Por: Horacio Lazcano
El monopolio Clarín usó la edición de ayer domingo para presentarse como víctima del poder político. En una lectura amañada de la realidad, el diario de Noble-Magnetto construyó un relato manipulado en el que se presenta al grupo elevado a la categoría de santo laico. Nadie en la Argentina desconoce la trayectoria de Clarín como diario, pero de ahí a pretender que se tome como real el relato de ayer es aspirar a que los lectores asuman en masa el papel de lelos.
Desacredita Clarín su condición de monopolio a nivel nacional, pero no se anima a analizar detalles porque entraría en evidente contradicción. Un ejemplo contundente es el caso del mercado Córdoba donde controlan La Voz, Canal 12, Radio Mitre, Día a Día, Mía, 102,9 y Cablevisión. La posición dominante, principal característica del ejercicio de una estrategia monopólica, es evidente en Córdoba a pesar de que Clarín intente negarlo.
En el negocio de la TV por cable, los habitantes de capital no tienen opción. Todos son rehenes de Cablevisión, empresa que en la ciudad de Córdoba concentra el 97% del mercado. ¿O pretenderá Clarín hacernos creer que no estamos ante un monopolio porque el restante 3% está en manos de Supercanal?
Argumentan que, en materia de señales de noticias, TN compite con Crónica, América 24, C5N y Canal 26. En Córdoba, C5N nunca pudo poner su señal en la grilla de Cablevisión y Canal 26 fue desplazado del número 4 al número 69 en una clara maniobra para quitarle audiencia. Si diera lo mismo un sitio que otro en la grilla, porqué Cablevisión no invierte el orden y pone Canal 26 en el número 14 y TN en el 69. Si tan buenos son los productos de TN seguro no perderían audiencia. Pero Clarín nunca tuvo esos gestos y tampoco hay que esperarlos ahora.
Hay más ejemplos para poner en evidencia la vocación monopólica de Clarín. En el negocio agropecuario se asoció con La Nación para explotar Expoagro, una exposición agroindustrial a cielo abierto. En Córdoba se conocen desde hace años las virtudes de AgroActiva. No es verdad que a Clarín, como dice el relato de ayer, le guste competir. Ordenó a su controlado La Voz no hacer más ningún acuerdo con AgroActiva para proveerle difusión. Desde hace 2 años La Voz ignora que casi 200 mil personas se reúnen en medio del campo en la provincia para ver, comprar y vender bienes y servicios vinculados al agro. Por orden de Clarín, para La Voz eso no es noticia.
La pareja perversa
Descubrió el monopolio en las últimas semanas que el país está en manos de un matrimonio perverso. Ningún reparo expresó Clarín-La Voz, cuando la misma pareja los benefició con una prórroga por 10 años, sin licitación, de la licencia para explotar Canal 13. Estábamos allí frente a un perfecto ejemplo de seguridad jurídica. No hizo falta en esa oportunidad que Héctor Magnetto pidiera auxilio a la Asociación de Empresarios Argentinos (AEA) para que defendiera los intereses de potenciales interesados en competir por la frecuencia. Tampoco buscó Clarín el respaldo de AEA cuando la pareja, hoy demonizada, decidió autorizar la fusión de Multicanal y Cablevisión. En ese caso, estuvo bien poner a los clientes en manos de un monopolio. El relato publicado ayer en Clarín nada dice de la inseguridad jurídica que esa determinación generó en millones de clientes expuestos a los caprichos y arbitrariedades de un monopolio. Es evidente que para Magnetto, cuando el Estado toma decisiones que lo benefician, su seguridad jurídica está bien tutelada aun cuando ponga en juego la de terceros.
No tuvo en cuenta Magnetto los principios de seguridad jurídica cuando presionó Clarín y consiguió, bajo el supuesto argumento de protección a bienes culturales, una ley a medida para evitar que acreedores externos tomaran el control del grupo. Tampoco se quejó Clarín, porque estuvo entre los promotores, cuando ayudados por la devaluación-pesificación de Eduardo Duhalde logró licuar buena parte de la deuda con la que financió su expansión. Esa megadevaluación representó un manotazo al poder adquisitivo de los asalariados, pero Clarín prefirió poner sus propios intereses por sobre los de sus lectores. Y si seguimos repasando el almanaque hallaremos más ejemplos. El monopolio del fútbol, por caso, herramienta con la que concentraron el negocio del cable. Su acuerdo con los militares para quedarse con Papel Prensa, instrumento con el que acceden a un insumo clave subsidiado para sus diarios sometiendo al resto a un esquema de cuotas asfixiante.
Sobran los ejemplos para poner en evidencia la macabra historia de Clarín como grupo. Sin embargo, buscan ahora presentarse como víctimas del poder de turno cuando en realidad su estrategia de consolidación monopólica viene generando perjudicados que no tienen como defenderse.
Foto: Publicidad de Clarín en la estación Catedral
Fuente: La Mañana de Córdoba