En agosto del 2020, en plena pandemia del Covid-19, el presidente Alberto Fernández publicó el Decreto 690 que convirtió a la industria de las telecomunicaciones en servicio público esencial y le dio potestad al Estado nacional para regular los precios del sector.
En concreto, la medida convirtió a las llamadas empresas TIC en servicios públicos esenciales y estratégicos en competencia y las puso bajo jurisdicción del Ente Nacional de Comunicaciones (ENaCom) para que el organismo que preside Claudio Ambrosini garantice "su efectiva disponibilidad".
Con su entrada en vigencia, el organismo oficial pasó a autorizar aumentos máximos y se generaron planes básicos universales (PBU), en otras palabras, prestaciones mínimas a precios preestablecidos.
Sin embargo, la mayoría de las operadoras del sector recurrió a la Justicia para frenar el avance del Estado sobre sus estrategias comerciales y también sobre sus ingresos provenientes específicamente de la venta de sus servicios, cuyos valores quedaron supeditados a las decisiones del Enacom.
En el marco de las Jornadas Internacionales de ATVC que se llevaron a cabo en el hotel Hilton de la zona porteña de Puerto Madero hasta este jueves 10 de noviembre, el debate sobre el impacto del Decreto 690 en las inversiones de la industria fue uno de los temas de mayor debate.
Por caso, durante el panel sobre el presente y futuro de la industria, Enrique Carrier, director de Carrier y Asociados, aseguró que a partir de la sanción de esas medidas, las empresas dejaron de invertir. Lo hizo al presentar un análisis del ecosistema digital y de la conectividad en Argentina y la región.
Las regulaciones del Gobierno congelan inversiones de las telcos
"Hoy, Argentina cuenta con una infraestructura de telecomunicaciones razonable, que está en un proceso de recambio", aseguró el experto para quien la industria de la banda ancha está por encima de la de cloacas o la red de gas, con el agregado de que llegó sin ser servicio público, en una clara alusión al cuestionado decreto presidencial.
Para Carrier queda claro que el mero hecho de ser servicio público "no soluciona las cosas mágicamente", sino que se logra a partir de los millonarios desembolsos hechos por las compañías.
En ese sentido, realizó un recorrido por algunos de los números más relevantes de la industria de las telecomunicaciones como el que muestra que entre el 2010 y el 2020 se realizaron inversiones por u$s20.000 millones o a razón de u$s5 millones diarios; se generó una participación en el PBI del 2,7% y un aporte del 5%.
También recordó que tres grandes actores representan el 83% de los ingresos como son los de móvil; telefonía y TV y banda ancha.
Además, explicó que la velocidad promedio es de 52 megas, con un ARPU de u$s16 y de 73% de tecnología por cobre que para el experto "está en un proceso de reemplazo por la fibra" mientras que las tecnologías inalámbricas se mantienen en crecimiento constante.
"El cablemódem, por su parte, crece en pisada actual pero no se expande, amplió Carrier para quien en lo que respecta al mercado móvil, en la actualidad hay 59 millones de líneas, con un ARPU de u$s5, dato importante, ya que muchas veces se demandan servicios de calidad e innovación y se miran como ejemplos países como Estados Unidos que tiene un ARPU de u$s38. "Tenemos prontamente la subasta de 5G en Argentina, para el primer trimestre de 2023, que despierta muchas dudas", advirtió Carrier para quien "la existencia de la infraestructura marca la diferencia entre vivir en el siglo 20 o el siglo 21".
Para el experto, la industria debe atravesar una gran cantidad de desafíos como los de seguir mejorando y expandiendo la capacidad de las conexiones existentes, llevar conectividad a áreas remotas y de baja densidad poblacional, financiar nuevos despliegues y mejoras en un contexto complejo con un capex creciente e ingresos a la baja.
A partir de este escenario, Carrier le pidió al Gobierno resolver el problema del DNU 690, homogeneizar requisitos para los despliegues, promover un plan de servicio universal con visión estratégica, redes estatales que complementen a las privadas en un modelo mayorista, moderar la avidez recaudatoria en despliegues y disminuir la carga fiscal de los servicios.
"La infraestructura de la Argentina está en un momento histórico y debe dar el salto tecnológico. Es fundamental que sea un tema de campaña porque es una necesidad básica", concluyó el experto.
Entretenimiento fragmentado
En el mismo sentido, Gonzalo Hita, COO de Telecom Argentina, advirtió que "el retraso en la inversión es condenar a los argentinos a un retraso tecnológico"
Lo hizo durante la entrevista que se le hizo en las jornadas en el marco del panel "El Futuro de la Conectividad.
"Estamos atravesando un año muy bueno en cuanto a conectividad y entretenimiento. Somos una industria que requiere de fuertes inversiones para mantener la calidad de servicios y, a pesar del contexto, estamos contentos de seguir creciendo", aseguró.
Para Hita, la Argentina también plantea sus propios desafíos, como las restricciones impuestas por el Gobierno
Sostuvo además que en los últimos años cambiaron las reglas del juego en varios aspectos como el hecho de que el ecosistema OTT avanza hacia el consumidor final.
Aún en este escenario de cambio, para Hita Argentina mantiene su cartera de clientes en la TV por cable, "lo que hace a nuestras necesidades de inversión exponencialmente crecientes".
En este marco, mencionó la app Flow de su empresa como "el producto más innovador en la región", y anticipó que Telecom está trabajando para acercar este producto a las PyMEs, que no tienen como acceder o invertir en un sistema similar. De hecho, anticipó que ya cerraron el primer acuerdo con la Red Intercable.
"Debemos asumir el nuevo escenario, el rol que nos asigna. Una vez fuimos pioneros en la región para la distribución de canales de televisión. Hoy, nuestro rol es ser el punto de encuentro de ese entretenimiento que está fragmentado", admitió el ejecutivo de Telecom Argentina.
Por ese motivo, pidió que las empresas ayuden a los clientes "a decidir qué ver, cuándo y dónde porque el mayor momento de angustia de un cliente es cuando se termina una serie. Hay que ayudarlo en ese momento nos parece clave. Debemos trabajar sobre ese aspecto y aliarnos con los OTT, que son una realidad, para agregar valor al cliente", recomendó.
Para Hita, la Argentina también plantea sus propios desafíos, como las restricciones impuestas por el Gobierno al uso de dólares para la importación, una medida que afecta fuerte al sector de las telecomunicaciones que consume divisas extranjeras y genera pesos.
"A pesar de ello, el sector continúa invirtiendo, porque la inversión es el corazón de nuestro negocio. Estamos trabajando
constantemente en la transformación de nuestras redes. Debemos emplear mucha mano de obra y esfuerzo. Todo ello se traduce en la calidad de servicio que brindamos, a un cliente que aumenta su consumo de datos entre un 30% y un 40% por año, tanto fijo como móvil", señaló el responsable de las finanzas de Telecom Argentina.
Fuente: IProfesional