Una nueva red de diarios de papel llega a millones de lectores, pero tras ellos se esconde una campaña para favorecer a Biden y los demócratas
Uno de los periódicos con mayor circulación de Ohio llega desde hace unos meses por correo a más de 600.000 hogares, de forma totalmente gratuita. Es mensual y suele incorporar crucigramas y recetas de pizza, galletas y otros sencillos atajos para hacer la vida en la cocina fácil. En todo —el diseño en blanco y negro, el formato sábana y hasta el tacto del papel— 'The Ohio Independent' se asemeja a las cabeceras más venerables de Estados Unidos, y viene a cubrir un hueco necesario en este estado de casi 12 millones de habitantes donde, como en el resto del país, los diarios de papel vienen ya largos años padeciendo una muerte lenta.
El problema, sin embargo, es que 'The Ohio Independent' no es un diario local con información de servicio público sin más, sino que es parte de un entramado de cabeceras montadas por grupos de presión política armados con presupuestos multimillonarios cuyo objetivo no es otro que beneficiar a los demócratas en este ciclo electoral. Es todo un imperio de desinformación disfrazado de noticias, con cabeceras similares en estados políticamente decisivos en las elecciones parciales del martes, como Pensilvania, Michigan o Wisconsin.
Un imperio millonario
En total, los falsos diarios de esta red llegan a 3,2 millones de hogares estadounidenses, una circulación increíble pagada con fondos inyectados por grupos en la órbita demócrata a una institución conocida como Fundación American Independent. Esta ha dedicado unos 28 millones de dólares en la creación y distribución de la red de periódicos. Ese instituto, que canaliza donaciones, fue fundado por David Brock, un influyente asesor político que tras una exitosa carrera como columnista conservador entró en la órbita demócrata y hoy está extremadamente bien conectado en Washington.
Uno de los últimos ejemplares de 'The Ohio Independent' llevaba en la portada a Pat DeWine, juez del Supremo del Estado, quien a su vez es hijo del gobernador, el republicano Mike DeWine -en Ohio, los electores eligen a los jueces del Supremo, y por mandatos de solo seis años-. El titular de portada, junto a la foto de DeWine hijo, era: "Polémica DeWine: El juez decidirá casos que afectan a su padre, el gobernador». En el interior, un titular afirmaba: "Una fábrica multimillonaria de coches eléctricos abre en Ohio gracias a Biden». Una de las columnas no era para una firma cualquiera, sino para el alcalde de la ciudad de Cleveland, el también demócrata Justin Bibb, quien alababa a Biden por la inversión dedicada a Ohio.
Está claro que este diario, como sus ediciones hermanas, tiene una línea editorial de defensa de Biden y los demócratas, pero no lo expresa abiertamente. Es no una cuestión de opinión, sino de cómo se presentan, titulan y enfocan las noticias. A un votante más puede no llamarle la atención, pero cuando Nick Castele recibió un ejemplar en su correo supo inmediatamente que lo que tenía ante si no era un diario más.
"Se nota que tienen un punto de vista. Si lo buscas y eres un lector perspicaz de las noticias, puedes averiguar rápidamente quiénes son y cómo trataban. Creo que alguien que no es tan rápido en seguir ese pequeño hilo y descubrirlo, puede que no lo sepa de inmediato. Podría pensar, ah, esto debe ser algún otro periódico que está por ahí. Y es posible que no sepa exactamente lo que están tratando de argumentar», afirma Castele, que es un veterano reportero en Cleveland, parte de una nueva e innovadora iniciativa de información local llamada Signal Cleveland.
Al ojear algunos de estos diarios, que recibió sin suscribirse a ellos, Castele se dio cuenta, dice, de que "sus prioridades son las prioridades del Partido Demócrata». Es cierto que publicaban notas de Associated Press y otras agencias, impecables, neutras. Pero al lado había otras crónicas con un tono claramente partidista. "No revelaban quiénes eran, pero era obvio que estaban tratando de promover un punto de vista, una versión de los hechos», añade Castele.
Las cabeceras de la Fundación American Independent suman una circulación mayor que los 25 mayores diarios impresos de todo EE.UU. combinadosEse partidismo oculto cobra más relevancia si se tiene en cuenta que las cabeceras de la Fundación American Independent suman una circulación mayor que los 25 mayores diarios impresos de todo EE.UU. combinados. Estos han perdido el 20% de su circulación impresa en días laborables desde que comenzó la pandemia, según datos de Alliance for Audited Media. En el primer trimestre de 2019, los 25 periódicos tenían una circulación combinada de 4,7 millones. Un año después, esta cifra total había caído un 11%, hasta los 4,2 millones. Las últimas cifras, de este año, reflejan una circulación combinada de 3,4 millones, otra caída del 20% en un año.
Que, de repente, entren en circulación 1,1 millones de ejemplares en Pensilvania, otro millón en Michigan y 600.000 en Wisconsin y Ohio, ha llevado a los medios tradicionales a alertar del grave problema de esta desinformación que parasita algo tan tradicional como es el medio impreso. Recientemente todo un editorial de 'The Washington Post' lamentaba: "Este tipo de pseudoperiodismo poco transparente y repleto de dinero negro no revitaliza las noticias locales, como sostienen algunos de sus defensores, sino que hace lo contrario. Al disfrazarse de cobertura comunitaria para manipular a los lectores, estas redes socavan la misma fe en los periódicos locales que están explotando. La democracia, al final, se convierte en una víctima doble. Los lectores son absorbidos sin saber quién paga, o incluso que alguien paga. Y la confianza en las noticias locales se desvanece aún más".
La alarma en el 'Post' es comprensible, dadas las catastróficas cifras de la prensa generalista en papel en EE.UU., con un hundimiento acelerado por la pandemia. Habitualmente, la prensa local era una de las puntas de lanza del periodismo estadounidense, dado el vasto tamaño de este país. De hecho 2020 fue un annus horribilis para la prensa local de EE.UU. Por primera vez, los ingresos publicitarios de los diarios locales cayeron por debajo de los ingresos por ventas, 1.070 millones frente a 1.100, según un estudio de mayo del Pew Research Center.
Caída dramática
Además, más de 360 periódicos han cerrado desde el comienzo de la pandemia, según un nuevo informe de la prestigiosa escuela de periodismo de la Universidad Northwestern. Son dos cabeceras clausuradas cada semana. Esto ha provocado lo que se conoce como desiertos informativos, zonas sin cobertura local. Ese informe afirma: "Más de una quinta parte de los ciudadanos del país viven en desiertos de noticias, con un acceso muy limitado a las noticias locales, o en comunidades que corren el riesgo de convertirse en desiertos de noticias. Setenta millones de personas viven en los más de 200 condados sin periódico, o en los 1.630 condados con un solo periódico, generalmente un semanario, que cubre múltiples comunidades repartidas en una amplia zona".
360 diarios Es el número de cabeceras que han cerrado desde la pandemia
Incumple lo básico
Es en este paisaje de desiertos informativos en el que estos nuevos medios de influencia política, disfrazados de diarios, han comenzado a aparecer sin revelar su procedencia y objetivos. No son sólo los casos analizados, afiliados a The American Independent, que tiene una redacción propia en Washington. En solo un año ha surgido de la nada más de medio centenar de diarios en papel y digitales, pagados de forma discreta por grupos de presión política, diarios con nombres como Milwaukee Metro Times, Mecklenburg Herald o Tri-City Record. Algunos son de izquierda, otros de derecha.
Analizando esas nuevas cabeceras, NewsGuard, un reputado servicio que analiza medios y su credibilidad, llegó a la conclusión hace un mes que The American Independent estaba reforzando la distribución de sus diarios locales "para empujar a los votantes a votar a los demócratas en estados disputados», según recogió en lo que es el primer informe publicado sobre esta oscura red. NewsGuard afirma que esos medios "no cumplen con varias normas periodísticas básicas".
Tal y como explica a ABC McKenzie Sadeghi, investigadora que participó de aquel análisis, lo preocupante de los medios es que "los lectores no reciben ninguna información sobre quién está detrás de esto, quién paga por ello, quién está involucrado y cosas por el estilo". »Estos periódicos se parecen a un periódico tradicional y no proporcionaba ninguna información de que son en realidad un esfuerzo para influir en los votantes antes de las elecciones", añade.
"Estas redes están operando como medios de noticias locales y están aprovechando la confianza que la gente tiene en sus comunidades y en las redacciones veteranas y establecidas, y utilizando eso para impulsar su agenda. Y en la mayoría de los casos, afirman ser independientes, pero no lo son, lo que en última instancia contribuye a la ya creciente desconfianza en la prensa, y genera nuevas tensiones", concluye.
Fuente: Diario ABC