Recomienda a los gobiernos latinoamericanos poner en marcha políticas "anticíclicas"
Destaca el importante papel de China en la actual situación económica
"En los últimos días mi fortuna ha bajado como a la mitad, depende de la Bolsa"
Por: Jacobo García
Esto se veía venir, "las cosas que pasan tuvieron sus avisos", señala Carlos Slim mientras aleja cuidadosamente uno a uno los trozos de tomate de su ensalada. "Ya lo decía la Biblia: Hay épocas de vacas flacas y temporadas de vacas gordas". La simpleza del análisis, resulta, sin embargo, engañosa ante la filosofía que parece resumir la traducción literal de los dos símbolos que sirven para decir crisis en chino, 'peligro y oportunidad'. Una filosofía en la que el multimillonario se mueve como pez en el agua a tenor de su fortuna, gestada en épocas de recesión.
Dice entre risas que estos días sus millones se han reducido a la mitad, sin embargo la revista Forbes sigue colocándole como uno de los tres hombres más ricos del mundo. Una clasificación que baila según lo que hace la Bolsa de valores de Nueva York, donde cotiza el grupo que preside, Carso, y que no le impide criticar los excesos del capitalismo, las "deficiencias de regulación y supervisión", el "abuso en el precio del petróleo" o la "especulación con los alimentos".
Dueño de un imperio que incluye telefonía fija, móvil, bancos, inmuebles, restaurantes y hasta tiendas de electrodomésticos, Slim recibió a un grupo de corresponsales extranjeros ante los que ofreció algunas de sus recetas para estabilizar la actual situación económica, que considera "la más compleja que me ha tocado vivir".
Para el empresario de origen libanés, en lugar de pensar en la compra de activos de las instituciones con problemas (como propone el plan de rescate de George Bush), se deberían capitalizar. "Este tipo de propuestas es lo que tienen que hacer los bancos, ese debería ser el camino del rescate bancario", dijo. "El Gobierno estadounidense, bien sea el Tesoro o la Reserva Federal, debería aumentar el capital para así reducir los costes y los gastos. El objetivo es convertirse temporalmente en socio", señaló.
Frente a algo parecido a una lasaña, la misma que come el periodista, aunque aderezada por una extraña salsa de barbacoa, Carlos Slim sale del redil y recomienda a los gobiernos de América Latina poner en marcha políticas 'anticíclicas' para proteger y promover la creación de empleo como un medio para atenuar las consecuencias de la crisis financiera en EEUU. "Lo que tenemos que buscar en Latinoamérica es que, estando bastante sanos, pues no sólo que no nos afecten estos problemas sino que podamos tener empleo y un crecimiento moderado", dijo un día después de calificar la actual crisis estadounidense como la peor desde 1929.
China tiene un papel clave en la coyuntura actual
El hombre que hace un año destronó a Bill Gates como el más rico del mundo también mira hacia China a la hora de pensar en "el país más importante que puede ayudar a reducir la crisis financiera mundial". China, dice Slim, puede intervenir para equilibrar los mercados gracias a su gran liquidez, sus excedentes de cuenta y su gran flujo de capital. El desarrollo de su tecnología y el mercado doméstico mantendrán muy activo al gran país asiático, que puede convertirse en el gran inversor mundial. "China ha sido el país que mejor ha aprovechado la globalización".
Mira de reojo su 'blackberry' y contesta sobre la marcha a un sms. El aire serio y su tono más temperamental sólo sale a relucir, sin embargo, cuando se le pregunta sobre cómo explicar la riqueza de un hombre en un México con más de 40 millones de pobres. "En los últimos días (mi fortuna) ha bajado como a la mitad. Ese cálculo de la riqueza es relativo, porque depende de la cotización de mis empresas en la Bolsa", ironizó antes de que el periodista acabara la pregunta.
Los países pobres deben tener empresas fuertes
Después, se puso en plan didáctico: "Lo primero es diferenciar riqueza de ingreso. Pensar que en países pobres no debe haber empresas fuertes es perverso; en los países pobres o en desarrollo si no hay empresas fuertes el país difícilmente progresa. Es muy importante que la riqueza se maneje con eficacia y que se cree más riqueza".
El empresario de origen libanés que se inició en los negocios desde el mostrador de la tienda de tejidos de su padre y a los doce ya jugaba en Bolsa destaca que lo importante es que existieran muchas empresas nacionales fuertes como la suya, capaces de competir en los mercados internacionales. "Yo no tengo ni cuenta en cheques ni un inmueble fuera del país. Yo no me voy a llevar nada a la tumba", concluye, antes de pedir más agua.
Fuente: Diario El Mundo