martes, 2 de diciembre de 2025

Relevamiento sobre el lobby de las "falsas denuncias": la última frontera de la ultraderecha

Cuatro medios de la Red de Medios Digitales presentaron un informe que mapea un conjunto de organizaciones, redes, comunicadores y actores que están instalando y haciendo lobby para instalar la narrativa de una "industria de las falsas denuncias"; los vínculos políticos y la trama internacional de una "batalla cultural" que no entiende de fronteras, pero sí de restricción de derechos para mujeres, niñes y diversidades. Un resumen de un proyecto colectivo.

La Red de Medios Digitales presentó el informe: "Relevamiento sobre el lobby de las falsas denuncias: la última trinchera de la ultraderecha", una investigación colaborativa realizada por Periódicas, Enfant Terrible, La Nota Tucumán y Feminacida. El trabajo mapea actores, organizaciones, redes y comunicadores que impulsan la narrativa, busca desacreditar a denunciantes de violencia por motivos de género en Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Buenos Aires, y analiza sus vínculos políticos, judiciales e internacionales.

El proyecto nació en el encuentro federal de la Red, realizado el 22 y 23 de agosto en el Valle de Punilla, y tomó forma tras tres meses de trabajo conjunto y busca visibilizar un ecosistema de operadores que tuvo impulso en los últimos años -2024 y 2025 principalmente- y que se basa en discursos desinformantes y estigmatizantes en cada uno de los territorios relevados. Se trata de actores que funcionan en red con un objetivo claro.

Mapeo de organizaciones
"La decisión de cómo y de qué manera llevar a cabo el mapeo fue la parte más compleja del proyecto, debido a que aquello que parecían casos aislados y de conspiraciones de la internet, terminó por tomar fuerza mediática, jurídica y ejecutiva", manifestaron las realizadoras del informe. El relevamiento identificó 44 actores -entre organizaciones, fundaciones, profesionales del derecho y funcionarios- que participan en la producción y circulación de discursos contra lo que llaman ideología de género. Cerca del 30% de ellos surgieron en 2024 y 2025, mientras que los picos de aparición en 2020 y 2021 evidencian la influencia de la pandemia, los debates legislativos y el avance de sectores ultraconservadores.

"Este tipo de discurso se reforzó con la llegada de Mariano Cúneo Libarona al Ministerio de Justicia quien públicamente ha cuestionado la figura de femicidio, declaró que el feminismo era 'una distorsión del concepto de igualdad' y avanzó en la intención de eliminar la figura de femicidio del Código Penal argentino. También con el respaldo público de legisladoras como Carolina Losada y Lilia Lemoine, además del propio presidente Javier Milei", aseguran en el informe.

Tecnología de la impunidad
En el informe, sostienen que en ese marco, "la figura de la falsa denuncia se convirtió en un símbolo estratégico: permite situar la violencia de género como un problema de exceso, de mal uso de los derechos, y no como una manifestación de las desigualdades estructurales. Pone el foco en la presunción de inocencia, buscan desestimar los relatos de las mujeres e infancias sobrevivientes a la violencia sexual o física. Así, se instala la idea de que todo se reduce a la palabra de 'uno contra la de otro', erosionando la credibilidad de las víctimas e introduciendo sospechas sobre sus motivaciones: desde supuestas manipulaciones de adultos hasta la búsqueda de un beneficio económico".

Dentro del trabajo se hace referencia narrativas centrales utilizadas para deslegitimar el relato de la víctima entre los que figuran:

Mala víctima, basada en estereotipos de género, apunta a desacreditar a la persona que denuncia violencia sexual mediante la exposición de su vida privada, su vestimenta, sus prácticas o su emocionalidad. El Síndrome de Alienación Parental (SAP), que es presentado como un desorden psicológico inexistente y sin respaldo científico, atribuye el rechazo de un niño o niña hacia un progenitor a la manipulación del otro adulto a cargo.

También a la figura de la Mala madre, que desplaza la mirada hacia la adulta responsable del cuidado —generalmente la madre— insinuando que "contamina" el relato del niño o niña que denuncia, lo cual busca restar veracidad a la acusación. El Interés económico, que sostiene que detrás de la denuncia existe un propósito material o de daño hacia el acusado, insinuando que la búsqueda de justicia es en realidad una estrategia oportunista.

Por último, la Campaña de desprestigio, que especialmente utilizada cuando el denunciado es una figura pública o reconocida, apuesta a instalar la idea de que las denuncias responden a intentos de dañar su imagen y no a hechos de violencia.

Un cambio para resistir
Desde los cuatro medios que participaron en esta investigación, sostienen que se trata de "una primera aproximación para comprender que para que sea efectiva la 'batalla cultural' debe contar con los cuatro poderes a su favor: mediático, político, económico y judicial. El cambio de narrativa, tanto de universalizar casos aislados, como la inversión discursiva de que el victimario es una víctima de la 'ideología de género', deja entrever que lo que parecía una distopía, ahora es una realidad".

"Este trabajo colectivo es una invitación a conocer los mecanismos, estrategias y acciones que se realizaron en los dos últimos años para instalar en la agenda pública esta retórica. Un grano de arena para detener la avanzada de los sectores que intentan reestablecer jerarquías patriarcales. De igual manera, la violencia de género no se resuelve únicamente con la denuncia individual, sino que exige políticas, instituciones y una sociedad que garanticen la igualdad real y la protección de las víctimas", concluyeron.
*Esta investigación fue realizada por los medios que integran la Red de Medios Digitales: PeriódicasEnfant TerribleLa Nota Tucumán y Feminacida.

Otras Señales

Quizás también le interese: