Todos coinciden en la gravedad de la agresión informática al diario y en la responsabilidad del Estado en investigarla. Para Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana el caso “entra en la categoría de agresiones que suprimen el flujo de información”
Por: Washington Uranga
Edison Lanza, relator especial para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, condenó los ataques informáticos sufridos por este diario y afirmó que “el bloqueo de la página de un medio digital como PáginaI12 en forma reiterada es una práctica que entra en la categoría de agresiones y que suprime el libre flujo informativo”. El abogado y comunicador uruguayo dijo además que “los organismos de seguridad tienen que prestar especial atención a los ataques contra los medios de comunicación por el especial papel que desempeñan, e investigar las agresiones contra ellos siguiendo la línea lógica de que tendrían que ver con el ejercicio del periodismo” y subrayó que “todo ataque contra un medio de comunicación o sus periodistas debe ser condenado”.
Investigadores, docentes y académicos de la comunicación se pronunciaron de manera coincidente al señalar que los ataques informáticos sufridos por PáginaI12 en los últimos días configuran un atentado a la libertad de expresión y al derecho a la comunicación que debe ser garantizado por el Estado. “El protagonismo que ha asumido la comunicación a través de todo tipo de entornos digitales hace imprescindible su ubicación como una herramienta para el ejercicio de la libertad de expresión. En tal sentido, el ataque informático sufrido por el sitio web del diario PáginaI12 resulta de una gravedad inusitada y se encuadra claramente en una violación a la garantía de libertad de expresión contemplada por la ley argentina”, afirmó el docente e investigador Diego de Charras, director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA.
María Cristina Mata, directora de la Especialización en Gestión y Producción de Medios Audiovisuales del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba, dijo al respecto que “ante los reiterados ataques que viene sufriendo PáginaI12, desde nuestro lugar académico del campo de la comunicación y como vieja trabajadora por los derechos a la comunicación, experimento un sentimiento que transformo en una actitud indeclinable. Siento indignación y la necesidad de manifestar esa indignación”. Y “porque a veces el sentido de las palabras se va perdiendo –dijo– quiero recordar que estar indignado es experimentar un enojo profundo ante actos injustos, ofensivos o perjudiciales. Y eso es justamente lo que esos ataques implican. Una ofensa al derecho de todos quienes en nuestro país y fuera de él confían en la mirada que los periodistas de PáginaI12 producen cotidianamente sobre nuestra realidad: una mirada que revela lo que en otros medios no se deja intencionalmente ver”.
Damián Loreti, doctor en comunicación, sostuvo que “el Estado es el garante del cumplimiento de los estándares de ejercicio de los derechos humanos, entre ellos el de libertad de expresión que incluye la libre expresión por Internet en la medida en que no hay distinción de soportes de acuerdo al artículo 13 de la Convención Americana”. El abogado y docente de la UBA, uno de los principales redactores de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, agregó que “aun cuando un actor no estatal está limitando el acceso a contenidos de modo delictivo, el Estado está obligado a que ello no ocurra de acuerdo al artículo 13.3 in fine de la Convención porque estamos frente a un obstáculo a la libre circulación de informaciones y opiniones”. Sostuvo además que “no sólo el diario como empresa se ve afectado, sino también sus trabajadores y lectores, quienes ven vulnerados sus derechos”.
Para la doctora Sandra Massoni, investigadora de la Universidad Nacional de Rosario, “no hay democracia sin libertad de expresión, porque la misma resulta una condición vital para el sistema”. Para Massoni la libertad de expresión “tiene que ser defendida por las instituciones y por los ciudadanos de bien como un requisito indispensable de nuestro derecho a la comunicación que debe ser garantizado hoy y siempre”.
Glenn Postolski, decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, opinó respecto de los ataques PáginaI12, que “sin duda se trata de un mecanismo de censura al obturar el derecho de acceso a la información”. Y agregó que los hechos ocurren “dentro de un contexto complejo en el plano comunicacional donde vía decreto presidencial se condiciona la vigencia de dos leyes como la LSCA y la de Argentina Digital, además de diversas presiones sobre funcionarios y periodistas por el sólo hecho de pensar diferente”. Según Postolski, también docente e investigador de la comunicación, “es un difícil inicio de una gestión que pregonaba entre sus principios la libertad de expresión, la defensa de la república y la pluralidad de ideas” porque “mirado desde una perspectiva histórica no difiere de otros momentos de restauración conservadora donde se pretendía retrotraer los derechos conquistados por el pueblo”.
Para Alejandro Kaufman, docente e investigador de la comunicación “la conquista de derechos no se limita al logro, a su adquisición, ni siquiera a su sostenimiento mediante la perseverante defensa de lo conseguido. Hace falta además el consentimiento de aquellos a quienes fueron arrancados esos derechos, con mayor o menor esfuerzo, con mayor o menor alegría o resignación, de uno y otro lado. Es el consentimiento que nuestra sociedad ha logrado contra el terrorismo de Estado y las interrupciones golpistas de la institucionalidad democrática. Ni aun así la irreversibilidad es una ley física ni nada que pueda darse por sentado de manera incondicional”. Y agrega que “el ataque informático contra la presencia cotidiana de PáginaI12 en Internet es en extremo preocupante: se extendió durante varios días, lo hizo en un momento oportuno para quien se ampara en las sombras del anonimato porque aprovechó el pasaje entre un gobierno y otro, y entonces consiguió de hecho una escasa repercusión antagonista hacia una agresión gravísima contra los derechos civiles. Aprovechó también la relativa anomia que atañe a los espacios virtuales, ese Far West que todavía acompaña tanto progresismo tecnofílico con peligros inadvertidos al enmascararse con el utopismo que la virtualidad encarna”. Y tras señalar que el ataque “tiene que cesar definitivamente y tiene que ser investigado”, agrega también que “tiene que servir de advertencia sobre lo que puede suceder con el gas que se desliza de los globos de colores”.
De Charras agregó además que “de acuerdo a la Ley 26.032 del año 2005 en nuestro país la búsqueda, recepción y difusión de información e ideas de toda índole, a través del servicio de Internet, este se considera comprendido dentro de la garantía constitucional que ampara la libertad de expresión, principio reafirmado por la Corte Suprema de Justicia en fallos relativamente recientes como ‘Sujarchuk’ o ‘Belén Rodríguez’, en los que se sostiene la irrelevancia de diferenciar soportes cuando de tutelar la libertad de difundir y recibir informaciones se trata”. El director de la Carrera de Comunicación de la UBA fue enfático al señalar que “el ataque ha configurado una restricción total de acceso a los lectores y una vulneración clara del derecho, por lo que hoy estamos lisa y llanamente ante un ataque a la libertad de expresión, por ende, a la sociedad democrática y las voces de repudio deberían ser estruendosas”.
Para. Alejandra Cebrelli investigadora de la Universidad Nacional de Salta, “el 10 de diciembre de 2015 marca un cierre pero también un inicio. En ese momento, nuestro país ingresó en la ‘revolución del amor y de la alegría’”. Pero, “paradójicamente, en los días previos se comenzó a vivir una realidad donde las amenazas a la legalidad y a los derechos de ciudadanía se vuelven moneda corriente porque en especial, se lesionan aquellos relacionados con el derecho a la comunicación y a la información, estrechamente ligados a la libertad de expresión que en nuestro país están garantizados por la Constitución y por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. El allanamiento al Afsca realizado el día 4 y el ataque del 8 al sitio web de PáginaI12 que se mantiene hasta hoy constituyen dos hitos inusitados en la historia reciente de la democracia argentina. El bloqueo al diario más comprometido con los derechos humanos no parece una casualidad en este contexto”.
El también salteño Víctor Arancibia, doctor en Comunicación, advierte que “en el momento preciso de un cambio de gobierno, la ‘caída’ de la página del diario debe ponernos en alerta máxima. Fundamentalmente porque no es un ataque solamente a la circulación momentánea del diario por la red, sino que es el silenciamiento de una ciudadanía que co-produce su pensamiento democrático en las páginas de este medio. La gravedad está dada porque lesiona derechos humanos básicos como la libertad de recibir y producir información llegando incluso a vulnerar la posibilidad básica de pensar colectivamente. Las violación a la página web del diario no es sólo un hecho que lesiona el campo de la comunicación (lo cual es un hecho muy grave en sí mismo) sino que ataca la posibilidad del ejercicio de una ciudadanía plena. Sin ella, lo que está en peligro básicamente es la vida democrática que nos costó tanto construir y sostener durante estos treinta y dos años”.
Para María Cristina Mata la “ofensa que se hace a PáginaI12 perjudica la necesaria pluralidad que un sistema democrático requiere, para que puedan expresarse no sólo diferentes voces sino, en especial, para que los conflictos existentes no se diluyan ante una interesada y tramposa idea de convivencia armoniosa. No existe armonía cuando se atacan las palabras que no agradan y cuando desde el poder se pretende ignorar esos ataques”. Para la investigadora cordobesa “estamos ante un claro acto de injusticia ante el cual la conciencia democrática no puede permanecer acallada. Nuestro compromiso hoy, y en el futuro, para que PáginaI12 y cualquier otro medio que sea censurado y/o atacado, encuentre la solidaridad y el respaldo de quienes desde 1983 hemos trabajado por una sociedad que pueda expresarse libremente”, finalizó diciendo.
Ataque informático
Por: Mario Wainfeld
La edición digital de PáginaI12 padece un ataque informático desde hace varios días, que abarcan el tramo final de la transición y el comienzo del gobierno de Mauricio Macri. Mecanismos sofisticados intentan bloquear casi todo el tiempo el acceso a las noticias.
Es sabido que un diario de cualquier magnitud es más leído “en la compu” que en papel. En el caso de este medio, y solo para empezar, son millones los lectores del exterior y de todo el país, además de las producciones de programas radiales o televisivos distribuidos en todo el territorio que ya en la madrugada se enteran así sobre “qué dice Página”. El ataque obtura la divulgación de una voz no alineada con la comunicación hegemónica, cuando estas son flagrante minoría frente al blindaje mediático que acompaña al presidente Macri.
Según los técnicos y peritos consultados el bloqueo solo puede ser realizado por personas o, mejor, organizaciones dotadas de importantes recursos. Se iniciaron acciones legales para identificarlas y hacer cesar un atentado contra la libertad de expresión.
Es impropio personificar a los culpables sin pruebas pero tampoco se puede pecar de ingenuo. Es llamativo el momento en que se limita la divulgación de PáginaI12. También es notoria y preocupante la falta de respuesta de autoridades nacionales. No las hubo, hasta el cierre de esta nota. Ningún funcionario prometió cooperación de algún tipo. Nadie, tan siquiera, formuló alguna declaración de solidaridad. Tampoco se escuchó una sesuda reflexión del presidente de la Corte Suprema Ricardo Lorenzetti, tan solícito cuando Clarín estornuda.
Ese mismo silencio aqueja a los medios dominantes que mencionaron fatigadamente la denuncia eludiendo comentarla y mucho menos repudiarla.
Mucho se ha debatido en estos años acerca de la vigencia de la libertad de prensa. No hay registro de una situación tangible similar a ésta: un medio nacional, que está bloqueado por “manos anónimas” muy bien sustentadas durante largo plazo.
Todo eso ocurre cuando desde el oficialismo se enfatiza que fomenta que se escuchen “todas las voces”.
La simultaneidad en el tiempo no prueba causalidad, pero fuerza a averiguar si existe.
La política de los gestos
Por: César Arrueta*
Las consecuencias que traen aparejadas los cambios de época pueden leerse e interpretarse desde múltiples matrices. Esas elucidaciones adquieren cuerpo en situaciones concretas y obvias, pero también en la profundidad de algunos gestos. Los actos, hechos o movimientos implican un significado y una intencionalidad que adquieren relevancia en el contexto de coordenadas políticas y culturales que se expresan en tensión.
Los ataques informáticos –recurrentes– que se han propinado contra el diario PáginaI12 abren un abanico de lecturas de posibles. La primera de ellas tiene que ver con la obviedad de la intención. Es decir, aquel objetivo que subyace en cualquier acto de intimidación: infundir una perturbación emocional. En este caso la perturbación cumple un papel invasivo y diría, pensando en aquellos que desean una mirada liviana, un rol revanchista. Hasta allí comprensiones que pueden asimilarse a intercambios ciertamente tensos que se producen históricamente, por ejemplo, en los estadios de fútbol o en un tiempo reciente en las redes sociales. Pensar en esos términos sería, según mi criterio, asignarle una liviandad a los hechos que el propio periódico, por historia y compromiso, no se merece. Si aceptamos que detrás de la obviedad subyacen concepciones de praxis política, entonces esos gestos son relevantes y ciertamente riesgosos. Personalmente entiendo que los ataques informáticos están motivados por nociones conservadoras respecto al rol del Estado, el ejercicio de la libertad de expresión y sobre todo el ejercicio del poder.
No se trata de sucesos aislados o espontáneos. Tienen que ver con la instrumentación de acciones que recurren al miedo y la violación de la privacidad para recordar que determinados grupos sociales pueden (y están decididos a) actuar de manera prepotente, llegando incluso a considerar cierto despotismo. Es riesgoso, reitero, en la medida en que esa noción se extrapole a los estamentos del Estado y por ende, al prisma de la libertad de expresión.
Hoy existen indicios para aceptar ese correlato y pensar en un panorama sombrío. Decisiones recientes respecto al funcionamiento de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, la ley de medios, cargos determinados por disposición parlamentaria, agresiones a actores sociales y símbolos identificados con la lucha por los Derechos Humanos nos aproximan a un campo minado. Un territorio donde el gesto es la acción y la acción es la fuerza de aquel que disfruta y ejerce para su beneficio el Estado, en los estrictos términos que lo definió Max Weber.
Debe decirse también que aquello que acentúa aún más esta ilación de hechos intimidantes es la profunda contradicción entre el discurso del respeto por el otro que primó en las agendas mediáticas de campaña y el desprecio por el pensamiento del otro, que se trasluce en este tipo de prácticas. Lo grave es que no estamos hablando ya de mundos ideales y voluntaristas (eso parece haber terminado en el plano del discurso), sino de mundos concretos donde la intimidación es la regla y la acción es la fuerza de grupos de poder que buscan en la inmolación de las minorías relativas su legitimación como tracción del cambio.
Por último, vale decir que la calificación de sombría no implica una secuela de resignación pues la historia también ha demostrado que la amenaza como estrategia política, lejos de cumplir su cometido, termina consolidando la(s) identidad(es) de aquel otro que se intenta ofuscar, y con ello la diversidad de pensamiento y de gestos.
*Doctor en Comunicación. Docente/investigador, secretario académico de la Universidad Nacional de Jujuy
Fuente: PáginaI12
Ver anterior: PáginaI12 denunció un nuevo ataque: "lesiona gravemente la libertad de expresión"