Un grupo de inspectores fue a la sede del diario y otro a la empresa propiedad de De Narváez. Echegaray le aclaró al editor de Clarín que "no había ordenado el operativo". Luego, despidió al jefe responsable.
En pleno debate sobre la ley de medios audiovisuales K, un contingente de inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) estuvo en las instalaciones del diario Clarín, y de la empresa La Rural S.A, que administra el predio de Palermo de la Sociedad Rural Argentina y que es propiedad del diputado electo Francisco De Narváez.
Según se pudo ver en las imágenes que difundió el canal de noticias TN, propiedad del grupo, los inspectores del organismo que comanda Ricardo Echegaray se apostaron en la entrada del edificio en la calle Tacuarí, del barrio porteño de Barracas, en donde funcionan Clarín, Olé y La Razón.
Minutos más tarde, Ricardo Kirschbaum, editor general del diario que este jueves publicó una investigación sobre irregulariadades en la ONCCA, dijo que Echegaray lo llamó para decirle "yo no ordené esto" y que le aseguró que "hay un sumario abierto para dos responsables” del operativo. "Me prometió que me van a mandar una carta de disculpas”, aseguró Kirchbaum.
Tras hablar por teléfono, el titular de la AFIP hizo lo prometido y le envió una carta en la que niega toda vinculación con el operativo de inspección que se realizó en las oficinas de Clarín.
“No se dispuso llevar adelante ningún procedimiento especial de inspección física en las instalaciones del Grupo Clarín (...) le comunico que hemos dispuesto llevar adelante un sumario administrativo con la finalidad de esclarecer las responsabildiades”, dice la misiva firmada por el ultra K, Ricardo Echegaray.
Por su parte, desde las oficinas de AFIP le habían dicho a DyN que el control que se estaba realizando en las instalaciones del diario Clarín era un "relevamiento de personal de rutina". Sin embargo, durante la noche se informó oficialmente que el Director Regional que ordenó el procedimiento en empresas del Grupo Clarín fue despedido del organismo.
Frente a este operativo, los dirigentes de la oposición, que se encontraban reunidos en el despacho del vicepresidente Julio Cobos en el Senado, lanzaron fuertes críticas hacia el Gobierno nacional.
“Esto es parte de la crispación y actitudes del gobierno que no deberían suceder. Creo que es una equivocación poner esto en una confrontación entre el gobierno y un grupo mediático. Creo que usan instrumentos del Estado para condicionar algo que tendría que fluir de una forma muy diferente”, declaró el diputado del PROperonismo, Francisco De Narváez.
A continuación, el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri también se despachó contra los K.”Lo que está sucediendo bastardea un debate histórico que está teniendo Argentina para garantizar otra realidad. Es muy malo para nuestra democracia y convivencia. Lo que está sucediendo es justamente lo contrario”.
"Intimidarnos". El editor general del diario, Ricardo Kirschbaum, cuestionó el operativo en duros términos. "Este es el famoso operativo de intimidación. Me parece que esto tiene claramente un objetivo, que es el de intimidarnos y amenazar, de manera virtual, nuestra libertad de expresión", dijo.
Kirschbaum también aclaró que el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, lo llamó. "Quiero transmitir lo que me transmitió él por propia iniciativa. Dijo que no sabía [del operativo], que hay un sumario abierto a dos presuntos responsables y que iba a mandar una carta de disculpas", sostuvo.
Otra época. Ricardo Roa, editor general adjunto de Clarín, también se refirió al hecho. "Nos parece estar viviendo una época más del proceso que de democracia. Hacer un operativo tipo La Salada o la calle en un diario, es, como menos, intimidatorio", aseguró.
"Esto es una demostración de cómo los Kirchner entienden la libertad de prensa. Cuando les preguntamos a los inspectores qué venían a buscar, no lo sabían. Es un mensaje para todos los periodistas; no para los medios. Si pasa con Clarín, puede pasar con cualquiera", advirtió.
También enviaron inspectores a los domicilios de los directivos de Clarín
El gerente de Comunicaciones Externas del Grupo Clarín, Martín Etchevers, reveló esta noche que la Afip también envió inspectores a los domicilios particulares de directivos de la empresa.
“La Afip envió unos 50 inspectores a las casas de los directivos y a otras empresas del Grupo con requerimientos previsionales y fiscales”, afirmó Etchevers en declaraciones televisivas.
El directivo consideró que “esto es un proceso que estaba integralmente diseñado” y que “se da en un contexto en el que el clima de hostilidad y agresiones hacia la prensa y hacia Clarín en particular llama poderosamente la atención”.
Comunicado oficial del Grupo Clarín
"Una escalada de hechos agresivos e intimidantes"
Hay una relación entre el operativo de la AFIP y recientes episodios violentos.
Luego del inusual e intimidante operativo desarrollado ayer por el batallón de inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en la sede de este diario y de otras empresas vinculadas, el Grupo Clarín emitió anoche un comunicado en el que relacionó este procedimiento con otros episodios violentos registrados en los últimos tiempos.
"No puede soslayarse que el operativo se enmarca en una escalada de hechos agresivos e intimidantes que se han venido registrando en el último tiempo contra los medios en general y contra periodistas y directivos de Clarín en particular", sostuvo el comunicado.
"Una escalada-sigue el texto- que incluyó campañas difamatorias con carteles en la vía pública, pintadas y ataques a receptorías y a domicilios particulares de directivos del Grupo, y una serie de actos administrativos abusivos e ilegales emanados de organismos como la Secretaría de Comunicaciones, el Comité Federal de Radiodifusión (ComFeR) y la Secretaría de Comercio, entre otros".
"La escalada de agresiones también se da en el marco de la discusión de la controvertida ley de medios promovida por el oficialismo", recordó el Grupo Clarín. El proyecto de ley de Servicios de Comunicaciones Audiovisuales es discutido actualmente en diversas comisiones de la Cámara de Diputados de la Nación.
El Grupo Clarín sostuvo que "llama poderosamente la atención la dimensión desmesurada y amenazante que revistió el operativo llevado adelante por 200 inspectores de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) en la sede del diario, y por otros 100 en compañías como Artear y Cablevisión, así como en la provincia de Córdoba".
"Asimismo, en forma sugestivamente simultánea a esta inspección, operativos similares se realizaron en domicilios particulares de directivos, síndicos y apoderados del Grupo Clarín, que en cada caso llegaron a incluir hasta ocho personas", añadió el texto.
El Grupo Clarín destacó que "las características particulares del operativo demuestran que el procedimiento realizado no se inscribe dentro de los esquemas normales del organismo".
Y agregó que "la evidente búsqueda de espectacularidad contrasta con el alcance del trabajo supuestamente ordenado, para el que hubiera bastado el 10 por ciento de los agentes" empleados en el operativo.
"Más allá del atropello, las compañías brindaron toda la información solicitada", expresó el comunicado.
"Cabe destacar que el Grupo Clarín es una empresa pública, que cotiza en Bolsa, difunde todos sus balances y cumple con la totalidad de sus obligaciones fiscales y previsionales", recordó el Grupo Clarín en el comunicado difundido tras el operativo de la AFIP.
Una señal de lo que puede venir
Por: Ricardo Roa (rroa@clarin.com), Editor General Adjunto de Clarín
¿Quién puede creer que se movilicen unos 200 inspectores de la AFIP para allanar el diario de mayor circulación del país sin que el jefe del organismo esté al tanto? Eso es lo que Ricardo Echegaray pretende que pensemos. Es pedirnos demasiado."Hemos dispuesto llevar adelante un sumario administrativo, con la finalidad de esclarecer responsabilidades", dice Echegaray. Si la AFIP puede mover semejante batallón a espaldas del jefe, es obvio que la primera responsabilidad le cabe a él por ignorar un despliegue así en su propia área. Si es una excusa, no eligió la mejor.
Y si no fue él ¿quién otro puede ordenar una movilización inquisitoria tan grande? ¿No es raro, además, que el operativo hubiera ocurrido el mismo día en que Clarín revelaba un subsidio irregular por más de 10 millones de pesos, otorgado por un organismo que maneja Echegaray? El jefe de la AFIP no es un funcionario cualquiera: reporta directamente a Néstor Kirchner y goza de un trato preferencial con el matrimonio presidencial. Por eso está al frente de una agencia con tanto poder y capacidad de presión sobre los contribuyentes. Y que maneja información tan sensible que deja chica a la SIDE. En esto, ningún ministerio lo iguala. Ni la Jefatura de Gabinete.
Nunca se había hecho un operativo como el de ayer en una empresa. Lo normal es enviar un supervisor con 4 o 5 inspectores. Como mucho, 20 o 25 si se trata de un barrido especial que incluye ver sueldos, detectar trabajo en negro y verificar en el lugar la cantidad de personal. Invadir con 200 agentes el edificio de la redacción como si fuese La Salada es demasiado sospechoso o definitivamente claro: fue un acto que pretendió intimidar y acabó por convertirse en un grotesco.
La AFIP debería ser un organismo exclusivamente técnico, al servicio del Estado y ajeno a cualquier operación política. Muchos de los inspectores que llegaron en banda y rodearon la manzana donde trabaja la redacción ni siquiera sabían a qué venían ni para qué los habían reclutado. Y se vio cómo la mayoría perdió el tiempo en charlas de entrecasa con los compañeros. "Pregúntele a Kirchner", respondió al fin una de las agentes cuando un periodista la interrogó sobre qué estaba haciendo. Todos confundidos como el seleccionado de Maradona ante Paraguay.
Pero deja de ser un chiste si se lo pone en contexto: escraches violentos contra el diario y sus directivos, pasquines y afiches difamantes, el propio Kirchner usando cualquier tribuna para atacar al diario. Y maltratando a un periodista de Clarín porque le preguntó sobre la asombrosa sextuplicación de su fortuna personal. El operativo de la AFIP es parte de una campaña que arrancó por la cobertura periodística de la pelea K contra el campo. Más de lo mismo. Si la excusa de Echegaray es increíble, ¿cómo creerle al Gobierno que su ley de medios busca democratizar a la prensa y defender la libertad de expresión? Más bien lo contrario: lo de ayer es una señal de lo que puede venir con cualquiera que se atreva a criticar al kirchnerismo. Lo único que falta es que digan ahora que el operativo de intimidación fue armado por Clarín para desprestigiar al Gobierno.
Fuente: Crítica de la Argentina, La Nación, DyN.
Imagen: La Mañana de Córdoba