El duro discurso dado ayer por el empresario de medios Daniel Vila, en el que calificó al proyecto de ley de radiodifusión como la "violación jurídica e institucional más grande que haya sufrido el país desde el golpe de Estado de 1976", despertó el rechazo inmediato de la Casa Rosada.
El encargado de emitir la voz oficial fue el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien aseguró que sintió "vergüenza ajena" por el discurso del empresario.
"En definitiva lo que se pondrá en riesgo es la democracia que con tanto sacrificio los argentinos hemos logrado preservar por más de 25 años de manera ininterrumpida. Es la violación jurídica e institucional más grande que haya sufrido el país desde el 24 de marzo de 1976, día del último golpe de Estado", dijo Vila ante un público compuesto por empresarios y dirigentes políticos.
Asimismo, consideró que "la materia prima de este Gobierno es la mentira" y aprovechó para mencionar algunos casos resonantes de corrupción como el de Skanska y el de la famosa valija de Antonini Wilson. Vila cargó también contra la publicación de los índices de medición que el Indec ha difundido sobre la pobreza y la inflación: "¿Cómo pretenden manejar la información si no pueden manejar los números?", se preguntó.
Además, el empresario aseguró que la propuesta que Cristina Fernández envió al Congreso tiene dos objetivos: "uno ideológico, cumplir con los amigos de turno del poder" y otro, el verdadero: "permitir el ingreso de las telefónicas en el mercado de los medios de comunicación". "No me extrañaría algún acto más de corrupción", agregó.
La respuesta. "La verdad sentí vergüenza ajena, mucha vergüenza ajena", sostuvo hoy Fernández, al ser consultado por las críticas de Vila.
En una entrevista con C5N, afirmó que en el Gobierno están "buscando un camino donde se discutan las cosas" y en ese sentido remarcó que "van a haber audiencias públicas donde todos van a poder expresarse" sobre la iniciativa.
Advertencia de senadores del peronismo
No quieren un trámite veloz; prometen un debate plural y amplio
Por: Gustavo Ybarra
La intención del Gobierno de imponer a ritmo veloz una nueva ley de radiodifusión parece cada día una meta más difícil de alcanzar. Ayer, el presidente de la comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión del Senado, el peronista jujeño Guillermo Jenefes, dejó bien en claro que no aceptará ningún tipo de apremio de parte de la Casa Rosada para discutir el proyecto cuando llegue a la Cámara alta.
"Yo no fui consultado sobre este proyecto, así que le garantizo a la oposición que aquí habrá un debate amplio y plural. No me preocupa si el proyecto lo aprueba este Congreso o el que viene", afirmó Jenefes.
El senador dejó sentada esta posición en la mañana de ayer, durante la reunión de la comisión que preside y a la que de manera obligada deberá ser girado el proyecto una vez que la Cámara de Diputados lo apruebe.
El pronunciamiento de Jenefes no hace más que sumar nuevos interrogantes a la suerte que tendrá la iniciativa oficial en su paso por el Parlamento. Por lo pronto, ayer la presidenta Cristina Kirchner admitió que el texto sufrirá modificaciones durante el debate en la Cámara baja, aceptando de esa manera que si no cede en sus pretensiones el proyecto podría fracasar.
"Creo que se debe escuchar la opinión de todos", dijo Cristina Kirchner y expresó que el proyecto "seguramente tendrá modificaciones y aportes" en el debate legislativo. "Debatir -señaló- significa puntos de vista diferentes, pero no debe convertirse en un cuestión de vida o muerte o un drama", dijo.
Las palabras de la Presidenta no hacen más que aceptar una realidad: ni en el propio oficialismo están convencidos de avanzar con el proyecto tal cual fue redactado por el interventor del ComFeR, Gabriel Mariotto.
"Cuando le ley (sic) llegue al Senado en comisión se va a debatir en forma amplia y plural y se va a escuchar a todos", afirmó Jenefes, ante la sorpresa de los miembros opositores de la Comisión de Medios de Comunicación que no esperaban un pronunciamiento tan firme.
Mucho más impactante para esos legisladores fue escuchar del señador oficialista jujeño: "Que no tema la oposición de que no voy a convertir a esta comisión en una escribanía de nadie".
Jenefes es directivo de un grupo de medios de comunicación en Jujuy, cuya propiedad es de la familia de su esposa. El conglomerado está compuesto por un canal de aire, otro de cable y varias estaciones de radio. Hasta ahora, el senador había mantenido una clara conducta de alineamiento con el Gobierno, pero en las últimas semanas ha elevado la voz en varios temas conflictivos. De hecho, fue uno de los que se quejó por el tarifazo del gas ante los funcionarios del Poder Ejecutivo que vinieron a defender la medida y se resistió a firmar hasta último momento el dictamen al controvertido proyecto de ley que aumenta los impuestos a los productos tecnológicos.
Más complicaciones
Pero las complicaciones de la Casa Rosada en el Senado no terminan con el firme pronunciamiento del presidente de la Comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión.
Como informó La Nación en ediciones anteriores, en el oficialismo son varias las voces que prometen mirar con lupa el proyecto de radiodifusión que apruebe la Cámara baja.
Al menos dos senadores del bloque kirchnerista han mantenido reuniones con sus gobernadores y recibieron expresas directivas de objetar varios de los puntos del texto oficial si es que no son corregidos por los diputados.
"A nosotros nos hace ruido el órgano de control y el hecho de que se permita la participación de las telefónicas en el mercado de la radiodifusión", precisó uno de esos legisladores a este diario. "Que no nos vengan a correr con el tiempo porque no lo vamos a aceptar", agregó el otro, quien coincidió así con la postura pública que fijó ayer Jenefes.
En este escenario, al kirchnerismo se le complica cualquier intento de aprobar a libro cerrado cualquier proyecto que no cuente con amplio consenso. Sobre todo porque a estos cuestionamientos técnicos hay que sumarles varias situaciones, personales y políticas, que podrían complicar numéricamente la estrategia de la Casa Rosada y que van desde el enojo del catamarqueño Ramón Saadi hasta la licencia por enfermedad de la misionera Elida Vigo.
Mariotto y los ataques a Clarín
El interventor en el ComFeR, Gabriel Mariotto, justificó las pintadas ofensivas hechas contra una receptoría de Clarín. En el programa Le doy mi palabra, de canal 26, dijo: "Son una manifestación de la cultura popular, un ejercicio de la democracia. Hay ciudadanos que pueden pintar y me parece muy bien que así lo hagan".
Fuente: Diario La Nación