Pepe Eliaschev acaba de publicar "Me lo tenía merecido", un libro de memorias que describe como un strip tease alevoso. Eliaschev habló con la revista ADN, que sale mañana con el Diario La Nación, y entre otros hablo de estos temas:
¿Cómo acompañó el periodismo estos años de democracia?
Cuesta abajo. Tengo una impresión realmente muy apesadumbrada sobre el estado del periodismo argentino, en particular el electrónico, con la TV a la cabeza, que ha vivido un retroceso con respecto a las armas de nuestra profesión y a nuestra relación con la lengua castellana. Entre 1983 y 2009 veo una marcha atrás, porque el periodismo se ha ido impregnando de unos valores nefastos. Hoy, en materia electrónica, se asemeja a la industria de los bienes raíces, los espacios están comercializados sin límites, ha desaparecido la responsabilidad editorial, hay una banalización deliberada de la vida cotidiana.
¿Cómo se lleva con los comentarios de los lectores en su blog y en sus columnas en Internet?
Acabo de pedir al editor de mi blog en Perfil que elimine los comentarios. Creo que se ha producido una democracia electrónica aparentemente irrestricta, que ha sido sencillamente deglutida por la muchedumbre como un método para preservar el derecho al insulto desde el anonimato. Es muy minoritaria la cantidad de personas que ejercen esa ciudadanía de manera responsable. Y eso no tiene que ver ni con Kirchner, ni con la dictadura militar, ni con la debacle de la Alianza. Esto no es un producto de los políticos, sino un rasgo fuerte del ADN argentino. Hay una muy escasa vocación civil. En ese sentido, padecemos una especie de indigencia ciudadana, seguimos prefiriendo el escrache, las "capuchas electrónicas". El individuo que se sube a mi blog y me insulta puede decir las barbaridades más grandes sin ninguna responsabilidad.