta las necesidades financieras de Jujuy.
En cambio, dijo haber sufrido presiones "de los medios", los que "pretendieron que traicionara sus convicciones políticas".
Por su parte, Carlos Reutemann sostuvo que la intención declarada de combatir los monopolios no ha sido llevada a cabo por el Gobierno, ya que no aplicó la ley de Defensa de la Competencia, una herramienta que tenía a su disposición.
"Estamos saldando una vieja deuda con la democracia", exclamó a su turno la jujeña kirchnerista Liliana Fellner.
De concretarse la aprobación definitiva, la Casa Rosada cumplirá con su plan de tratamiento acelerado -luego de haber enviado la iniciativa al Congreso en agosto pasado-, pese a que la
oposición ya confirmó que revisará la ley luego del 10 de diciembre, una vez que cambien las composiciones de ambas Cámaras.