jueves, 20 de noviembre de 2008

"Hay una justicia para Clarín y otra para el resto del país"

Entrevista a Pablo Llonto, caso Ernestina Herrera de Noble
Por Juan Manuel Fonrouge.
Pablo Llonto es abogado de una de las familias de desaparecidos que reclaman saber la verdadera identidad de los hijos de Ernestina de Noble. Como periodista trabajó 20 años en Clarín y es autor del libro “La Noble Ernestina”, donde narra la historia del multimedio más grande de Latinoamérica. Recientemente fue citado a declarar en la causa que todos los grandes medios quieren ocultar.

La causa se reactivó…
Sí, se están empezando a tomar algunas medidas, pero tenemos una mirada muy crítica hacia el juez que ya ha tomado algunas resoluciones a favor de Ernestina de Noble y hacia la posición que tiene el grupo Clarín judicialmente. La única manera de saber si una persona de la que se sospecha que es hija de desaparecidos es con el análisis de ADN y el cruzamiento con todos los datos que están en el Banco de Datos Genéticos. Hoy en la Argentina es la única manera.

¿Cuáles son los elementos que traban la causa?
Los dos chicos, que hoy tienen 32 años, y Ernestina de Noble se han opuesto a que se crucen los datos con el Banco de Datos Genéticos. Ellos dicen que sólo se quieren cruzar con dos familias que están presentadas en el juicio. Que son la familia Lanuscou y la familia Gualdero. La justicia en general, dando otra muestra de cómo se postra ante el poder económico y político, terminó dándole la razón al grupo Noble. Resolvió que se saquen sangre y se crucen sólo con las dos familias. Evidentemente le tienen miedo al Banco de Datos Genéticos porque saben que son hijos de desaparecidos. La historia ha demostrado que cuando las familias se niegan, es porque evidentemente las sospechas crecen año a año. En el caso de Ernestina de Noble esto está multiplicado. Porque en el año 2003, el 13 de enero, Ernestina publica una carta en el diario Clarín, después de haber estado detenida tres días, y dice a sus lectores que ella muchas veces ha conversado con sus hijos sobre la posibilidad de que sean hijos de víctimas de la represión. Ésos son los términos. A seis años de esa carta no se entiende la política judicial que tuvieron los abogados de Ernestina, Felipe y Marcela Noble que fue la de no ayudar a la justicia, sino obstaculizar. Pidieron, por ejemplo, que la muestra de sangre no quedara en la justicia sino que se les devolviera.

¿Cómo analizan la actuación del juez Conrado Bergesio?
Ha tenido siempre una posición contraria a los organismos de derechos humanos. Lo último que ha resuelto en la causa ha sido en contra de las Abuelas de Plaza de Mayo, que habían pedido tener un perito de parte en el hipotético caso del cruce de los datos de ADN para el control, dadas las características particulares del caso. Hay una figura pública muy poderosa y Bergesio lo rechazó. Abuelas ha apelado esa situación. Ahora estamos en la posición inversa. Las dos familias tienen la posición de no aceptar el entrecruzamiento sólo con dos familias porque se rompería con la lucha de Abuelas, lo que sentaría un precedente muy peligroso: serían los victimarios, Ernestina de Noble, y no las víctimas, los que elegirían cómo realizar la prueba. Así no vamos a ningún lado. Es una causa que muestra la entrega de la Corte Suprema, que se muestra garantista y progresista, pero cuando llega una causa ultracaliente, se ponen del lado de Ernestina de Noble. Esto es una vergüenza. Los jueces de la Corte han tenido una relación de amistad, van a fiestas del Grupo Clarín, donde brindan con champagne. Claramente tienen la camiseta de Clarín. Nosotros hemos denunciado ante la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados a tres jueces de la Corte por este hecho.

Por ahora, ¿qué es lo que está probado en la causa?
Que Ernestina fraguó una causa. Y que se apropió de dos bebés. Toda la historia que armó de que encontró una bebita en una caja, se demostró que es falsa. Ahora resta el cierre de toda la historia: saber sin son hijos de desaparecidos o si se los afanaron a otra familia, en otra provincia donde venden bebés. Acá hay una justicia para Clarín y otra para el resto del país. El otro día se entregaron los premios Novela de Clarín. Entre los invitados a la fiesta estaba el juez de la Corte Suprema Lorenzetti. La verdad da asco, Lorenzetti da asco. Estos son los jueces que vinieron a renovar al Poder Judicial. La verdad, que se vayan a la mierda. Daban charlas en la Fundación Noble. Es una vergüenza. Ellos se tendrían que haber apartado. Son parte de toda esta farsa de la llamada “justicia independiente”. Nadie le dice que no vayan a las fiestas si tienen ganas de comprometerse con el grupo Clarín, pero a la hora de fallar tienen que excusarse y que venga un juez subrogante, porque tengo relación familiar, de amistad, los admiro, o lo que sea. Pero tuvieron el expediente, mientras iban a fiestas, daban charlas, participaban de homenajes, y después fallaron sobre una causa donde estaban ellos involucrados. Cuando la gente pregunte porqué la Corte falló así, ahí esta la explicación, ellos son parte de la farsa de la justicia independiente, que de independiente no tiene nada. Siempre pongo el ejemplo del caso Yabrán. Si la corte menemista tiene un expediente que involucra a Yabrám, lo tienen en estudio un año, y en ese año, tres jueces se alojan una semana en el hotel de Yabrán en Pinamar, participan de una fiesta, etcétera, hubiese sido un escándalo nacional, los medios hubiesen publicado ‘caso de corrupción de la corte’, acá que es exactamente lo mismo, le dan la razón a Noble, nadie dice nada, hay momentos que parece que nada ha cambiado.

¿Cómo nace la causa?
Entre todas las manganetas que realiza Ernestina para quedarse con Clarín, lo que hizo fue tratar de sacarse de encima a la hija de Roberto Noble, Guadalupe. Como Guadalupe le cuestionó el casamiento de Ernestina con Roberto Noble, le encargan a Emilio Jaján unos papeles en México para presentarlos en la demanda que había iniciado Guadalupe y ganarle el juicio. Los consigue y va a reclamar el pago. Cuando reclama el pago, él dice que le habían prometido el seis por ciento de Clarín, que en ese momento no era un multimedio. La respuesta de Ernestina es que no. En el contraataque la señora de Jaján, Ana de Jaján realiza una denuncia judicial y acusa a Ernestina de haberse apropiado de dos chicos. La causa estuvo congelada.

¿En qué año fue esto?
En 1995. El juez menemista Marquevich tiene congelada la causa hasta el año 2000. Año en que Clarín había roto con Menem, y realiza una ofensiva que tenía como eje las notas de las ventas de armas. Menem es detenido en la quinta de su amigo Gostanian. En esa quinta planean vengarse de Clarín; en ese grupo estaba Marquevich que tenía la causa; la pone en marcha en un año. Investiga y comprueba que toda la adopción de Ernestina era trucha. Y ordena detenerla. Ahí se da vuelta la tortilla. Ernestina apela y la Cámara de Apelaciones le da la razón en tres días. Empieza el contraataque: Ernestina contra Marquevich. Manda gente a presionar al Consejo de la Magistratura, que echa a Marquevich del Poder Judicial en un mes.

¿Con qué argumentos piden apartar a Bergesio de la causa?
Estamos reclamando que un juez de San Martín le saque la causa a Bergesio, porque está claro para quién juega. El juez de San Martín está investigando todos los casos que corresponden a la represión en la zona 4 durante la dictadura. La zona 4 es la zona norte del gran Buenos Aires. Es la única manera, desde lo jurídico, para que Bergesio no siga en la causa.

¿Cuál es el rol del periodista Joaquín Morales Solá, quien aparece vinculado a los represores?
Morales Solá era un tipo vinculado a los militares. Él terminó hace pocos años pidiendo que no contaran la historia de cuando Bussi lo felicitó en Tucumán, por lo que había sido su relación con las Fuerzas Armadas. Yo doy fe de cuando trabajaba en Clarín y Morales Solá venía a la tarde y decía que había estado tomando el té con tal general; él tenía un vínculo muy estrecho y se reflejaba en sus panoramas políticos donde elogiaba a la dictadura. Por supuesto, de Morales Solá no vamos a esperar nada.

¿Te parece que la causa puede abrir un nuevo proceso para que sean juzgados los responsables civiles de la dictadura?
Sería tocar el cielo con las manos. Las causas contra civiles son muy pocas. Nosotros este año hemos iniciado una causa contra Editorial Atlántida por una nota fraguada a una madre de desaparecidos en el año 1979 en la Revista Para Ti. A una desaparecida de la ESMA la llevaron a una confitería en auto para que le hicieran una nota. Ella hablaba mal de los hijos porque eran subversivos. En el título pusieron “habla la madre de un terrorista”; la devolvieron a la ESMA y la nota salió publicada en Para Ti. Fue una actuación conjunta de los Grupos de Tareas y de una editorial. Hemos iniciado la causa para que se analice la responsabilidad penal de los miembros de la editorial y algunos periodistas. Hay una causa abierta de lo que fue la estructura civil de la provincia de Buenos Aires en la época de la represión, ministros de Gobierno, ministros de Justicia. Hay algunas causas abiertas contra Martínez de Hoz. Son las únicas causas que hay. Hay una abogada que está trabajando la posibilidad de reabrir la causa de la deuda externa para demostrar que el terrorismo de Estado no sólo tuvo un objetivo político, sino que además tuvo el objetivo de plantar un programa económico.

Papel Prensa también fue un negociado de la dictadura con los grandes medios de comunicación…
Sí, debería abrirse la causa de Papel Prensa. Me preocupa el hoy de Papel Prensa. Hay un fiscal que se llama Juan Murray que está investigando la contaminación que causa Papel Prensa. Tiene un dictamen que establece que no cuenta con las autorizaciones para hacer todo lo que está haciendo y, sin embargo, nadie le da bola. De Papel Prensa hay que averiguar el ayer y el hoy. El ayer por lo que fue la corrupción y las apretadas que hubo para sacarles las acciones al Grupo Graiver. Hoy también por la contaminación de la fábrica.

Tu libro llega hasta el 2003, ¿cómo siguió la historia?
Ahora hay una edición con un capítulo nuevo donde cuento lo que pasó este año. Este año hubo, no sé si llamarlo una pelea. Parecía que iba a haber una pelea y que por fin un gobierno se le animaba al Grupo Clarín. Me ilusioné con Néstor Kirchner para que fuera a fondo y desnudara los hechos de corrupción y las maniobras delictivas, pero bueno, evidentemente Clarín es más fuerte y ha ganado esa pulseada. La Ley de Radiodifusión no va a ser tratada. El año que viene tampoco, me lo han dicho varios diputados. El año que viene es un año electoral y ni en pedo se va a tratar la ley. Clarín impuso su posición y ganó.

¿Creés que tuvo que ver el conflicto con el campo y el rol que cumplió Clarín para frenar el proyecto de una nueva Ley de Radiodifusión?
Sí. Clarín tuvo una posición política con el tema del campo porque tiene intereses muy fuertes. Maneja la más importante feria agropecuaria en Argentina. Antes había dos ferias: la que manejaba Clarín y la de La Nación. Tal es el poder de Clarín que se terminó morfando a la de La Nación. Ahora la hacen juntos.

¿Cómo será la sucesión en Clarín en el caso de que se comprobara que los hijos de Ernestina son hijos de desaparecidos?
Se va a dar una situación muy curiosa. Magnetto tiene dos hijos adoptados y Ernestina también. La sucesión va a ser entre cuatro hijos adoptados. Hay dos accionistas fuertes que son Lucio Pagliaro que maneja Canal 13 y José Aranda que maneja todo el tema del campo.

Clarín pega su gran salto en la década del 90, ¿cómo es que finalmente se pelean con el menemismo?
Hay que mirarlo como grupo económico que negocia con el cadáver sobre la mesa. Te tira el cadáver sobre la mesa y te reclama algo. Una tapa en contra o con amenazas. Consiguió Canal 13, con este gobierno consiguió la renovación de la licencia, también la aprobación y la unificación del monopolio del cable entre Multicanal y Cablevisión. Con el menemismo fue así; le arrancó una serie de cosas y consiguió establecerse como poder económico. Como poder político Clarín sabe bien manejar los tiempos: cuando ve que un gobierno es exitoso en la clase media (el poder político de Clarín radica en la clase media) se mueve de acuerdo a los humores de la clase media argentina. Cuando el menemismo comienza a derrumbarse en la clase media después de 1995 Clarín le suelta la mano, como lo hizo con la dictadura. La clase media se va, luego, hacia La Alianza y Clarín apoya con todo a La Alianza. A tal punto que “Chacho” Álvarez iba al tercer piso de Clarín donde están las oficinas de Magnetto y mantenía reuniones muy seguidas. Clarín se supo reacomodar políticamente como en estos últimos años. Apoyó al kirchnerismo y después lo terminó de matar con el tema del campo. Está más cerca de las posiciones de Carrió, de Macri y López Murphy sin haber tomado partido por alguno de ellos. Cuando vea que la clase media se corre hacia una alianza de oposición, Clarín va a apostar todas las fichas ahí.

Fuente: Revista 2010

Con aporte de JPM

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