Lo dijo la periodista Belén Cano en su partida del Grupo Crónica. En los últimos meses batalló junto a sus compañeros contra los atropellos del Grupo Olmos y Floro Aldrey Iglesias mientras destruían el diario El Atlántico de Mar del Plata. Su despedida:
Aún me cuesta sentirme fuera de la querida redacción de Bolívar 2975, casi La Rioja. Pero tengo que contarles que el martes firmé mi ida del Grupo Crónica, de la web crónicadelacosta, porque ya no teníamos Diario El Atlántico por el cual pelear. Nos lo sacaron los Olmos, y Aldrey Iglesias lo está pisoteando. Y no sólo quedamos 32 periodistas (por ahora) en la calle, sino que además destruyeron un diario histórico de Mar del Plata: con sus vaivenes políticos, con sus censuras asquerosas, con errores, y también con muchos aciertos gracias al grupo humano que había dentro de esa redacción.
Viví 9 años y 4 meses de mi vida allí. Me dio la posibilidad de formarme, porque la calle es la mejor escuela, más allá de las herramientas que traía desde Deportea. Conté muchas de las historias por las cuales me metí en esto, denunciando marginación, pobreza, violencia de género, trata de personas, mentiras políticas. Muchas me costaron discusiones con directivos y jefes, cuestionamientos absurdos como cuando me preguntaban ¿qué es esta berretada del femicidio? ¿dónde está el certificado médico para decir que hubo una violenta represión? Y muchas de esas discusiones me enfermaron por dentro. Pero supe recuperarme y seguir peleando por lo que amo, que es mi profesión.
Luego nos quitaron el diario, y nos dejaron dentro de una web fantasma -que no merece la calidad de los compañeros y compañeras que siguen batallando allí-, con el único objetivo de vaciar el medio. Lo denunciamos desde un primer momento y no nos equivocamos.
Con la convicción de seguir haciendo periodismo, es que decidí dar un paso al costado y buscar nuevos rumbos para decir, para denunciar, para analizar, para luchar, porque en definitiva creo que de eso se trata.
Gracias por el acompañamiento en esta última etapa llena de sinsabores pero también de mucha unidad. Gracias por las puertas abiertas durante todos estos años, los testimonios prestados, la confianza en mi laburo.
Será hasta pronto.
Belén Cano