Por César Illiano
¿Le gustaría ser el dueño del grupo que edita el diario más leído de América Latina, o de una de las mayores empresas de telecomunicaciones de Argentina?
Conseguirlo cuesta una fortuna, pero la crisis financiera global y los últimos agitados meses en Argentina han hecho que gigantescas empresas sin grandes problemas a la vista se ofrezcan a precios de oportunidad.
Con apenas 270 millones de dólares puede comprar el Grupo Clarín, una compañía con ventas netas anuales por 1.289 millones de dólares que además del diario del mismo nombre posee el control del negocio de accesos a internet y TV por cable en el país de unos 40 millones de habitantes.
Tan sólo un año atrás, esa inversión hubiera requerido un desembolso de 1.856 millones de dólares.
Otro ejemplo es Telecom Argentina, que controla la mitad del mercado de telefonía fija y un creciente negocio de comunicaciones móviles e internet. Con 508 millones de dólares podría estar al frente de la empresa, en comparación con los 2.005 millones que costaba 12 meses atrás.
Telecom Argentina tuvo ventas netas en el 2007 por 2.835 millones de dólares.
"Las acciones argentinas se encuentran muy baratas. En el hipotético caso que sus utilidades caigan una cuarta parte en el próximo balance (resultado), aún así se justifica invertir", opinó Jorge Alberti, analista del portal especializado ElAccionista.com.
La obvia razón de la fuerte caída en la capitalización bursátil es la venta masiva de activos que disparó la crisis financiera global nacida en Estados Unidos.
Pero el caso argentino suma la fuerte desvalorización de acciones y bonos que provocó la prolongada crisis política que vivió el país entre marzo y julio por una pelea entre el Gobierno y el sector agropecuario, que incluyó huelgas y bloqueos de carreteras que desaceleraron la economía.
Luego comenzó a desatarse la etapa más dramática de la crisis de crédito en Estados Unidos.
En ese punto, el Gobierno argentino hizo su aporte para enrarecer más el clima del mercado local al anunciar un plan para eliminar los fondos de pensiones privados, que son los mayores inversores locales.
Analistas aseguraron que los inversores están atentos y tentados por las oportunidades, pero por el momento prefieren esperar el desenlace de la crisis internacional y local.
"¿Quién hace alguna cuenta razonable acerca del valor de una empresa y su acción? ¿Tiene algo que ver con la rentabilidad de la misma, o con su eficiencia, o con sus perspectivas? Si consideramos lo que sucedió, podríamos asegurar que no", dijo la consultora local Datarisk.
"Los mercados de capitales se han dedicado estos últimos años a La Timba", agregó.
Fuente: Reuters, (Reporte adicional de Walter Bianchi y Jorge Otaola, Editado por Silene Ramírez)