La prensa se adapta a los inevitables cambios que desencadena la Red
J. A. Aunión
La bloguera cubana Yoani Sánchez no pudo viajar hace unos meses a Madrid para recoger su premio Ortega y Gasset de periodismo porque las autoridades de su país no le dieron el visado. Tampoco lo pudo hacer ayer para participar en uno de los seminarios de la 64ª Asamblea General de La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Pero igual que entonces, Sánchez estuvo presente a través de un vídeo. Una solución tecnológica (aunque se trate de algo casi prehistórico a estas alturas) para hablar sobre el poder, la influencia y la revolución que supone Internet en el mundo de la comunicación.
En la segunda sesión de ayer de la asamblea de la SIP -organismo que representa a 1.300 publicaciones, sobre todo de América y alguna Europa-, Sánchez se felicitó por la capacidad de la Red para romper en Cuba el "monopolio informativo" del Gobierno. Allí, utilizar los blogs "es de alguna manera hacer ciudadanía", dijo Sánchez-. Pero al mismo tiempo, esa ruptura de la línea que separa a quién hace la información y quién la recibe obliga al periodismo a buscar nuevos espacios y nuevas fórmulas a la vez que adapta sus formatos clásicos. El escritor, periodista y bloguero francés Francis Pisani, defendió el camino del experimento constante en esta época de cambios.
Y mientras las empresas informativas se adentran en el mundo de la interacción y la participación de los lectores (blogs, comentarios, aportación de imágenes), buscan también la convivencia del periódico impreso con su versión digital en un momento en el que lo segundo va ganado fuerza pero todavía no puede competir en beneficios. Muchos apuestan por la integración de ambas redacciones, como ha hecho el diario británico The Daily Telegraph o está haciendo ahora mismo The Washington Post, explicaron en otra sesión dos de sus respectivos responsables, Rhidian Wynn-Davies y Jim Brady, este último, por videoconferencia. Para el profesor de periodismo de la Universidad de Texas Rosental Alves, la integración, en la que todos los periodistas deberán manejar las dos culturas, la impresa y la web, es ya inevitable. Aunque no todo el mundo está de acuerdo. "No se puede ganar en las mismas olimpiadas los 100 metros y la maratón", dijo, Torry Pedersen, consejero delegado de Verdens Gang, diario noruego que ha decidido tener redacciones separadas. "No se puede ser el número uno en la web y en la edición impresa haciendo las mismas cosas", dijo.
Lo que sí parece estar claro es que los medios escritos deben innovar para sobrevivir, dijeron los ponentes de la última sesión del día, en la que participaron, entre otros, Luca Traverso, director de División del Corriere della Sera, o José Manuel Fernándes, del diario portugués Público, informa Efe. La respuesta para el periodista brasileño Lourival Sant'Anna, que participó en una de las sesiones matinales, empieza por reforzar sus puntos fuertes: la credibilidad, profundidad y capacidad de análisis y contextualización (lo cual no debe confundirse con la opinión), aseguró.
En la foto de izquierda a derecha, Stefanie Himoff, el consejero de Le Monde Jean-François Fogel, los periodistas Lourival Sant'Anna y Francis Pisani y el profesor Klaus Meier y en la pantalla la bloguera Yoani Sánchez.
Fuente: Diario El País